Por Daniel Lozano

CARACAS.- La oposición venezolana lanzó ayer un grito desesperado, dirigido a un país en vacaciones y al mundo, tras conocer que el chavismo intenta forzar al Tribunal Supremo para que ordene la repetición parcial de las elecciones parlamentarias. "Es un intento de golpe de Estado judicial contra la voluntad del pueblo, un alzamiento contra la voluntad del soberano", denunció Jesús Torrealba, secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Según la versión opositora, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) introdujo en la noche de ayer un recurso contencioso en la sala electoral del Tribunal Supremo cuando ya estaba cerrada por vacaciones. El expediente 2015-000139 incluye un amparo contra la proclamación de 22 diputados opositores.

Pocos detalles más conoce la MUD, a cuyos abogados se impidió acceder al expediente. LA NACION pudo saber que dos jueces suplentes fueron convocados a toda velocidad para dar entrada al recurso. Las estadísticas demuestran que es la sala favorita del oficialismo: ocho de cada nueve recursos son favorables a los partidos de la revolución.

"Quieren ganar en los escritorios de la burocracia lo que no ganaron en las urnas. Es una medida suicida del gobierno, una emboscada judicial", enfatizó Torrealba, que estuvo respaldado por la plana mayor de la oposición. La MUD contactó de forma inmediata a la Unasur, la OEA y la Unión Europea (UE).

En tanto, un grupo de ex jefes de Estado y de gobierno integrantes de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA-Democrática) hicieron ayer un llamado a la OEA, el Mercosur y la UE por "las graves alteraciones constitucionales en Venezuela, que amenazan con desconocer la voluntad popular expresada en las elecciones del 6 de diciembre".

"Recurrimos a la opinión pública internacional para hacernos eco de las denuncias planteadas por la MUD según las cuales se intenta por parte del oficialismo una acción judicial ordinaria de nulidad electoral ante el Tribunal Supremo de Justicia", agregó la carta de ex mandatarios.

La estrategia del oficialismo se centra en impugnar a 22 diputados opositores, elegidos en los comicios parlamentarios. Aquel día, el chavismo recibió una paliza histórica: 112 escaños de la oposición frente a 55 suyos. En la alianza antichavista creen que el frente bolivariano pretende repetir las elecciones en aquellos circuitos donde el voto nulo tuvo porcentajes altos, según el criterio revolucionario. Una posición por lo menos pintoresca: el chavismo controla el Consejo Nacional Electoral (CNE), las urnas, las máquinas y ellos mismos impusieron el actual sistema.

Sombras de un fraude imposible y un objetivo: que la oposición pierda la mayoría absoluta calificada de los dos tercios del hemiciclo, que le otorga el poder para convocar, incluso, una Asamblea Nacional Constituyente. Karin Salanova, la dirigente de Primero Justicia que en Aragua arrebató un feudo chavista al gobierno por sólo 82 votos, vuelve a estar en la mira revolucionaria.

"Dudamos de que las fuerzas armadas se presten a apoyar este golpe electoral", vaticinó el vocero de la MUD. Los 112 diputados opositores están acreditados y a la espera de la toma de posesión del nuevo Parlamento el próximo 5 de enero.

El chavismo empezó a airear su estrategia la semana pasada, cuando Maduro calificó como "golpe electoral fascista" el triunfo opositor y aseguró que no iba a permitir que se consolidara. Según Maduro, en las elecciones parlamentarias se registraron más de un millón y medio de votos nulos, pese a que en los datos aportados por el CNE no llegaban a 700.000.

Los técnicos electorales de la oposición descubrieron que los votos nulos aumentan en centros chavistas y lo atribuyen a una mezcla de voto castigo y de miedo. En Venezuela no existe la opción del voto en blanco. Además, el voto mecanizado genera errores en los votantes más inexpertos, gracias al "mejor sistema electoral del mundo", como repiten en la revolución.

"Hay muchos votos nulos. No se puede saber si fue por alguna manipulación", explicó Jorge Rodríguez, jefe de campaña chavista.

Venezuela vive horas cruciales, que coinciden además con el proceso exprés para nombrar a 13 magistrados del Tribunal Supremo, comandado por Diosdado Cabello. Saltándose varias disposiciones y desconociendo a la nueva Asamblea electa, el Parlamento moribundo apretó ayer el acelerador para elegir a los jueces de su interés, respaldados además por el Parlamento Comunal Nacional -una paraasamblea creada por el chavismo tras la derrota electoral- que volvió a hacerse presente en las instalaciones parlamentarias.

Y, en paralelo, el Parlamento Comunal Nacional desarrolló una nueva sesión en el hemiciclo anexo al oficial, entre arengas revolucionarias y gritos de "¡Chávez vive!".