Tras ser encontrado culpable por la justicia, Daniel López, el maquinista que manejó el tren de latragedia de Castelar, aseguró sentirse "un chivo expiatorio" y "una víctima" del fatal choque del 13 de junio de 2013, que produjo la muerte de tres pasajeros y 357 heridos.

El motorman rechazó el fallo que lo encontró culpable del siniestro, y detalló acerca de las irregularidades y fallas que tenían entonces los trenes, como el mal funcionamiento de las señales automáticas y los equipos ferroviarios. "En las asambleas yo avisaba que iba a pasar algo", dijo esta mañana en comunicación telefónica por radio América, y sostuvo que fue "condenado porque no se investigó a fondo, faltó investigar un 90% de la causa".

Tras señalar que no podía "explicar qué pasó" el día del choque de trenes, López consideró que era "una victima de ese accidente" porque "el material era obsoleto y la falta de inversión, muy grande", por lo que "no se podía desarrollar el servicio de manera normal". "Ningún freno me respondió", enfatizó el chofer de la Línea Sarmiento, y subrayó que "nunca aceleró la velocidad" antes de la embestida.

"Los trenes siguen teniendo problemas de atrasos", remarcó.

Consultado sobre si pudo comunicarse tras el accidente con los allegados de las víctimas, López confirmó que no estableció comunicación alguna. Sin embargo, se mostró conmovido y manifestó su solidaridad para con ellas. "Me siento muy mal. Podría decirles muchas cosas desde el fondo de mi corazón. Mi dolor y acompañamiento está con los familiares", dijo con voz quebradiza. "Esto me arruinó la vida", sentenció.

El motorman, que ahora presta tareas administrativas en los análisis de alcoholemia que se realizan en los ferrocarriles, insistió en que se considera "una víctima del accidente", aunque aclaró que no se siente responsable. "Yo también padecí. No me puedo explicar que fue lo que pasó, hice lo que hago hace 29 años. Hice las cosas bien, no me puedo autocriticar nada", consideró.