Además de Urtubey, estarían misioneros, riojanos y tucumanos. Bossio y Álvarez Rodríguez irían con Scioli.
Los gobernadores peronistas contradijeron la orden de Cristina y resolvieron mandar a sus diputados a la Asamblea Legislativa de mañana en la que jurará Mauricio Macri como presidente, decisión que podría acelerar la ruptura del bloque Frente para la Victoria.
Ya hay quienes dividen la bancada en tercios: los cristinistas, los leales a los gobernadores y los “sin tierra”, como definen a diputados de las provincias del centro y ajenos a La Cámpora.
El titular de la bancada Héctor Recalde anunció este mediodía que no asistirán a la asamblea de mañana, acompañado unos 40 miembros de su bloque, que formalmente integran 98 diputados.
Pero no todos seguirán sus órdenes. Los gobernadores Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Casas (La Rioja) y Sergio Uñac (San Juan) mandarían a sus diputados a cumplir con el ritual.
Otros harían el equilibrio clásico: enviar a algunos y dejar otros afuera, para excusarse ante quien pida explicaciones, una jugada que ya ensayaron Gerardo Zamora y Maurice Closs, ambos de origen radical y jefes políticos de Santiago del Estero y Misiones.
Las presencias servirán para clarificar, ya en la asamblea de jura, quien es quién en el bloque del Frente para la Victoria y si es posible una ruptura empujada por los gobernadores, como se esperaba cuando pelearon por las autoridades de bloque ycayeron derrotados ante Cristina que impuso a Recalde.
Los mandatarios ya puntearon una veintena de diputados dispuestos a apartarse del kirchnerismo, si los obligan a responder por los caprichos de Cristina.
Cuentan a Diego Bossio y Cristina Álvarez Rodríguez, quienes mañana también se sentarían en la Asamblea Legislativa, nada menos que junto a Daniel Scioli. De hecho, Bossio siguió enviando señales conciliadoras a Macri en pleno pico de la pelea con Cristina y hoy visitó junto a su sucesor, Emilio Basavilvaso, un complejo de viviendas del plan Recrear que la Anses construye en Parque Patricios.
Como sea, este incipiente bloque "peronista" tal vez encuentren otros aliados fuera del mundo kirchnerista, como los diputados de Córdoba, La Pampa y Chubut, que responden a gobernadores peronistas no cristinistas (Juan Schiaretti, Carlos Verna y Mario Das Neves).
La mayor bronca de los gobernadores es que Sergio Massa haya logrado ser el negociador del quórum en la provincia de Buenos Aires y ahora en la Cámara de Diputados. Se convirtió así en un interlocutor de peso de María Eugenia Vidal en la provincia y de Macri a nivel nacional, un lugar que ambicionaban los gobernadores.
La mayor bronca de los gobernadores es que Sergio Massa haya logrado ser el negociador del quórum en la provincia de Buenos Aires y ahora en la Cámara de Diputados.
En el primer caso lo logró por sus buenas performances en 2013 y 2015, mientras que en Diputados se ungió como jefe del interbloque peronista, integrado por quienes jamás se mezclarían con La Cámpora.
"La asunción del massista Sarghini como presidente de la Legislatura bonaerense fue un golpe durísimo para la autoestima del peronismo y los gobernadores no quieren volver a quedar pintados a nivel nacional", confesó a LPO un habitual interlocutor de los mandatarios peronistas.
“El problema es que si mañana los gobernadores no van a la jura de Macri, perderán autoridad ante el presidente. Y después cuando tengan que negociar cosas con nación se les va a hacer muy cuesta arriba”, interpretaban en el bloque kirchnerista, aceptando que más de uno se sentará mañana a escuchar al sucesor de Cristina.
Las únicas provincias “cristinizadas” son hasta ahora Chaco y Entre Ríos, pero no en nombre de sus gobernadores electos, Domingo Peppo y Gustavo Bodert. El liderazgo continúa en manos de Jorge Capitanich (intendente de Resistencia) y Sergio Urribarri (diputado provincial).
Gildo Insfrán (Formosa) es otro de los que ya quiere dar señales de acuerdo con Macri. Su coterráneo Luis Basterra será vicejefe de bloque, pero Juan Carlos Díaz Roig fue uno de los que más pidió una jefatura en manos de algún diputado del interior. No sería extraño verlo sentado mañana.
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