Mar del Plata volverá a una costumbre que perdió desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio: las miradas se volverán a posar este fin de año sobre lo ocurrirá en la principal ciudad balnearia del país. Ya no será por el turismo, sino por la prueba piloto que será monitoreada desde el COM pero que también se observará desde la Casa de Gobierno bonaerense e incluso Casa Rosada.

Es que se tratará de la primera experiencia de esta magnitud en una ciudad de más 500 mil habitantes, ese conjunto de conglomerados en los que cuales se vienen manteniendo mayores restricciones y donde se focalizó al contagio. La mayoría de ellos, con transmisión comunitaria del coronavirus. Pero Mar del Plata emerge como una excepción, donde tras un inicio preocupante con dos rápidas muertes luego supo recuperarse y a la fecha solo presenta un caso de contagio en recuperación.

El intendente Montenegro, al anunciar la medida, enfatizó que “la cuarentena no se terminó”. Lo propio hizo el coordinador de Gabinete, Alejandro Rabinovich, su hombre de máxima confianza en el Gabinete. Con la preocupación ascendente en la afectación en la economía de la cuarentena, en el gobierno saben inexorablemente que la habilitación del funcionamiento de los comercios minoristas durante el fin de semana significará un importante movimiento de personas. Habrá aquellas que salgan por la necesidad de hacerse de productos que no consiguen desde el 19 de marzo y otros que lo aprovecharán como un leve respiro para salir de la rutina de encierro.

La principal preocupación la hicieron explicita desde la administración comunal, al pedir que los vecinos se muevan por los comercios cercanos a su domicilio. No es la posible conglomeración de personas en centros comerciales como el de la Peatonal, Güemes y Alem, el principal alerta, sino el desborde del transporte público, allí donde se pueden reproducir focos de contagio, de acuerdo a los epidemiólogos.

Mientras tanto, la decisión fue celebrada por los comerciantes, muchos de los cuales ya venían haciendo notar su necesidad de volver a la actividad. Y no solo lo expresaron mediante comunicados, sino que incluso un puñado de ellos de calle San Juan realizó el miércoles una manifestación pública que culminó con una reunión con el intendente. Les pidió 36 horas para decidir, pero el anunció llegó menos de 12 horas después.

"Sespués de una lucha inédita contra la “pandemia” que acosa al a la población mundial, particularmente en Argentina y en especial en Mar del Plata, la disciplina ciudadana de los marplatenses ante la “cuarentena”, hasta ahora posibilita que se vaya gradualmente generando una flexibilización de las rígidas exigencias vigentes que permitieron un éxito parcial hasta el momento", destacó la UCIP, en un comunicado donde aseguró que el 80% de los comercios a la calle podrán reabrir sus puertas este sábado y domingo.