El Gobierno busca que el respaldo de los empresarios sirva de argumento sólido para convencer a los gobernadores de la necesidad de aprobar el Presupuesto 2019 con un fuerte ajuste en las cuentas fiscales. La negociación "uno a uno" de la Casa Rosada con los mandatarios provinciales tendrá una activa consulta con los hombres de negocios, quienes cuentan con la posibilidad de generar empleo, lo que se convertiría en una salida elegante ante el conflicto de convalidar las políticas de reducción del Estado.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, mantuvo un encuentro con los integrantes del Grupo de los Seis, en donde el objetivo fue "buscar consensos políticos para sacar las medidas con los gobernadores pero no en forma general sino de a uno". Ese fue el resumen que uno de los participantes del cónclave realizó ante la consulta de BAE Negocios.

Los empresarios respaldaron la necesidad de avanzar sobre el plan de ajuste fiscal para evitar "distorsiones" en el escenario económico. Consideran que la "excesiva" intervención del Estado generan un clima de negocios "inapropiado" para las inversiones. Pero no todos están de acuerdo con la forma de implementar los recortes ante las consecuencias sociales.

Los integrantes del G6 confiaron en la importancia de sostener la "coherencia" política para evitar un "viraje" en las próximas elecciones. El mayor temor del sector privado que respaldó la llegada de Mauricio Macri junto a la alianza Cambiemos al poder presidencial es que "una mala experiencia lleve a un retorno reciente", en referencia a un nuevo mandato del kirchnerismo.

Los empresarios fueron clave para las negociaciones entre los gobernadores y el Ejecutivo nacional cuando hubo medidas que podían afectar la viabilidad de negocios que sustentan el desarrollo económico de las regiones. Fue el caso de los impuestos que se buscaban imponer en el marco del debate de la ley de reforma tributaria, que aprobó el año pasado el Congreso.

Desde la Rosada consideran que los dueños de comercios, campos y fábricas, como los constructores y el sistema financiero argentino pueden trasladar sus "expectativas positivas" a los gobernadores para lograr cambios en sus posturas personales. "Generar más empleos es un argumento que algunos gobernadores pueden tener para votar aún en contra de lo que plantea el resto. Por eso la negociación es uno a uno", señaló una fuente consultada por este diario.

De todos modos, no existe uniformidad hacia adentro de las entidades. Por caso, un sector de la industria considera que la solución a los conflictos cotidianos está en la ampliación del mercado interno, que a partir del achique en distintas cuentas con devaluaciones constantes sólo llevarán a una estanflación.

Del otro lado está la mirada de empresarios como Paolo Rocca de Techint, quien dio claras muestras de respaldo al modelo ante una gran cantidad de pymes que ven una crisis casi terminal en los próximos seis meses. "Es cierto que si pasamos este momento, el escenario será mucho mejor. El problema es que la posibilidad de pasar la crisis es cada vez más difícil", se sinceró un empresario textil, que participó del evento que realizó la semana pasada el Observatorio Pyme en el Banco Nación.