El Gobierno cambia de planes: freno al Congreso y un ojo en la calle

El Gobierno cambia de planes: freno al Congreso y un ojo en la calle

Para evitar conflictos como la reforma previsional, bajará al mínimo la actividad parlamentaria. Anticipan meses complicados por la inflación. La ventaja de un PJ dividido.

Arrancó el año no electoral, aunque los costos de la reforma previsional de algún modo aceleraron los tiempos. La caída en la imagen de Mauricio Macri potenció los recaudos del Gobierno para no dar pasos en falso en el Congreso y concentrar las “malas noticias” -en palabras de un funcionario, para referirse a losaumentos de tarifas- en estos primeros meses, con el objetivo de dejar más despejado el camino a 2019. Por el momento sin anuncios grandilocuentes previstos, en la Casa Rosada se mostraron confiados en que para remontar será suficiente con algunos indicadores positivos en el área económica y un tránsito calmo hacia la campaña.

“Por suerte éste es el último añoo de aumentos, estamos cerrando la etapa de las malas noticias con las tarifas”, dijo a Clarín una alta fuente oficial que usó un término más efusivo para maldecir el impacto de la serie de incrementos que incluyen transporte público, luz, gas, agua, combustible, peajes y otros servicios hasta mitad de añ. Después ya no habrá subas más allá de los ajustes por inflación, de acuerdo con los planes trazados en Balcarce 50.

Como contó Clarín, la sanción de la ley para reducir los aumentos de las jubilaciones y las asignaciones por hijo, sumado a la implementación y anuncios de subas de tarifas, generó en diciembre una caída de 10 puntos en la imagen del Presidente, según un relevamiento que circuló entre los principales dirigentes del Gobierno.

En la Casa Rosada se repitieron dos consignas para atenuar el cimbronazo: que en la previa Macri estaba en un pico de 60 puntos, por lo que en ese contexto no podía no bajar, y que ningún referente opositor asoma como para beneficiarse con esa pérdida. “La opinión pública es volátil, pero en este momento nadie está en condiciones de capitalizar lo que baja él”, se conformó uno de los integrantes del Gabinete que sigue de cerca los movimientos en el peronismo: “En algún momento se van a organizar, pero es un proceso y no vemos que pueda consolidarse un liderazgo en el próximo año y medio”.

Acaso por esa ausencia de una amenaza concreta a la vista, el Gobierno no prevé en lo inmediato anuncios de impacto para intentar revertir la caída en la imagen. “Este año la economía va a a crecer, van a caer la inflación y el déficit fiscal”, se limitaron por el momento los funcionarios a depositar las expectativas en esos indicadores económicos con el objetivo de mostrar resultados positivos -con el crecimiento del empleo como otro desafío- durante el camino a 2019.

A su vez, el oficialismo en el Congreso decidió enfriar no sólo la reforma laboral, por la falta de apoyo de la CGT y en consecuencia del sector del peronismo más vinculado al macrismo. Tampoco empujará sin primero asegurarse un escenario más favorable otras iniciativas controvertidas, como la reforma electoral y los cambios a la Ley Orgánica del Ministerio Público.

Será, según un alto funcionario con incidencia en la actividad legislativa, un período parlamentario “más tranquilo de lo que se supone para un año no electoral”. La violencia y la zozobra con los votos en la sanción de la nueva ley de movilidad previsional dejó costos y un “aprendizaje” en tanto “no forzar” proyectos sin el apoyo suficiente, aun cuando el cajoneo de los tratamientos impliquen una derrota para el Gobierno que buscaba, por caso con los cambios laborales, dar otra señal a los empresarios e inversores. De cualquier modo evaluaron que sería peor para la Casa Rosada más conflictos en la calle y una eventual derrota con los votos en el recinto.

Otra vez: un 2018 no electoral pero con la mirada permanente en 2019. En el macrismo consideran que la puja por la presidencial arrancará antes de fin de año y que los debates disputados en el Congreso no tendrán lugar más allá del primer semestre. “Cada vez que quisimos apurar la velocidad, nos equivocamos. Y también tenemos que aprender a gobernar sin la necesidad de más leyes. Ya sacamos muchas”, dijo a Clarín un integrante del Gabinete.

En minoría en ambas Cámaras, la situación más complicada para Cambiemos está en Diputados. El oficialismo no consiguió en ese ámbito reemplazar el acuerdo con el massismo (su bloque se redujo a la mitad) que hasta el año pasado le permitía avanzar con los proyectos del Ejecutivo ni ubicar en la oposición un interlocutor de peso y confiable como Miguel Pichetto en el Senado, más allá de que el rionegrino incidió en el freno a la reforma laboral al negarse a impulsarla sin el apoyo de la CGT.

Diego Bossio pasó antes de fin de año por el despacho de Rogerio Frigerio -ministro del Interior- con Eduardo Bucca (también del bloque Justicialista, con legisladores que responden a los gobernadores) y Gustavo Menéndez, titular del PJ Bonaerense. “Esa reunión va en esa línea pero hay que ver si se consolida”, dijeron en el Gobierno, aunque el ex titular de la ANSeS no arrastra los votos ni tiene la ascendencia de Pichetto sobre sus pares. Algunos moderaron las expectativas: “No hay alguien así (como Pichetto) en Diputados, tal vez podamos encontrar alguno como Massa en la primera etapa”.

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