El gobernador afirmó que eligió a Mac Allister "con un criterio objetivo"

El gobernador afirmó que eligió a Mac Allister

Verna dijo que tres bloques legislativos votaron a Mac Allister y otros tres a Beninato para ocupar la presidencia del Tribunal de Cuentas. Optó por quién obtuvo mejor puntaje en el concurso. Y no por contabilizar la cantidad de diputados.

 

El gobernador Carlos Verna designó a María Alejandra Mac Allister como presidenta del Tribunal de Cuentas y fundamentó esa elección en que no hubo consenso entre los bloques de la oposición para determinar quién ocuparía ese puesto. Verna contó que tres bloques impulsaron a Mac Allister y otros tres a Daniel Beninato y para zanjar ese virtual empate utilizó como “criterio objetivo” que la hermana del secretario de Deportes, Carlos Javier Mac Allister, había logrado el mejor puntaje en el concurso que llevó adelante el Consejo de la Magistratura.

Verna no explicó porque contabilizó los votos de la oposición por bloque y no por cantidad de legisladores. Si se hubiese utilizado ese criterio, Beninato era el más votado, 8 a 5. Se inclinaban por él seis diputados del bloque del FrePam (se abstuvieron Luis Solana y Martín Berhongaray), el kirchnerista Eduardo Tindiglia y el massista Darío Hernández. Por Mac Allister, votaron, los tres del PRO, uno del Mofepa, y uno de Pueblo Nuevo, Daniel Robledo.

En la nota que envió a la Legislatura, Verna recordó que “se remitió a cada uno de los bloques que integran la oposición política en ese Poder Legislativo, la terna resultante del procedimiento de selección realizado, a fin que, conforme se había asumido el compromiso por parte de este Poder Ejecutivo, eligieran entre todos a un postulante para que presida el órgano de control externo provincial”.

“Lamentablemente, la falta de diálogo para lograr un acuerdo legislativo entre los diputados que integran la oposición en nuestra Provincia, no les ha permitido arribar a un consenso para elegir entre todos, a uno de los postulantes a dicho cargo, ternados por el Consejo de la Magistratura Provincial”, prosiguió.

Ante esa situación, el gobernador concluyó: “Visto la imposibilidad de presentar una propuesta única, y la decisión de emitir una opinión individual por cada uno de los bloques consultados, sin haber realizado un plenario entre todos los diputados de la oposición para debatir y consensuar la elección del Presidente del Tribunal de Cuentas, este Poder Ejecutivo se ve obligado a considerar las propuestas realizadas individualmente por cada uno de los bloques”.

“Es por ello que, ante la situación particular planteada, y teniendo en cuenta que de los seis Bloques que integran la oposición política en esa Legislatura, tres han elegido a la C.P.N. Mac Allister, y tres al C.P.N. Beninato, el Poder Ejecutivo se encuentra obligado a ser quien determine cuál de los profesionales elegidos en paridad de votos por bloque, sea el que ocupe la Presidencia del Tribunal de Cuentas de la Provincia de La Pampa”, alegó.

En ese sentido, sostuvo que “teniendo en cuenta que en este caso en particular, este Poder Ejecutivo tiene la necesidad de optar por un criterio objetivo ante los dos profesionales que los bloques de la oposición han propuesto, y en virtud que éstos siempre han bregado para que se elija a aquel que haya obtenido el mayor puntaje de los seleccionados, no obstante que ni la Constitución Provincial ni la Ley Nº 2600 exigen seguir un orden de mérito, es que se opta por la C.P.N María Alejandra Mac Allister, quien además, reúne las condiciones establecidas en las disposiciones vigentes, lo que fuera verificado por el Consejo de la Magistratura durante el trámite de selección de los postulantes siendo propuesta conforme lo prevé el artículo 26 de la Ley Nº 2600”.

De esta manera, Mac Allister reemplazará al expresidente Natalio Perés, destituido por las cuentas sin control del IPAV. Antes habían fracasado dos concursos, durante la gestión del exgobernador Oscar Jorge, para ocupar ese sillón.

Los legisladores Berhongaray y Solana sostuvieron que Verna debió haber mandado (sin concurso previo) el nombre del candidato para que la Legislatura lo designe. El proceso de designación se inició con una promesa de Verna, que dijo en la sesión inaugural que dejaría en manos de la oposición el nombramiento del presidente del TdC.

Esas palabras fueron interpretadas desde el FrePam como un guiño a ese bloque, el más mayoritario de la oposición. Pero como resultado del concurso, Moslares y Mac Allister alcanzaron los mejores puntajes en cada una de sus profesiones. Moslares, entre los abogados, y Mac Allister, entre los profesionales de Ciencias Económicas. Se sabe que, por mandato constitucional, debía elegirse un abogado y un contador (indistintamente) para ocupar la presidencia y la vocalía. Finalmente José Moslares fue elegido como vocal del Tribunal de Cuentas.

Allí se desató una pulseada. Carlos “Colo” Mac Allister, para respaldar la postulación de su hermana “Marita”, lanzó una frase, sin filtro: “Si ella no es presidenta del Tribunal de Cuentas, es una muestra más de la corrupción de La Pampa”. Esa presión desató la reacción del FrePam, cuya mayoría expresó su respaldo a otro de los integrantes de la terna elevada por el Consejo de la Magistratura, el contador Daniel Beninato.

Con una larga trayectoria de más de 25 años en el organismo y sin alineamiento político público, Beninato desempeñó durante nueve meses el cargo de subrogante durante los últimos días de Natalio Perés en el TdC. Fue una relación funcional, marcada por el contexto, explicaron desde el entorno de Beninato que lo desliga de la sombra de Perés. Este antecedente fue utilizado por el PRO Cambiemos para pegarlo a esa gestión, expresado por las duras palabras de Josefina Díaz.

Después, los otros alineamientos estuvieron marcados por la estrategia política. Eduardo Tindiglia (FpV) y Darío Hernández (Frente Renovador) respaldaron a Beninato y Daniel Robledo (Pueblo Nuevo), a Marita Mac Allister.

Los detractores de “Marita” le recuerdan que fue quien intervino en la aprobación del control previo de la obra del Megaestadio. En su defensa, señalan que el pliego reunía las condiciones para una aprobación. El enchastre vino después.

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