Marcos Antonio Córdoba, el maquinista que conducía la formación que chocó contra la estación de Once, aseguró que es inocente y que hizo "todo lo posible para frenar el equipo, que no respondió".

Condenado en la jornada por la Justicia a tres años y seis meses de prisión por ser parte responsable del delito de estrago culposo, Córdoba afirma: "No me lo esperaba. Pensé que iba a ser absuelto porque soy inocente".

 

Consultado sobre los familiares de las víctimas, remarcó que se solidariza con ellos. En ese sentido, agregó que desconoce si el veredicto los convence, pero aclaró que percibió "todo ese dolor que sienten".

"Ellos van a llevar ese dolor por siempre, así como lo llevo yo. Soy una víctima más, porque yo sentí, estuve ahí, no perdí familiares como ellos, pero sentí lo mismo que sintieron ", indicó.

Y, sobre su vida en estos años, relató: "Traté de despejarme, pero uno no puede, por más que lo intente.Es una huella que se lleva siempre".

 

Sobre su capacidad para conducir ese tren, en declaraciones a Tiempo Argentino, remarcó: "Soy personal idóneo".

Su abogada, Valeria Carbacho, anticipó que apelará el veredicto, y señaló que el veredicto "no refleja lo que pasó en estos dos años de juicio". Además, aclaró: "Lo que nos decepciona y nos duele profundamente es que no pueden convivir una falla humana y una falla mecánica. Está probado que los frenos del tren no funcionaban correctamente".