En un mes, el Gobierno enviará al Congreso el proyecto de Presupuesto 2017. Ministros y secretarios desfilaron en las últimas semanas por la Jefatura de Gabinete presentando planes y pedidos de financiamiento para encarar el año próximo. Algunos de esos aspectos ya fueron definidos, pero otros restan por verse aún y de ahí que muchos de esos funcionarios vuelvan a la Casa Rosada en los próximos días para cerrar cifras y metas que el propio Mauricio Macri saldará.

Según lo entendido, el mensaje del Ejecutivo al Congreso dirá: La economía crecerá 3,5% en 2017 y la inflación será próxima a 17%, El Gobierno defenderá la idea que el déficit vaya en línea con la meta oficial de 3,3% del PBI anunciada en enero último. Pero explicará que si se toman en cuenta los anuncios posteriores, como la ley de ajuste a los jubilados, el rojo total estará en torno a 4% del producto.

El monto de las fuentes de financiamiento del Banco Central al Tesoro será menor a la de los últimos dos años ($ 160.000 millones en 2015 y 2016).

El 52% de los servicios de la deuda serán con organismos públicos y que, de contar con los recursos necesarios y la autorización correspondiente, el Tesoro refinanciará esos vencimientos.

Por otro lado, en la Casa Rosada no definieron temas clave como por ejemplo: monto de subsidios y un ‘techo’ al gasto de cada ministerio.

Respecto al primero, un referente importante de las áreas económicas del Gobierno explica que “la discusión aún no se ha dado”. Y que además no tiene mucho sentido ello sin conocer cómo terminará la judicialización de las tarifas.

Sobre el segundo punto, la Jefatura de Gabinete instruyó un ‘techo’ de 10% de aumento para los gastos corrientes y de capital de cada ministerio en 2017. Pero aún no se cerró este tope y todo indica que Macri saldará caso por caso. Cerca suyo explican que uno de los objetivos es romper una inercia de años en la actualización del gasto público por encima de la inflación. Esperan que el gasto social sea uno de los que más crezca dado que por ejemplo las jubilaciones se ajustan automáticamente. El gasto en personal, subsidios y prestaciones sociales equivale al 90% de las erogaciones corrientes. Sólo el 10% queda para rever, explican.

Otras incógnitas que restan definir son el precio del dólar y la suerte del Fondo del Conurbano.

El mensaje y el proyecto de ley del Presupuesto 2017 será el primero de Cambiemos. De ahí las expectativas tanto hacia el interior del Gobierno como en el mercado con este primer test y que se dará justo en un año electoral en el que el oficialismo apuesta a que la actividad vuelva a crecer a la tasa más alta desde 2011 (6,1%).

¿Qué se dice en cada uno de esos ámbitos sobre el Presupuesto?

En el Gobierno, aspiran a que la ley sea la principal herramienta de gestión para 2017. Argumentan que, a diferencia del kirchnerismo, este Presupuesto mostrará cifras realistas aún cuando, por lo bajo, no pocos funcionarios admiten que la meta de inflación de 17% luce difícil de cumplir ya que significaría que la tasa sea menos de la mitad a la de este año (para 2016 se espera una inflación de 38,6%) e incluso menor a la que el mercado proyecta para 2017 (19,3%).

En el sector privado, por su parte, el Presupuesto resulta un aspecto clave para moldear las expectativas. Es que el año próximo el Gobierno debería buscar financiamiento por US$ 10.600 millones según calcula el economista Nicolás Dujovne, quién cree además que los mercados absorberán con cada vez mayor dificultad deuda argentina en los próximos tiempos. “El Gobierno sufriría un importante costo en términos de su credibilidad, que no solo afectaría a las perspectivas de la política fiscal, sino también de la política económica en general”, opina Maximiliano Castillo, economista jefe de ACM, en caso que el Gobierno finalmente corrija hacia 4% su meta fiscal para 2017.

El Presupuesto despierta expectativas también entre otros referentes. Por ejemplo el ex presidente del Banco Central y hoy economista del Banco Mundial Martín Redrado propone que el Gobierno explicite en el Presupuesto para 2017 un cuadro tarifario y, en función de ello, incluir las proyecciones del monto de subsidios para los años próximos. “Las nuevas tarifas deberían contemplar el poder adquisitivo de los distintos segmentos de la población y las distintas realidades de las economías regionales”, agrega.

Por su parte, el ex subsecretario de Coordinación Fiscal con las Provincias y experto en finanzas públicas de la UBA, Oscar Cetrángolo, espera que lo más importante del proyecto que envíe el Gobierno será “el mensaje y no la ley en sí porque ahí estará dada la línea de lo que Macri quiere hacer con las política tributaria y las provincias en los próximos cuatro años”.