Guido Sandleris reconoció el fracaso de las metas de inflación

Guido Sandleris reconoció el fracaso de las metas de inflación

Presentó oficialmente el programa monetario acordado con el FMI y anunció el abandono de esa política. Admitió que en octubre la suba de precios será alta aunque "se irá reduciendo lo más rápido posible”.

 

El flamante presidente del BCRA, Guido Sandleris, anunció formalmente el fin de la política monetaria que implementó el gobierno nacional en los últimos tres años y aseguró que, su fracaso, se explica porque “no estaban dadas las condiciones para su éxito”.

Ante el nuevo escenario aseguró que la entidad monetaria se aferrará a “un ancla nominal simple y contundente” en referencia al compromiso del crecimiento nulo de la base monetaria como referencia para contener la inflación: “es una medida necesaria para reducir las expectativas de inflación”, explicó. Además explicó que no habrá objetivos explícitos en términos de suba de precios y el objetivo del BCRA es que los precios se vayan reduciendo "lo más rápido posible".

Consultado por la situación del balance comercial aseguró que “estamos muy cómodos con el tipo de cambio actual” pero que, de todas formas, “habrá que esperar” para que los resultados se verifiquen en el balance entre exportaciones e importaciones.

Además, ratificó la segunda pata del programa consistente en “las zonas de no intervención” del BCRA pautadas en el rango móvil de entre $34 y $44 con actualización diaria según un 3% mensual. Curiosamente, Sandleris justificó esas bandas de intervención a partir de su preocupación acerca del impacto sobre la economía real que tendría una “apreciación del tipo de cambio”, no así, claro, una posible devaluación de la moneda y su impacto sobre el consumo y los precios ni tampoco de las tasas de interés. Además, ratificó la segunda pata del programa consistente en “las zonas de no intervención” del BCRA pautadas en el rango móvil de entre $34 y $44 con actualización diaria según un 3% mensual. Curiosamente, Sandleris justificó esas bandas de intervención a partir de su preocupación acerca del impacto sobre la economía real que tendría una “apreciación del tipo de cambio”, no así, claro, una posible devaluación de la moneda y su impacto sobre el consumo y los precios ni tampoco de las tasas de interés.

 

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