Los gobernadores esquivan el costo político y rechazan relajar el aislamiento

Los gobernadores esquivan el costo político y rechazan relajar el aislamiento

Para esta etapa de la cuarentena, el gobierno nacional había abierto la posibilidad del retorno de algunas actividades. Sin embargo, las provincias temen a un eventual crecimiento de casos y endurecen los controles.

 

Desde el comienzo de la crisis por la propagación del coronavirus en el país, el gobierno nacional ha buscado transmitir que dialoga y consulta antes de tomar las decisiones. Tanto con el comité de expertos como con la oposición y los gobernadores de las provincias. En este recorrido, hubo voces que alertaron al Gobierno por la caída de la actividad, a pesar de la efectividad de las medidas tomadas para mitigar la expansión del virus.

 

Por este motivo, durante la conferencia de prensa del viernes de la semana pasada, en la que se oficializó la continuidad del aislamiento, el gobierno nacional abrió el juego a una "cuarentena administrada", en la que podrían realizarse algunas actividades de forma focalizada. Allí se hizo hincapié en que las aperturas se tratarían de forma casuística y tras recibir propuestas de los gobernadores o intendentes sobre cómo se implementaría. Es decir, se trasladaba la responsabilidad a los gobiernos locales de realizar propuestas que favorezcan actividades económicas o atenúen las condiciones de aislamiento.

Sin embargo, lejos de proponer cualquier tipo de flexibilización, los gobernadores bregan por más controles y la continuidad del aislamiento tal como funciona hasta ahora. Claro, ninguno quiere ser el señalado si llega a producirse algún brote pronunciado de la enfermedad.

"Córdoba continuará con la cuarentena y no pedirá excepciones al gobierno nacional, porque la única manera de cuidarnos es quedarse en casa" rezó el lunes un comunicado del gobierno de Juan Schiaretti. Córdoba es el tercer distrito con más casos confirmados.

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Hay tres provincias que no registraron por el momento ni un solo caso positivo del nuevo coronavirus: Catamarca, Chubut y Formosa. Se podía especular con algún tipo de flexibilización allí, pero no es lo que se ve hasta el momento. El catamarqueño Raúl Jalil avisó que no van a hacer "ningún pedido de levantamiento de la cuarentena" en la provincia ni se apartarán del decreto nacional.

El chubutense Mariano Arcioni se encontró con una situación positiva tras meses de crisis por las finanzas provinciales. Hoy se reunirá con los intendentes para evaluar los pedidos de cada región en una provincia muy diversa. A partir de ahí podría elevar algún pedido a Nación. Por otro lado, anunció que el Banco del Chubut refinanciará las deudas contraídas con tres meses de gracia y doce cuotas.

El que parecía más dispuesto a encabezar nuevas medidas era Alberto Rodríguez Saá. El puntano destacó que no registran casos nuevos por séptimo día consecutivo y había anticipado que llevaría un protocolo a la Jefatura de Gabinete de Nación, tal cual había estipulado Alberto Fernández.

Sin embargo, no avanzó en ese sentido, sino que resaltó que "si vamos bien es porque hemos hecho las cosas bien", y agregó que continúan "igual, y vamos a profundizar que la provincia esté cerrada". Es decir, más controles y aislamiento a nivel distrital.

En Santa Fe, mientras tanto, Omar Perotti dispuso una nueva multa para las empresas. A aquellas que empiecen a funcionar pero que no presentaron la declaración jurada correspondiente se les cortará el suministro eléctrico.

Ricardo Quintela fue el mejor ejemplo de la contraflexibilización: no permitió en La Rioja las excepciones que se sumaron con el último decreto presidencial. Por ejemplo, se prohíbe toda la actividad industrial y no se abren los talleres mecánicos.

La provincia de Buenos Aires, finalmente, evalúa nuevas medidas en los municipios libres de coronavirus, aunque "sin apuro".

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