En la cuenta regresiva, rumbo a la marcha número 11 en repudio a la instalación de UPM (ex Botnia), la Asamblea Ambiental Ciudadana de Gualeguaychú trabaja en la organización. Este 26 de abril se volverá a protestar contra la pastera ubicada en la costa uruguaya. “Ya son 11 las marchas que realizaremos en Gualeguaychú y es un orgullo, porque se muestra al país, el compromiso de toda una ciudad, en una actitud que no tiene antecedentes en la Argentina”, manifestó la asambleísta Cristina Limba. 

“Para nosotros es un día de festejos, más allá que esté funcionando Botnia, porque logramos frenar la gran cantidad de pasteras que tenían planificado en nuestra región. Hoy la empresa finlandesa, sabe muy bien que nuestro pueblo la está vigilando permanentemente”, agregó. La Asamblea comenzó a trabajar en todos los detalles, a través de las sub comisiones, que tienen bien definido las responsabilidades que tienen en el evento. “La gente sabe que es un día donde la gente levanta las banderas y pone de manifiesto el gran rechazo a Botnia, y hoy no podemos bajar los brazos, más allá de la desazón por no haber cumplido con un montón de cuestiones incumplidas”, dijo Limba. 

El año pasado, la movilización fue convocada bajo el lema “Sin fronteras por la vida”. No fue casualidad: sin fronteras porque la contaminación no distingue nacionalidades, la contaminación no sabe de fronteras “solo contamina, corroe, destruye las simientes de esta tierra que nos da abrigo, que nos da vida; el lugar en que vivimos”, tal como se anticipó esa vez en la proclama leída en el puente internacional. 

Esta movilización tiene un antecedente histórico: el 30 de abril de 2005, cuando los ciudadanos de ambas orillas se comprometieron a defender el río Uruguay “que pertenece a todos”. Desde esta movilización siempre se ha expresado la firme convicción de los pueblos que se oponen a la presencia contaminante de UPM (ex Botnia). 

Se trata de la expresión más cabal de la existencia de un conflicto que ya lleva 11 largos años y que lejos de haberse solucionado, se intensifica cada vez más, justamente porque la pastera UPM sigue contaminando el aire, el río, la tierra. 

Demasiadas promesas y declaraciones de los gobernantes de ambos países que quedaron en la nada o en todo caso quedaron sujetos al poder económico de una empresa que no responde a ningún Estado, según reprodujo Máxima Online. 

El año pasado, la proclama sostuvo que “en Argentina como en Uruguay, se ha hecho un gran esfuerzo en materia de Derechos Humanos. Sin embargo, así como por un lado se han llevado a la Justicia a los genocidas, por otro se da amparo a quienes son ecocidas, como el caso de los directivos de UPM (ex Botnia)”. 

“En este sentido, los gobiernos están escribiendo sus nombres en la historia como los mayores promotores del ecocidio que se está produciendo en la región; y no solo por proteger a Botnia UPM, sino por permitir la minería a cielo abierto, el desmonte nativo, el uso indiscriminado de los agrotóxicos, el volcado de efluentes cloacales e industriales a nuestro río”, sostuvieron los asambleístas. 

Este año, en la undécima marcha ese contenido sigue vigente y este 26 de abril se volverá a protestar por “una de las contaminaciones más impune que se realizan en la región”.