El Gobierno tardará 90 días en elegir al nuevo CEO de YPF

El Gobierno tardará 90 días en elegir al nuevo CEO de YPF

El futuro presidente de la petrolera se lo confirmó a inversores

Miguel Galuccio, el presidente y CEO de YPF, la mayor empresa de la Argentina, abandonará su cargo a fines de abril, cuando la asamblea de accionistas cumpla con la decisión del presidente Mauricio Macri y no le renueve sus cargos. Sin embargo, es muy probable que aún no esté definido quién será su sucesor, por lo que la empresa funcionará sobre la base del plan actual de negocios, pero sin una cabeza en términos operativos o, en el mejor de los casos, un comando provisional.

Así lo reconoció ayer en Nueva York Miguel Gutiérrez, actual director de la compañía, que en abril se convertirá en el presidente de la empresa. En diálogo con inversores, el ex ejecutivo de Telefónica reconoció que el proceso para reemplazar a Galuccio llevará "alrededor de 90 días. Mientras tanto la compañía seguirá con su plan de negocios para el año, que el directorio en el que estoy aprobó recientemente".

Las autoridades salientes y entrantes intentaron ayer llevar a la ciudad norteamericana el mensaje de transición ordenada que intentan implementar, aunque con algunos sobresaltos.

Los ejecutivos intentaron en la reunión de ayer buscar inversores interesados en comprar hasta US$ 1000 millones en bonos que pondrán hoy en venta, algo que cubriría casi todas sus necesidades financieras del año.

La regla del encuentro fue el intercambio de elogios. "Quisiera agradecerle a Miguel Galuccio por su gran trabajo liderando YPF durante un período difícil y le deseo lo mejor en el futuro", dijo Gutiérrez. Fue una devolución de la gentileza que antes había tenido Galuccio con el nuevo directivo: "El accionista de control decidió proponer a Miguel Gutiérrez como nuevo chairman de YPF y creo que ésta fue una excelente elección", aseguró.

En busca de sucesor

Las mieles de ayer estuvieron lejos de las fricciones que hasta la semana pasada intercambiaron el Gobierno y Galuccio, algo que precipitó el anuncio de su salida. Ambas partes transitan un acuerdo inestable: quieren que sus diferencias no impidan defender patrimonialmente a la empresa, cuya acción se podría ver perjudicada por una riña entre el accionista mayoritario y la alta gerencia.

Gutiérrez envió ayer otro mensaje pacificador en esa dirección. "No esperamos cambios adicionales en la gestión en tanto consideramos que la compañía debería continuar conducida profesionalmente", dijo.

La afirmación del futuro presidente de YPF lleva a pensar que toda la alta gerencia continuará en su silla. Entre ellos, Daniel González, la máxima autoridad financiera de la empresa, que ayer ofició de presentador en Nueva York.

Una versión que partió de un despacho oficial señalaba ayer que el ejecutivo podría asumir de manera interina como gerente general de YPF en reemplazo de Galuccio, hasta que el Gobierno le encuentre un reemplazante.

González es uno de los que tienen buena llegada al Gobierno, en especial por su relación con Mario Quintana, ex conductor del fondo Pegasus y actual vicejefe de Gabinete (tiene a su cargo la coordinación de las áreas económicas). De hecho, González es director de Pegasus. Una de las polémicas que condujo a la salida de Galuccio fueron las críticas con respecto al endeudamiento de YPF, que surgió de un comentario del ministro de Energía, Juan José Aranguren, frente a legisladores de Cambiemos. El encargado de difundirlo fue el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, por Twitter.

González le dedicó ayer un espacio al tema de la deuda. Dijo que el objetivo de la relación deuda/Ebitda (utilidades antes de intereses, impuestos y amortizaciones) debía ser de 1,5 veces y reconoció que este año la empresa estará levemente por encima de ese nivel, pero sostuvo que la empresa está comprometida a ubicarse rápidamente por debajo del objetivo inicial.

Temor por los holdouts

YPF informó ayer a la SEC, el organismo que controla a las empresas que cotizan en Bolsa en EE.UU., que "no puede haber ninguna garantía de que la Argentina será capaz de obtener el capital suficiente o tener dinero disponible para financiar los pagos" a los holdouts. Lo hizo en el documento denominado F-20.

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