El Gobierno busca contener a la tropa propia en Diputados

Intenta evitar fugas de legisladores hacia el massismo; el rol de Domínguez y Di Tullio
Tras la derrota electoral de ayer, al oficialismo parlamentario se le impone un doble desafío a partir de ahora en la Cámara de Diputados. En efecto, a la difícil tarea de aprobar, con una mayoría ajustada, las leyes que le reclame el Gobierno, se le agrega ahora el esfuerzo por contener a la tropa para evitar fugas hacia el redil de Sergio Massa.

El problema se agudiza con la enfermedad de la presidenta Cristina Kirchner. Hoy por hoy, el oficialismo legislativo se siente huérfano de una conducción política clara, lo que conspira contra la tarea de preservar la unidad de un bloque que muestra matices internos bien marcados. Si bien tras el recambio legislativo la bancada contará con 132 legisladores kirchneristas y aliados, lo cierto es que esta mayoría aparece demasiado frágil en un contexto de derrota electoral, un gobierno en retirada y la falta de un conductor que marque la línea de acción.

En medio de esta incertidumbre, Julián Domínguez, presidente de la Cámara baja, y Juliana Di Tullio, jefa del bloque oficialista, serán los que llevarán el timón de la Cámara baja para contener a los suyos. Pese a que todavía no hay una confirmación oficial, ambos continuarían en sus puestos después del 10 de diciembre, anticiparon fuentes legislativas.

"Domínguez tiene previsto continuar como presidente de la cámara, pero todavía no está la confirmación de Cristina. Se rumorea que podría ser convocado al gabinete nacional, pero lo cierto es que, en este contexto, es fundamental seguir contando con alguien que sepa contener a la tropa en la cámara y dialogar con la oposición", dijeron en su entorno.

Todo anticipa que, de continuar en su cargo, Domínguez tendrá un protagonismo de mayor perfil que hasta ahora. Ya no disimula su ambición de competir por la gobernación de Buenos Aires en 2015 y hacia ese fin focalizará sus esfuerzos el año próximo. La presidencia de la Cámara baja sería una excelente plataforma de proyección política, analizan en el oficialismo.

Tampoco habría cambios en cuanto a la conducción de la bancada, a cargo de Di Tullio, que logró renovar su mandato por otros cuatro años. "Algunos la ven «tierna» para manejar un bloque difícil, pero hay que decir que logró aprobar las leyes más difíciles, como la emergencia económica y el presupuesto 2014", dicen en el bloque oficialista.

De todas maneras, en el kirchnerismo son conscientes de que se avecinan tiempos turbulentos, marcados sobre todo por la sucesión presidencial. Ya hay varios dirigentes anotados en la grilla, lo que dificultará la tarea de mantener al bloque unido: competirán, a priori, Daniel Scioli, Sergio Urribarri, Sergio Massa -flamante diputado electo y ganador en Buenos Aires-, y no se descarta que puedan aparecer otros interesados, como Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta.

El que mayor peligro genera puertas adentro del kirchnerismo es Massa, a quien consideran un outsider del peronismo. El bloque del Frente Renovador -que podría presidir Graciela Camaño o Felipe Solá- tendrá un piso de 13 diputados propios con buenas posibilidades de ampliarse si Massa se consolida como candidato presidencial en 2015.

Los massistas apuestan a sumar, a priori, a los peronistas disidentes que no tienen un paraguas nacional bajo el cual cobijarse. Entre ellos, al bonaerense Carlos Brown y a la entrerriana Cristina Cremer de Busti, que renovó su mandato hasta 2015. También esperan sumar al ex gobernador de Chubut Mario Das Neves, que se erigió como uno de los grandes triunfadores de las elecciones de anteayer, con el 52,67% de los votos. Una primera señal en ese sentido fueron los elogios que tuvo ayer Das Neves hacia Massa sobre su desempeño electoral, pero nada está definido aún.

En cambio, se mostrarán más reacios a un acuerdo con Massa los tres diputados electos por Córdoba que responden a José Manuel de la Sota, otro gobernador con ambiciones presidenciales, pero que tuvo una pobre performance electoral en su provincia. Tampoco está definido todavía qué alineamiento tendrán Francisco de Narváez, que renovará su banca, y los moyanistas Facundo Moyano y Omar Plaini; es probable que cada uno mantenga su propio espacio hasta que el peronismo defina sus liderazgos.

Pero el desafío mayor de Massa será ampliar su influencia en el interior y ganar voluntades en las provincias. Hay gobernadores y dirigentes peronistas cuya fidelidad a la Casa Rosada podría flaquear en un futuro cercano, como por ejemplo Urtubey (Salta) u Oscar Jorge (La Pampa), que tampoco tuvieron un buen desempeño electoral.

Ayer se vio un primer indicio de lo que podría venir: el candidato electo por La Pampa, Gustavo Fernández Mendía, quien responde a Jorge, anticipó que no integrará la bancada kirchnerista y que creará un monobloque en la Cámara baja. Sin embargo, después debió aclarar, por la agencia Télam, que mantendrá su alineamiento con la Casa Rosada. El operativo "contención" ya comenzó.

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