Por Juan Strasnoy Peyre.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, arribó a Nueva York para participar de un evento organizado por el Consejo de las Américas, y encontrarse con bonistas, autoridades del Fondo Monetario Internacional y funcionarios del Tesoro de Estados Unidos. Con el viaje del titular del Palacio de Hacienda, que se extendió de uno a dos días, y el debate en Diputados del proyecto de ley que busca darle amplias facultades para avanzar en la reestructuración, esta semana se acelerará el ritmo de la renegociación de la deuda.

Según confirmaron fuentes de su cartera, Guzmán participará esta mañana de un desayuno organizado por el Council of Americas, la entidad empresarial estadounidense fundada por David Rockefeller para promover el libre comercio en la región y hoy presidida por Susan Segal. El ministro expondrá sobre macroeconomía y deuda ante un auditorio integrado, entre otros, por tenedores de deuda nacional y provincial.

Allí, el Gobierno buscará transmitir voluntad de pago frente a los acreedores en la antesala de la reestructuración de los pasivos con privados. Con la herencia de una deuda insostenible, que escaló del 52,6% al 91,6% del PBI durante la gestión de Mauricio Macri, el Ejecutivo apunta a una suspensión de pagos por entre dos y cuatro años más una fuerte quita de capital o intereses, con el objetivo de "recuperar la sustentabilidad de la deuda", como paso a previo a una reapertura del financiamiento externo, que el país tiene vedado desde febrero de 2018.

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Además, el ministro intentará convencer a los tenedores del bono BP21 de que acepten la propuesta del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, de posponer el vencimiento de capital por US$250 millones hasta el 1° de mayo. Este viernes vencerá el ya extendido plazo para que al menos el 75% de los acreedores definan su postura. En caso de rechazo y sin salvataje de Nación, la provincia de Buenos Aires podría encaminarse a un default.

Otro paso clave de la gira de Guzmán será la reunión que mantendrá esta tarde con funcionarios del Tesoro de EE.UU., con vistas a garantizarse el apoyo del Gobierno de Donald Trump en la renegociación del préstamo del FMI, cuyo calendario de repago de los US$44.000 millones ya desembolsados -muy concentrado entre 2021 y 2023- el Ejecutivo argentino también busca postergar. La primera potencia mundial tiene un peso determinante en el directorio del organismo y es el único país con poder de veto.

Si bien no viajará a Washington, donde se emplaza el cuartel general del Fondo, mañana por la mañana, antes de regresar a Buenos Aires, el ministro se encontrará en Nueva York con el jefe de la misión del FMI en Argentina, Luis Cubeddu, y la economista estadounidense Julie Kozak. Será la previa del encuentro que tendrá con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, el 5 de febrero en el Vaticano durante un seminario sobre economía.

Pese a que aún no hubo conversaciones formales cara a cara, el presidente Alberto Fernández y la cúpula del organismo cruzaron guiños en las últimas semanas. El director del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, celebró el cuidado fiscal del Gobierno en su primer mes, que incluyó la suba de retenciones y del impuesto a los bienes personales y la suspensión de la fórmula de movilidad jubilatoria. El mandatario habló de un "nuevo Fondo" y se mostró optimista.

En paralelo, avanza la negociación con los acreedores privados. Para eso, el Ejecutivo necesita que este miércoles Diputados le dé media sanción al proyecto de ley que autorizará a Guzmán a emitir nuevos títulos de deuda bajo jurisdicción extranjera para canjearlos por los actuales bonos Ley Nueva York -que representan unos US$40.000 millones- en el marco de la reestructuración.