Saber decodificar perfectamente el mensaje de las urnas puede significar un nuevo punto de partida para quien tiene aspiraciones de seguir gobernando. En ese plano, el intendente José Echeverría parece haber entendido que parte de la inesperada performance electoral de las Primarias obedece a cambios y decisiones que debieron ocurrir tiempo atrás. En una reunión a la que asistieron su mesa chica, funcionarios y gente de su confianza, el intendente aseguró que si gana la elección de octubre y continúa al frente del Departamento Ejecutivo la primera medida que tomará será remover a todo el gabinete e incorporar gente nueva, para lo cual ya habría mantenido contactos informales con varias personas –muchas de ellas profesionales- que podrían ser los eventuales reemplazantes de los actuales funcionarios. Mientras tanto, en la intimidad del poder Echeverría analiza cómo transitar dos meses claves para su futuro político. Siente, aunque no lo reconozca, que algunos de sus funcionarios fueron un “contrapeso” para su imagen y que algunos “tiraron la toalla” o “colgaron los guantes” antes de tiempo. De origen justicialista, y actual presidente del partido político más influyente de los últimos treinta años, Echeverría  valora antes que cualquier otra característica de la gente que lo acompaña la lealtad. Y en ese contexto, aseguran, tomó una decisión que, si bien depende de un resultado que es difícil de revertir, muestra un golpe de timón, un cambio, amplio y sin anestesia, que quizás  alimente la esperanza de una etapa que de comenzar nuevamente en diciembre lo hará de cero en todo sentido.