Un grupo de chicas de una escuela privada de San Luis había decidido quedarse la noche del 21 en el pueblo y regresar bien temprano en la mañana del lunes. Estaban compartiendo un momento con los chicos de otra escuela ubicada cerca del Puente Blanco cuando comenzaron a sentir que les estaban apedreando la casa. Los varones salieron a ver qué sucedía y fueron patoteados por un grupo de alumnos de un tradicional centro educativo, de mucho renombre, pero del ámbito público. Llamaron a la policía y cuando los uniformados concurrieron, lejos de intentar ayudarlos les dieron la respuesta insólita: "Jódanse, la fiesta del Estudiante terminó a las diez de la noche".

"Es un grupo minúsculo, que está liderado por un pibe que le gusta hacer bardo", contó un allegado a las adolescentes que pasaron la noche del domingo al lunes en vela temiendo por su seguridad.

Dijo también que sabían "perfectamente" quien era el grupo de agresores, porque eran "conocidos" de las agredidas.

"No entiendo porqué pueden haber tomado tamaña actitud", dijo refiriéndose a los atacantes de la casa, que después le dieron una paliza a los jovencitos que estaban con las chicas.

"Pero más me preocupa que la policía pueda haber dado esa respuesta", amplió e indicó que realizarían una denuncia, aunque a la hora de hablar con este medio no sabía si sería en conjunto con los demás padres o si la presentarían individualmente.

También, en razón de lo delicado del tema y por tratarse de menores los que están involucrados, hasta tanto no hubiese un acuerdo con los demás progenitores, pidieron reserva de los datos que pudiesen identificar tanto a unos como a otros protagonistas del incidente.

"Nos preocupa sobremanera lo que hicieron los chicos, pero también es muy indignante la respuesta que recibieron las chicas por parte de quienes supuestamente están allí para velar por la seguridad de los ciudadanos. Como si haber traspuesto el límite horario que la policía determinó para la finalización del evento hubiese dejado la zona liberada", sentenció.