El Gobierno volvió sobre sus pasos y debió reformular las reglas de juego que había anunciado hace sólo tres meses para el mercado de los biocombustibles. A través de la Secretaría de Energía, que dirige Daniel Cameron, informó ayer que segmentó los precios del carburante orgánico (se mezcla hasta un 7% con el gasoil) en tres niveles y, de esa manera, mejoró los valores de venta que recibían las pymes del sector, que habían entrado en crisis.

"Es una buena resolución para las pymes, no sólo para que puedan subsistir, sino también para trabajar", resumió Alfredo Langezfeld, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables.

Fue la tercera modificación que sufrió ese mercado desde agosto, cuando el viceministro de Economía, Axel Kicillof, anunció una baja del 15% en el precio interno de la tonelada del combustible, de $ 5195 a $ 4405,3, y el aumento de las retenciones a la exportación, desde un 14% hasta una tasa efectiva del 24 por ciento. El objetivo del economista que responde a La Cámpora era favorecer a la recientemente nacionalizada YPF mediante una baja en sus costos. El efecto no deseado de esa medida fue el inicio de una crisis sin precedente entre las pymes productoras del combustible.

El rechazo que cosechó la decisión obligó luego al Gobierno a elevar a $ 4661 el precio de la tonelada. También estableció un esquema móvil para las retenciones, con una actualización quincenal, y creó la Unidad Ejecutora de Monitoreo, controlada por Kicillof y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que debía actualizar los precios.

La modificación en los precios, que se pública en la página web de Energía había sido comunicada a la industria esta semana.

La decisión divide a los productores en tres categorías: las mayores empresas, como Vicentín, Cargill, Molinos Río de La Plata, Explora y Patagonia Bioenergía, recibirán un precio menor, mientras que las compañías de menor escala tendrán un valor más alto.

PELEA DE FONDO

La resolución indica que las firmas que producen hasta 20.000 toneladas al año cobrarán $ 5333,29 por tonelada -21% más con respecto a la modificación planteada por Kicillof en agosto-; las que van desde 20.000 hasta 100.000 toneladas cobrarán $ 5182,53, y las empresas que elaboran más de 100.000 toneladas tendrán un precio de 4565,34 pesos. Esos precios se aplican en forma retroactiva desde la segunda quincena del mes pasado.

Los vaivenes en el mercado del biodiésel llevan el sello de las diferencias no confesadas entre el revitalizado ministro de Planificación, Julio De Vido, y Kicillof. El primero fue uno de los principales mentores del negocio. En 2005, esa industria era inexistente, pero siete años después había logrado atraer inversiones por más de US$ 1000 millones. Es por eso que los cambios planteados por el viceministro cayeron mal en el seno de Planificación. En la misma línea, segundas líneas de esa cartera celebraron la resolución como un triunfo. Más aún: las cámaras empresarias que representan al sector aseguran que los cambios que se aplicaron fueron una orden directa de la presidenta Cristina Kirchner.

La pelea política por el biodiésel condujo al colmo de la sensibilidad de los equipos que responden a cada uno de los funcionarios. Por ejemplo, la nacion explicó el 21 del mes pasado los lineamientos del sistema, que finalmente se aplicó ayer. Sin embargo, en ese momento Planificación se tomó el trabajo de emitir un comunicado en el que desmintió que estuvieran previstas reuniones por ese tema.

TRES CAMBIOS EN TRES MESES

Otro retoque del Gobierno a las reglas del negocio

Axel Kicillof - Viceministro de Economía

Para bajar los costos de YPF, Kicillof ordenó una baja en el precio interno del biodiésel en agosto y aplicó mayores retenciones a la exportación del combustible

21%

Mejora para las pymes

Es el aumento porcentual del precio que recibirán las pequeñas y medianas empresas, en comparación con el valor estipulado en las modificaciones de agosto