Goane: “¿autarquía? Jiménez está enloquecido”

Goane: “¿autarquía? Jiménez está enloquecido”

El ministro público Jiménez habló de la crisis que advierte en los Tribunales en una audiencia con los vocales de la Corte. Antes de ingresar a la reunión, el juez Goane relativizó ese diagnóstico y rechazó la autarquía que pretende Jiménez para manejar presupuesto y personal sin el control de la Corte

Lo esperaban a él para comenzar la audiencia con Edmundo Jiménez, titular del Ministerio Público Fiscal y Pupilar. René Goane, vocal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, caminaba sin apuro hacia la sala de acuerdos cuando un “retén” de periodistas lo obligó a detenerse.

En tales circunstancias, el juez transgredió su costumbre de declinar el contacto con la prensa y, sin eufemismos, se declaró en desacuerdo con la pretensión de Jiménez de, reforma procesal penal mediante, convertir el Ministerio Público en una entidad autárquica. “¿Autarquía? Jiménez está enloquecido, medio zafadito”, disparó Goane ayer en el Palacio de Justicia.

Según el juez, el Ministerio Público es un órgano de asesoramiento de la Corte (aquella institución representa los intereses de la sociedad en los Tribunales). Goane dijo que no entendía por qué Jiménez había presentado en el Gobierno un proyecto para desligarse por completo del control del alto tribunal en materia de administración del presupuesto; de nombramiento de personal, y de disciplina de fiscales, defensores, funcionarios y empleados. Esta propuesta, que trascendió el miércoles, forma parte de la iniciativa de Jiménez para que Tucumán adopte el Código Procesal Penal de la Nación sancionado por impulso del kirchnerismo y cuya aplicación suspendió recientemente el presidenteMauricio Macri

“No juzgo las intenciones de una persona (Jiménez) que no expresa ni da fundamentos suficientes”, informó Goane. El magistrado tampoco coincidió con el discurso de crisis general del Poder Judicial de Tucumán que enarboló el titular del Ministerio Público. “Son opiniones de él. Yo no veo tal situación: todo tiene su medida”, dijo el juez mientras el personal de la Corte apuraba su ingreso a la audiencia.

“Perdón, tengo que irme”, se excusó Goane antes de que hubiese oportunidad de preguntarle sobre la renuncia de su par Claudia Sbdar a la vicepresidencia del cuerpo. En noviembre, Goane fue desplazado de ese cargo luego de ejercerlo desde 2001; tanto él como Antonio Estofán sostienen que es ilegal la decisión de la mayoría (Antonio Gandur, Sbdar y Daniel Posse) y ya anunciaron que, si hace falta, están dispuestos a someter el planteo a la Justicia. Esta semana, Sbdar ratificó la renuncia -en la que recuerda un caso de sexismo que protagonizó Goane en 2011-, y Gandur reiteró que la rechazaba, de modo que, en el presente, no resulta sencillo saber quién ha de reemplazar al presidente en el caso de ausencia o de imposibilidad de ejercer su función. Pero la reunión de este viernes había sido citada para tratar la agenda de Jiménez.

Una lista incompleta

El encuentro a puertas cerradas y sin fotografías se extendió durante una hora: todo un récord para la casa. A su término, sólo el ministro público atendió a la prensa, a la que explicó que había presentado un informe de gestión (ver: “No perdamos tiempo...”). Mientras esta conversación tenía lugar, los integrantes de la Corte volvieron a sus respectivas vocalías para aprovechar los últimos minutos hábiles previos al feriado de Carnaval.

La palabra “autarquía” no fue mencionada, según pudo averiguar este diario. Aunque en los últimos meses hubo choques entre la Corte y el Ministerio por la contratación de personal y la potestad disciplinaria, la reunión estuvo dedicada al diagnóstico de Jiménez, quien considera que la Justicia no ofrece respuestas adecuadas a la sociedad. Las impresiones recolectadas en los distintos despachos dan cuenta de que los vocales concordarían con el diagnóstico de Goane: los Tribunales tienen falencias de distinta entidad y antigüedad -la vedete de los problemas vendría a ser la lentitud de los procesos-, pero el servicio no está amenazado.

Pese a que los datos de la productividad judicial muestran altibajos, la mayor parte de los jueces considera que no son desdeñables y descarta la existencia de la crisis estructural que advierte Jiménez. “Es cierto que no estamos en la situación que nos gustaría, pero también es verdad que trabajamos para buscar soluciones y seguiremos haciéndolo”, resumió un juez de la Corte.

En la lista de cuestiones pendientes y sin ánimo de agotarla consta la necesidad de ampliar el número de oficinas jurisdiccionales, sobre todo en la primera instancia; de fortalecer los centros judiciales del interior y de abrir otros nuevos; de modernizar y jerarquizar la Justicia de Paz; de equipar los cuerpos técnicos auxiliares; de reformar los códigos procesales de los distintos fueros; de recuperar el proyecto del expediente digital; de aumentar y mejorar los espacios físicos en general; de profundizar los controles de eficiencia; de acelerar la cobertura de las vacantes judiciales; de repensar el mecanismo de destitución de jueces (el Jurado de Enjuiciamiento creado en 2006 nunca funcionó), y de capacitar, capacitar y capacitar al staff.

Aunque algunos asuntos pueden solucionarse con reorganizaciones internas, las necesidades básicas (como la ampliación de la magistratura) requieren tiempo, y dependen de la decisión de los otros poderes y de cuantiosas asignaciones presupuestarias. Otros temas tocan intereses delicados, como es el caso del colapso de la Justicia penal. Un vocal del alto tribunal recordó que, al aumento de la litigiosidad y de la criminalidad en general, había que añadir el incremento de los pleitos derivados de conflictos políticos. Y expresó: “todos los poderes judiciales del mundo se plantean cómo lidiar con esta demanda”.

 Comentar 1Compartir 3   .

Comentá la nota