Grassi acude a la Corte Suprema para que revise su condena

Grassi acude a la Corte Suprema para que revise su condena
La defensa apela a la última instancia para salvar al sacerdote. Los argumentos.

La defensa del cura Julio César Grassi, preso desde hace diez días en el Penal de Campana, pidió hoy a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que revoque la condena de 15 años de prisión impuesta al sacerdote por abuso de menores.

Según trascendió de fuentes allegadas al caso, la defensa elevó un recurso extraordinario ante el máximo tribunal para impugnar el veredicto del juicio oral dictado el 10 de junio de 2009 y confirmado por el Tribunal de Casación y la Suprema Corte bonaerenses.

Los defensores de Grassi plantearon argumentos sobre la necesidad de que la Corte, en forma extraordinaria, analice este caso y justificaron el planteo en base a lo que consideran una sentencia arbitraria.

En ese sentido, la defensa profundizó en las dudas que, a su criterio, dejó el testimonio de "Gabriel", uno de los chicos que asistía a la Fundación Felices Los Niños y que denunció al sacerdote por abuso.

Precisamente, Grassi fue condenado por sólo dos hechos de los 17 por los que fue enviado a juicio oral, mientras que fue absuelto por las denuncias de los otros dos menores, identificados como "Luis" y "Ezequiel".

La condena, dictada en 2009, fue a 15 años de cárcel, pero el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón entendió que el cura podía seguir en libertad hasta que el fallo quedara firme. No obstante, el fallo fue ratificado por el Tribunal de Casación bonaerense y hace tres semanas por la Suprema Corte provincial.

El 23 de septiembre, el Tribunal de Morón realizó una audiencia para decidir si hacía lugar a los planteos de los acusadores para meter preso a Grassi. Aunque el sacerdote reclamó que le permitieran seguir en una libertad restringida, los jueces dispusieron su arresto para garantizar el principio de igualdad con otras personas que enfrentan causas similares.

Para esa altura, Grassi solo había estado preso un mes en 2002 -desde que el caso se hizo público en la televisión hasta que se le dictó el procesamiento-, y luego permaneció recluido en su casa tres meses con prisión domiciliaria.

Ahora, Grassi está detenido en la Unidad 41 de Campana, mientras sus abogados intentan dar la última batalla en la Corte Suprema.

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