El secretario de Derechos Humanos provincial, Guido Carlotto, participó del acto de los 30 años de la reapertura de la Universidad Nacional de Luján, donde accedió a un breve diálogo con los medios presentes. "Sin lugar a dudas, todo tiene que ver con todo. Esta Universidad también estuvo desaparecida durante unos años por la dictadura. Mi sobrino estuvo 36 años desaparecido por la dictadura y ¿qué tiene que ver? Tiene que ver con las conquistas populares, con la reivindicación de la Justicia, con que las cosas se están poniendo en los lugares que deben y con que hace al menos una década se está construyendo un país más inclusivo, para todos. Es el primer acto al que asisto", expresó el tío de Ignacio o Guido Carlotto. 

"La aparición de mi sobrino fue un acontecimiento muy importante y a mí me llevó mucho tiempo… Pero quería estar acá. Mi hermana era estudiante universitaria y obviamente no pudo concluir sus estudios y la ciudad de La Plata, donde nací y vivo, es meramente universitaria, porque lo que vivo está muy de cerca. Este acto es una reivindicación –agregó- una caricia al alma, algo tan importante como festejar 30 años de la reapertura de una universidad que habían cerrado los militares aduciendo que no tenía nivel académico, justamente ellos. 

- Dijo recién que hace una semana que no se le borra la sonrisa. Pero la comparte con millones de argentinos.

- "Gracias a Dios sí. Se ha producido un fenómeno con la aparición de Guido muy extraño. Tampoco esperábamos la aparición de Guido. Fue todo muy rápido. El fenómeno es muy interesante. Vi en la calle bocinazos, gente que salía espontáneamente hacia la sede de Abuelas. Fue algo como que no pertenece sólo a mi familia, sino a todo el pueblo argentino. Se festejó, se lloró y es un hecho que alegra mucho porque reivindica también a mi hermana, a los 30 mil compañeros desaparecidos, al pueblo argentino que sufrió la dictadura. No se me borra la sonrisa porque su aparición marca un antes y un después.

No creo que nadie se pueda manifestar en contra de la aparición de un nieto restituido o que alguien esté a favor de que siga en cautiverio. Algunos tuvieron opiniones desafortunadas pero no sé, tendrán un problema psicológico para resolver en terapia. Esto fue una alegría, un triunfo del pueblo argentino, un aporte a la democracia, una profundización y una demostración de que los argentinos no barremos debajo de la alfombra. Esperamos 30, 36 años y la Justicia llega. Y esto es importantísimo para el futuro".

- ¿Cómo cree que seguirá la historia de Guido, Ignacio y la necesidad sobre ahondar qué sucedió?

- "Nosotros respetamos mucho. Con Guido tuvimos una reunión en privado, los tres hermanos con mamá y nos fuimos tanteando, porque no nos conocíamos. Nosotros lo buscamos 36 años y él no sabía que existía su situación y se supo en 48 horas. Además por una filtración su foto salió casi en cadena nacional. Respetaremos, porque pidió una serie de cuestiones. Quiere seguir llamándose Ignacio, yo lo veía bien. Mamá le pide que se llame Ignacio Guido. Lo decidirá él. Son datos menores. Nada puede empañar esta alegría. Obviamente nos citamos para próximas reuniones, comidas, charlas. De a poco iremos reconstruyendo la vida que durante 36 años le fue negada".