El viernes por la noche Alberto Fernández no estaba de buen humor para nada. El decreto para establecer la doble indemnización para el caso de despidos estaba listo desde temprano; el problema es que no encontraban la forma de firmarlo. La cuestión no era menor: se trataba de un Decreto de Necesidad y Urgencia que, por requisito constitucional, requiere que se firme en acuerdo de ministros. Es decir, todo el gabinete. El gobierno de Mauricio Macri había establecido el sistema de firma digital para que la firma de cualquier documento del Estado la pudiera hacer cada funcionario desde el lugar en que estuviera eliminando el requisito de estar presente y hacerlo físicamente.

La firma digital de seguridad se aplica ya en cualquier gobierno que se precie de cierta modernidad. Aquí Andrés Ibarra avanzó rápido con esos temas duplicando en la Nación un sistema que Macri ya había impuesto en el Gobierno porteño.

El problema es que el viernes a la noche el sistema no funcionaba. Hubo consultas frenéticas y ahí se supo que el sistema esta radicado en un server de seguridad que está en España, Por lo menos así se lo explicaron al Presidente.

El helicóptero estaba esperando para volar a la Residencia de Olivos pero debió esperar. Alberto tuvo que llevar a la Rosada a todos los ministros para pasaron a firmar ese DNU que el Gobierno quería tener listo en el fin de semana. Recién a las 23.30 el helicóptero despegó con el DNU que estaba aún en pleno proceso de firma y con un pedido de Alberto F., para que se solucionara de inmediato el entuerto con la firma digital. Con un gabinete de más de 20 miembros se justifica la bronca,.

Y esa fue la explicación de porque el Boletín Oficial apareció con un Suplemento en el que solo de publicó el DNU 34/2019 que establece ese régimen de doble indemnización para el caso de despidos sin causa y con el que el Gobierno intenta frenar la pérdida de puestos de trabajo. Ese régimen establece que el doble cálculo de la indemnización se aplicará sobre todos los rubros que correspondan al salario, es decir, no solo a la indemnización especial.

No es una novedad que los gobiernos se van a asentando en su funcionamiento a medida que avanzan. No está claro que pueda decirse esta vez que Alberto F., aprenderá con el tiempo a ser presidente (como sucede con cualquier otro mandatario) ya que caminó y largamente la Casa Rosada en su paso como jefe de Gabinete. En estos días ese esquema de toma de decisiones se fue concentrando en la Casa Rosada y, como se economía se tratan las medidas en danza, con tres protagonistas clave. Alberto F. y Martín Guzmán están monitoreando y trabajando cada una de las decisiones del paquete económico que hoy va al Congreso. Fuera de ellos una sola persona conoce la totalidad de las medidas que se preparan: Vilma Ibarra. La secretaria Legal y Técnica se esta convirtiendo en la funcionaria más fuerte de la admistración simplemente (y como lo dijo el propio Alberto F. en la presentación de su gabinete) porque nada pasa por la lapicera del Presidente sin su chequeo legal previo.

Es una característica de la administración a la que muchos deberán acostumbrarse y una garantía de seguridad para Alberto F., inclusive el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que el fin de semana debutó en medios como la cara oficial del Gobierno anticipando las medidas que aún no estaban publicadas en el Boletín Oficial, como el caso del porcentaje que se cargará sobre las compras con tarjeta en el exterior.

Ese tema no parece tan simple como se lo anunció en principio, ni técnica ni políticamente.

Con esa medida se busca reducir el actual déficit anual por turismo al exterior de u$s5300 millones a u$s3500. Es decir, hay una meta de recaudación buscada de unos u$s1500 millones.

En el Congreso (sobre todo la oposición) creen que esa decisión deberá tomarse por ley. Los ministros Guzmán, Daniel Arroyo y Matías Kulfas irán hoy a dar explicaciones aunque el horario no esta tan claro.

Mario Negri está dispuesto a dar quórum con su interbloque de Juntos para el Cambio, pero antes quiere explicaciones. Una cosa es apuro y otra atropello, argumenta acostumbrado a haber participado del tratamiento de otras “emergencias” en la historia del Congreso.

¿Qué dicen en la oposición? Obviamente que las emergencias no asustan porque convivieron durante años con la declaración que Eduardo Duhalde le arrancó al Congreso el 6 de enero de 2002 y que se prolongó luego hasta el 2017. Esa es una de las razones para exigirle al Gobierno más explicaciones. En Argentina cuando la emergencia llega tarda años en irse.