El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) decidió ayer extender por otros 30 días la suspensión del ingreso de limones argentinos. La decisión, explicaron desde el Ministerio de Agroindustria, radica en que la administración del republicano Donald Trump todavía no definió la conducción del USDA y no se revisó la medida que adoptó el mandatario, la cual vence el 27 de marzo.

Inmediatamente desde el Gobierno argentino salieron al cruce para exigir explicaciones. En Tucumán, si bien molestó la decisión, mantienen la calma y aseguran que la medida no afectará la económica local. “Esta decisión no tiene un alto impacto en el nivel de exportaciones. El año pasado tuvimos una gran campaña y no contábamos con el mercado estadounidense. De manera que este año el limón con o sin Estados Unidos se va a desarrollar con normalidad. Tenemos expectativas de buenos precios y buena producción”, aclaró el ministro de Producción Luis Fernández en diálogo con Radio Prensa.

Para el ministro tucumano no caben dudas que la medida adoptada por el presidente Donald Trump responde más a la presión que ejercen los agricultores de ese país que a medidas de control fitosanitarias. En este sentido, aclaró que el limón tucumano “pasó todas las discusiones técnicas, que se realizaron durante muchos años, y por eso el ex presidente Barack Obama autorizo el ingreso. El cuco de que nuestros limones tiene HLB, una peste destructiva, la sembraron los sectores que piensan que se verán perjudicados”, remarcó.

En lo que respecta a una posible extensión de la restricción al limón en el país del norte, afirmó que “no hay nada que se pueda hacer más que esperar que se cumplan los plazos”, al tiempo que ratificó que la apertura del mercado estadounidense “suma pero no es fundamental”.

El mercado del limón en el país norteamericano representa en términos económicos para la Argentina alrededor de 50 millones de dólares, un 7% en comparación con los 700 millones de dólares que se exporta al resto del mundo, en el cual Europa representa el 75%.

En cuanto a la producción esperada para esta campaña, Fernández sostuvo que no se producirá tanto como en 2016 pero que habrá buenos precios. Algo similar ocurrirá con la caña de azúcar, donde se espera que el volumen sea “óptimo” y que los precios acompañen. “El precio relativamente bueno en el mercado internacional y el buen valor del alcohol se conjugarán para que sea una buena zafra”, sostuvo.