En los negocios de cristales para autos, colas y caras largas. En las compañías de seguros, teléfonos que no pararon de sonar y filas que superaron la media cuadra. En el Servicio Meteorológico Nacional, orejas rojas de tanto recibir críticas. El temporal de granizo que azotó a la ciudad parece haber durado más que los 15 minutos del domingo: ayer, aún seguía siendo el tema del día. Las inclemencias climáticas provocaron graves daños en vehículos, viviendas y comercios, sobre todo en techos y vidrios rotos.

La postal más clara de los daños producidos por el granizo se vio en la avenida Champagnat. Eduardo Oteiza, quien hace 30 años tiene un negocio de cambio de parabrisas y lunetas, contó: "Te juro que nunca vi una cosa así. Estamos tapados de trabajo, no damos abasto". La imagen se repitió ayer en el local de "Parabrisas Lalo": hubo largas colas durante todo el día. La demanda fue tan importante que en los negocios de cristales recién están dando turnos para la semana que viene.

"El problema es que nadie estaba preparado para esto. No hay stock de vidrios, no tienen ni las fábricas", decían los damnificados del granizo. Juan Carlos, un vecino del Regional con la luneta de su Fiat Duna hecha añicos, podía dar fe. "En una casa había stock, pero a las 10 de la mañana ya tenían 30 números de espera. Y en otra ya se habían quedado sin cristales", contaba resignado a perder el día de trabajo por no poder usar el auto.

Los comercios estaban abarrotados. Un cambio de parabrisas y luneta de un auto estándar cuesta unos $2.200, pero si se trata de un vehículo de alta gama la cifra llega a los $8.000. Los precios dependen mucho del tipo de auto. Y de las avivadas. "Están pidiendo el doble de lo normal", se le escuchó decir a un cliente al que no había piedra de hielo que lo enfriara.

Además de arreglar autos ajenos, algunos dueños de cristalerías y talleres tuvieron que pensar en los suyos. "Tengo que ir a ver a mi chapista de confianza, para que arregle mi camioneta bollito por bollito. Me voy a gastar una fortuna", se lamentaba Ricardo, propietario de un taller de la avenida Champagnat.

Acaso los más perjudicados por el granizo hayan sido los taxistas. Leonardo, que desde hace más de 15 años trabaja como chofer, relató su padecimiento: "Iba por Colón y San Luis, con pasajeros. Cuando empezó a granizar no tuve tiempo de hacer nada. Me estalló la luneta, se me rompió el cartelito de radio-taxi. ¡Y mirá como tengo el capó! Sentí una impotencia tremenda". Es que muchos autos quedaron, doblemente, a la intemperie. No sólo por el temporal, sino porque algunas de las pólizas de seguros no cubren los perjuicios provocados por el temporal. Los seguros contra todo riesgo cubren la rotura de los vidrios y las chapas de los autos en caso de granizo. La misma cobertura tienen las pólizas contra terceros completos en los vehículos con una antigüedad de hasta 9 años. Y en los autos de entre 9 y 15 años el seguro cubre los vidrios, pero asegurar las chapas contra el granizo es optativo. En promedio, cada compañía recibió ayer más de 100 reclamos.

"Nunca vi algo igual en mi vida, el granizo fue terrible, fueron 10 minutos de terror. Tengo los vidrios y las lunetas rotas de mis dos autos, uno estaba asegurado contra todo riesgo y el otro no sé si me cubre, tengo que averiguar", contó Pedro García, propietario de un remis, mientras hacía la cola en un negocio de cristales.

El panorama fue similar en las compañías de seguro, donde se formaron largas filas. A tal punto que algunas aseguradoras decidieron extender el horario de atención. Un dato: muchos de los damnificados tenían asegurado el parabrisas.

"La cobertura de daños en la chapa del vehículo se cubre si la póliza tiene el adicional de granizo. Nosotros en autos de hasta 9 años de antigüedad cubrimos el granizo automáticamente. Y en vehículos de más de 9 años hasta 15 de antigüedad la cobertura incluye luneta, parabrisas y vidrios laterales. Sólo si lo pide el cliente va como adicional la cobertura de la chapa por granizo, pero se cobra un poco más la cuota", explicó Mariano Fioriti, empleado de la compañía Bostos Seguros. Y agregó: "La cobertura de cristales incluye rotura por cualquier causa. Y se cubre en autos de hasta 19 años de antigüedad. Aunque los límites de cobertura van cambiando de acuerdo a la póliza. En algunos casos se cubre el 100 por ciento y en otros hasta cierto monto". El precio varía de acuerdo al valor del auto: hay clientes que pagan desde $230 por mes hasta más de $400.

En las vidrierías tuvieron un día tan agitado como en las compañías de seguros. "Estamos saturados de trabajo. Tenemos el triple de pedidos que en un día normal. Decidimos priorizar los casos más urgentes", dijo Lorena, de la vidriería Ursini. Allí el metro cuadrado de vidrio ronda entre $85 y $100 (el precio varía de acuerdo a la calidad) y la colocación en la vivienda cuesta entre $35 y $40.

Graves daños

Las consecuencias del temporal seguían ayer a la vista de todos. En la esquina de Luro y España, la Municipalidad cortó preventivamente el tránsito por el riesgo que implicaba para los automovilistas y peatones la rotura de 35 vidrios en un edificio ubicado sobre la avenida. "Estamos sacando todos los vidrios rotos para evitar un accidente. Era un peligro que la gente pasara caminando por la vereda ante la posibilidad de que se le cayera un vidrio sobre la cabeza. Por eso estamos trabajando en el edificio para disminuir los riesgos", explicaron desde Defensa Civil. El mismo operativo se realizó en otros dos edificios, uno ubicado en Yrigoyen al 1400 y otro en Luro al 2500. Defensa Civil también retiró ayer los 125 vidrios que se rompieron como consecuencia del granizo en la sucursal del Banco Provincia ubicada en el corazón de la peatonal, en San Martín y Córdoba.

El fenómeno climático se inició el domingo cerca de las 15 y duró poco más de 15 minutos, luego de una jornada cálida y soleada. Según fuentes municipales fue el temporal más fuerte en los últimos 35 años en la ciudad.

La zona céntrica lució, poco después del mediodía, totalmente cubierta por granizo, al igual que la playas que los turistas debieron abandonar rápidamente para refugiarse bajo techo.

Vidrios rotos, tejas desprendidas y autos totalmente golpeados en su carrocería se transformaron en un escenario común en varios sectores de Mar del Plata tras el temporal. Además, algunos árboles y postes del servicio de energía eléctrica fueron derribados por el fuerte viento que acompañó la tormenta. Las inclemencias climáticas también afectaron a los balnearios, que quedaron muy dañados.

La imagen se repitió ayer en distintos puntos de la ciudad: autos circulando por la calle con los parabrisas rotos. "Tengo aire acondicionado propio", bromeaba Raúl, que sufrió la rotura de la luneta de su auto. No todos se lo tomaron con humor: la mayoría de los damnificados cuestionó la falta de tecnología para prever el fenómeno climático.