El Gobierno gestiona el apoyo de la dirigencia ante los riesgos de la polarización

El Gobierno gestiona el apoyo de la dirigencia ante los riesgos de la polarización

Macri y Peña se reunieron con empresarios, intelectuales y obispos para plantearles la necesidad de unir posiciones por la amenaza institucional del kirchnerismo

 

Empresarios, periodistas, intelectuales, políticos y hasta miembros de la jerarquía eclesiástica. Todos escucharon de boca del jefe de Gabinete, Marcos Peña , y durante las últimas dos semanas, el mismo diagnóstico sobre la "necesidad" de darle continuidad al gobierno de Mauricio Macri y, sobre todo, sobre la posibilidad (y el peligro) de que Cristina Kirchner -u otro representante del kirchnerismo- regrese al poder en diciembre, en coincidencia con la crisis económica y el deterioro de la imagen del Gobierno que marcan las encuestas. "Estamos en un momento de gran polarización. Y, al igual que en el 83, están en juego dos concepciones de democracia y la posibilidad de la impunidad para un sector", dijo Peña durante una reunión con intelectuales cercanos a Cambiemos, el martes, en la Casa Rosada, según confiaron dos participantes de ese encuentro.

El diagnóstico, que relaciona a Macri con los valores de la democracia y el posible regreso de Cristina Kirchner con el eventual "cierre" de las investigaciones de la corrupción que lleva adelante la Justicia, es compartido por quienes estuvieron con Peña: el Presidente y el encargado del plan Argentina 2030, Iván Petrella. Distintos miembros del gabinete lo repitieron, con palabras similares, en los días que siguieron. "La disyuntiva va a ser entre quienes quieran cruzar el río y quienes quieran volver atrás. Y hoy es más doloroso volver atrás que seguir adelante", afirmó el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro.

No se trata, por cierto, solo de disquisiciones de un diálogo con intelectuales que, como Vicente Palermo, Marcos Aguinis o Graciela Fernández Meijide, comparten muchos de los lineamientos de la actual gestión. A los responsables de medios, Macri, Peña y quienes les responden les advierten sobre la posibilidad de "perder la libertad de prensa que hay hoy" con el retorno de las prácticas del kirchnerismo, poco afecto a las conferencias de prensa presidenciales e inclinado a confrontar con los medios no afines.

 

 

A los empresarios, como ocurrió esta semana durante las negociaciones que dieron como resultado los anuncios económicos del miércoles pasado, también les advierten sobre la posibilidad del "regreso" del exsecretario de Comercio Guillermo Moreno, el cepo al dólar y el cierre de la economía, si es que el kirchnerismo regresara al poder. Además de Peña, el propio Macri y Horacio Rodríguez Larreta alertaron a los hombres de negocios sobre la "conveniencia" de apoyar al Gobierno en el intento de estabilizar precios y reactivar el consumo.

Finocchiaro es, por cierto, uno de los más duros en conversaciones privadas. "Si vuelve Cristina, esto será peor que Venezuela. Habrá expropiaciones de medios, pondrán la Corte Suprema que quieran, reformarán la Constitución", afirma en la intimidad el ministro y candidato en La Matanza.

El rabino y secretario de Medio Ambiente Sergio Bergman recurre a metáforas bíblicas en su contacto con empresarios, periodistas y políticos: "Esto es como el pueblo hebreo, que obtuvo la libertad, pero ante las primeras dificultades quería volver a Egipto porque allá comía", metaforiza.

Los miembros de la jerarquía eclesiástica, que se reunieron con Peña y el secretario de Culto, Alfredo Abriani, hace dos semanas, escucharon al jefe de Gabinete hablar de "una disyuntiva que va más allá de los nombres propios: o en octubre gana la esperanza o gana la resignación", según contaron testigos del cónclave, del que participaron los obispos Oscar Ojea, Mario Poli y Carlos Malfa.

Diplomáticos, los integrantes de la jerarquía católica adhirieron a la invitación de Peña a "continuar el diálogo", aunque desearían (al igual que muchos sindicalistas y políticos) un llamado a un "gran acuerdo nacional" similar al convocado por Eduardo Duhalde en 2002 y que el Gobierno rechaza desde el inicio de su gestión.

Las reuniones con distintos sectores de la sociedad, que sirven para "escuchar nuevas ideas", seguirán esta semana, aunque algunas tendrán neto corte político, como los encuentros programados del jefe de Gabinete con los radicales Federico Storani y Ricardo Alfonsín, entusiasmados con un eventual acuerdo electoral con Roberto Lavagna. A ellos también les hablarán del peligro que representaría "debilitar a Cambiemos", lo cual "dejaría servido el camino" para el retorno del kirchnerismo, según las palabras de un radical que sigue apoyando la continuidad de la UCR en el conglomerado oficialista.

En esa tarea, Peña tiene un "aliado" impensado: el operador todoterreno Enrique "Coti" Nosiglia, que se reunió con él a principios de mes y que intenta convencer a sus correligionarios sobre la importancia de "salvar Cambiemos", aunque, eso sí, "en otras condiciones", según cuentan dirigentes cercanos al exministro del Interior de Raúl Alfonsín.

La prédica y las advertencias de Macri y Peña a los integrantes del "círculo rojo" seguirán, afirman cerca de ambos dirigentes, en coincidencia con la llegada de las definiciones en el terreno electoral.

 

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