Desde que Horacio Rodríguez Larreta asumió la jefatura de Gobierno, la política gubernamental sobre las villas viró notablemente. Así lo advirtieron las organizaciones y referentes que trabajan en los barrios y que padecieron durante ocho años una gestión –la de Mauricio Macri- que no los tenía en cuenta.

Rodríguez Larreta creó la Secretaría de Integración Social y Urbana tomando como planteo uno de los ejes propuestos por los curas villeros: no hay urbanización posible sin la integración de sus habitantes a la Ciudad. También le ordenó a uno de sus ministros preferidos, Franco Moccia (Desarrollo Urbano), que canalizara vía el Instituto de la Vivienda la urbanización de algunas villas seleccionadas, en especial la 20.

Al anuncio de la urbanización de la Villa 31-31 BIS, que significó el inicio de este viraje político, le siguieron otros proyectos en el mismo sentido. Se aprobó la construcción de la Villa Olímpica en el Parque de la Ciudad y la venta de unas 45 hectáreas para financiar la urbanización de la Villa 20. Al mismo tiempo, se confirmó la apertura de calles y mejoramientos en la villa Fraga, en Chacarita. Y se destrabó el largo proceso judicial que impedía la urbanización de la villa Rodrigo Bueno: el gobierno desistió de las apelaciones que llevaron el caso hasta el Tribunal Superior de Justicia y acordó un plan junto con los vecinos.

Diario Z realizó un relevamiento del plan plurianual de inversiones enviado a la Legislatura, donde se materializa –en términos monetarios- la intención del gobierno de avanzar en las urbanizaciones propuestas. Así, por ejemplo, la 31 recibirá hasta 2018 una inversión directa del Estado de unos 3.539 millones de pesos; la villa 20, 2.648 millones; Fraga, 1.664 millones; y la Rodrigo Bueno, que es la más pequeña, 291 millones de pesos. En total, el gobierno destinará más de 8 mil millones de pesos para urbanizaciones.

El Ejecutivo ha priorizado estas cuatro de un total de 56 villas. ¿Cuál es la razón por las que se eligieron éstas y no otras? Diario Z intentó conocer la visión oficial del tema, pero no obtuvo respuesta.

Para el director del área de Derechos Económicos, sociales y culturales del CELS, Eduardo Reese, existen dos formas de ver la cuestión: una complaciente con el gobierno y otra mirada con cierta sospecha. “A favor del gobierno uno podría decir que es imposible empezar por todas juntas. Tenés que elegir algunas y arrancar. Lo que tendremos que hacer luego es reclamar que se haga lo mismo para todas las demás”.

¿Y la parte sospechosa? “Las villas elegidas están relacionadas con un proceso de valorización del suelo para futuros proyectos inmobiliarios”, afirma Reese. La misma mirada aporta el ex legislador Facundo Di Filippo, autor de la ley de urbanización de la Villa 31: “Ponen la plata en las villas que les facilitan ventajas inmobiliarias”.

Reese cita el caso de la villa Rodrigo Bueno, donde existe la sospecha de que el cambio de postura del gobierno está relacionado con la presión de la constructora IRSA. La empresa busca desde hace varios años un permiso para construir un megabarrio de lujo en terrenos de la ex ciudad deportiva de Boca Juniorns, lindero a la villa. Y es más: ofrecieron financiar la urbanización a cambio de la autorización.

“Las obras en la Villa 20 –sigue Reese- están relacionadas con la Villa Olímpica y la venta del Parque de la Ciudad.” En ese sentido, la Ciudad también invertirá mucho dinero –según el presupuesto- en la recuperación de los monoblocks del sur. Unos 3.500 millones irán para el mejoramiento de las torres, de los cuales 500 millones serán para el Complejo Soldati, que se ve justo desde la Villa Olímpica y donde el año pasado un chico de 15 años murió tras apoyarse en una baranda en mal estado.

“En el Playón de Chacarita, la reapertura de la avenida y los mejoramientos van a hacer aumentar el valor del suelo”, continúa Reese. “Y lo de la 31 está atado a la autopista ribereña, que en verdad es muy importante para valorizar los terrenos que están en frente de Catalinas Norte, donde hay 16 hectáreas que son de la Ciudad. Para resolver esto, tenés que resolver la autopista”, añade.

Las organizaciones reconocen por lo bajo que la política de Rodríguez Larreta los colocó en un brete: nadie podría negarse a las obras de mejoramiento y la urbanización propuesta. Por eso, varios se juntaron en y presentaron el Acuerdo por la Urbanización de Villas, con el que intentan marcar las pautas mínimas de trabajo para todos los asentamientos de la Ciudad.

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Fuente Redacción Z