El Gobierno y la Iglesia disienten sobre el rol papal en las críticas de Cristina

El Gobierno y la Iglesia disienten sobre el rol papal en las críticas de Cristina

En la Casa Rosada dicen que su discurso fue acordado con Francisco; para los obispos, sobreactuó

Los duros discursos de Cristina Kirchner ante la ONU recibieron distintas interpretaciones en el Gobierno y en la Iglesia. Los funcionarios que integraron su comitiva aseguran que el ataque de la Presidenta al gobierno de los Estados Unidos por los fondos buitre y por la estrategia de combate al terrorismo "estuvo antes conversado con el Papa". Pero obispos muy cercanos a Francisco se lamentaron de que ella "sobreactuó" y se atribuyó "un papel de mensajera" que Francisco no le concedió.

Revelaron que esa crispación generó "inquietud" en la Iglesia, según pudo advertir LA NACION en distintas fuentes eclesiásticas.

Sin embargo, un miembro notable de la delegación oficial del Gobierno enfatizó: "Todo lo que dijo Cristina en la ONU el miércoles último fue previamente conversado con el papa Francisco" en el encuentro del sábado 20. Dijo que "del almuerzo de tres horas -en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano- dos horas se habló de política internacional".

Pero entre los obispos generó sorpresa el "maltrato" que la mandataria le dispensó al presidente de los EE.UU., Barack Obama. Ello marcó una diferencia de estilo con la Iglesia. "Pretendió tirarle de las orejas a Obama, cosa que el Papa nunca hace en el trato con los jefes del Estado", estimó un arzobispo.

Sin embargo, en el Gobierno aseguraron a LA NACION que "el Papa le volvió a expresar" a Cristina dos preocupaciones centrales en su agenda: "Las once guerras que hay en el mundo, con peligro de una tercera guerra mundial", y la altísima desocupación de la juventud en Europa "producto de las burbujas financieras mundiales y de los capitales especulativos del sistema financiero".

Si bien los obispos admiten las coincidencias entre Cristina y el Papa en condenar la especulación financiera y la proliferación de guerras, el matiz del desacuerdo reside en las formas agresivas que la Presidenta utilizó para expresarse ante la Asamblea General de la ONU y ante el Consejo de Seguridad.

"No se puede presentar esa coincidencia como una aprobación en bloque de todo lo que hace el Gobierno", dijo un obispo a LA NACION.

En las narices de Obama, ella acusó a Estados Unidos de apañar "un terrorismo económico y financiero" para "desestabilizar a la economía de los países y provocar hambre, miseria y pobreza". Sugirió que ese país tiene "amigos hoy que son enemigos mañana", que abastece de armas a terroristas y que recientemente acordó con Irán combatir al grupo fundamentalista ISIS, pese a haber condenado a la Argentina por firmar un memorándum de acuerdo con Teherán por el juicio por la AMIA.

También cuestionó el operativo norteamericano para eliminar a Ben Laden, jefe de Al-Qaeda, y dijo ser "desconfiada" sobre las imágenes de degüellos de ISIS: las calificó de "puesta en escena". "No se combate al terrorismo haciendo sonar tambores de guerra", desafió.

Se presentó entonces como mensajera del Papa: "Antes de venir aquí estuve en Roma entrevistándome con otro compatriota [...] y quiero traer fundamentalmente el mensaje de paz". Y reveló que fue amenazada de muerte por ISIS por su «cercanía» con el papa Francisco".

Un obispo cuestionó ante LA NACION esa "sobreactuación": "La propia Presidenta dijo que el Papa no tiene mensajeros y sin embargo se atribuyó ser su mensajera en la ONU", reflexionó. Lo había dicho Cristina en Roma tras ver a Francisco al desmentir al ceremoniero pontificio, monseñor Guillermo Karcher, que había dicho que a Francisco le "preocupa la gobernabilidad" en la Argentina. "Nadie habla por el Papa; no le preocupa la gobernabilidad", dijo Cristina que sin querer, en esa misma frase, habló por Francisco.

Según confiaron a este diario en el Gobierno, "el Papa está muy crítico de la política antiterrorista de los Estados Unidos". "Francisco quiso que ella sea la portadora del proyecto de Scholas Occurrentes ante la ONU y le pidió que lleve con ella a José María Del Corral, director de ese proyecto. Podría haberlo enviado a través del representante en las Naciones Unidas", dijo una fuente oficial.

En la Iglesia se lamentan de que "el buen gesto del Papa de recibirla con cordialidad ha pretendido ser aprovechado políticamente". También de que Cristina hizo una interpretación recortada de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. "Francisco dice explícitamente que los dos grandes temas sociales son la inclusión de los pobres y el diálogo y la paz social. Estos últimos dos aspectos son omitidos por la Presidenta", dijo la fuente que sintetizó el pensamiento de los obispos..

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