“Tenemos la responsabilidad sobre las mesas de Resistencia, dos escuelas de Sáenz Peña, dos de Charata y dos de Villa Ángela. Se agregarían 100 mesas más en la capital”, explicó Oteo sobre la polémica, donde la Municipalidad de Resistencia también había iniciado un proceso licitatorio por este sistema.

“El municipio capitalino se adelantó porque al Tribunal pidió autorización para todas las categorías, pero en realidad eso es competencia nuestra, del Ministerio de Gobierno, por eso la justicia decidió de esta manera”, aseguró Oteo. Se sigue El ministro Oteo destacó que la provincia se hubiera hecho cargo de parte de la elección del 20 de septiembre incluso si la elección se hubiera desdoblado.

Sólo en ese caso, ellos hubieran tenido que ocuparse de lo referido al municipio”, puntualizó. “Ellos comenzaron el proceso, ahora tendrán que desistir”, apuntó. “Nosotros ya comenzamos también, el lunes será la apertura de los sobres para determinar cuál sería la empresa encargada de la boleta electrónica”, continuó.

El Chaco ya utilizó el voto electrónico en el año 2013 y la empresa a cargo del sistema fue la que realizó trabajó este año en las elecciones de Tucumán y Buenos Aires. Y que se espera también sea una de las oferentes del próximo lunes. Sin temor Oteo explicó el sistema y descaró que haya fraude. “En la máquina no queda registrado cómo es cada voto, la máquina no guarda esos datos, ni se usan esos para el recuento. La boleta que elige el votante se imprime y es el elector quien puede chequear en pantalla y en su impresión que todo coincida. Pero no quedan registrados los datos”, insistió.

Luego, profundizó: “En un conflicto entre fiscales se pueden abrir las urnas y contarlas manualmente. Son los partidos sin fiscales quienes más se favorecen con este sistema, ya que al no haber boletas, se termina con la falta de boletas”, resaltó.

“El escrutinio provisorio es más rápido, pero los sistemas de seguridad son los mismos, todo se puede controlar manualmente. Los fiscales pueden contar los votos y cotejarlos con las planillas”, insistió. Luego consideró: “hay que dejar en claro que las máquinas no guardan datos, por lo cual no se pueden hackear. Cuando hablamos de sistemas nuevos, siempre hay temor en la gente. Pero en esta oportunidad todo es más seguro”.