Giro en la campaña de EE.UU.: ¿se apaga el huracán Trump?

Giro en la campaña de EE.UU.: ¿se apaga el huracán Trump?

Cayó en los sondeos en las últimas semanas. Y Hillary le lleva 10 puntos de ventaja. Fue tras frases controvertidas que enterraron su campaña. Perdió el apoyo clave de su partido.

 

 

¿Será definitivo o quizás sólo un vaivén de esta apasionante carrera por la Casa Blanca? Lo que muchos expertos anticipaban que alguna vez pasaría, parece estar sucediendo: el huracán Donald Trump, que sorprendió a Estados Unidos y el mundo con su avasallante avance en los sondeos, ha amainado en las últimas semanas y está desinflándose. ¿Se acabó el fenómeno? Es muy temprano para decirlo aún. Pero si el magnate no da pronto un giro a su campaña, sus chances de llegar a la Casa Blanca pueden esfumarse.

Las últimas encuestas dan hoy unos 10 puntos de ventaja a la demócrata Hillary Clinton sobre el millonario, que sin experiencia política derrotó a 16 candidatos republicanos, ganó la interna y ahora juega en las ligas mayores, con la campaña a nivel nacional. Pero lo más preocupante para Trump es que está perdiendo en Estados como Ohio, Pennsilvania, Virginia y Florida, vitales para ganar las elecciones.

Hillary tomó envión en los sondeos desde que terminó la convención demócrata, a fines de agosto, un impulso que es normal después de estos eventos. Pero la carrera luego no se equilibró porque Trump se enredó en una serie de escándalos que desenfocan su campaña y exponen su temperamento volátil y polémico, su flanco más débil.

Trump ha caído en las últimas semanas en las encuestas, tras una serie de declaraciones muy provocativas de las que luego intentó retractarse o dijo que fue malinterpretado. Enfureció a los veteranos de guerra cuando se peleó con los padres de un soldado estadounidense musulmán caído en combate. Desató otra controversia cuando hizo unos comentarios ambiguos que parecían llamar a los defensores de las armas a usar la violencia contra su rival demócrata. E incluso acusó a Hillary y Barack Obama de ser fundadores del grupo terrorista ISIS, aunque luego de desdijo y dijo que lo había hecho de forma “sarcástica”. Decenas de dirigentes republicanos se han manifestado en contra del candidato de su partido.

Lo que se observa es algo distinto a lo que sucedía en las internas: los escándalos que hoy desata, que antes lo hacían estar en la tapa de los medios y lo terminaban fortaleciendo, ahora lo dañan. Es quizás el mayor cambio desde las primarias a la campaña nacional. Por eso hubo un intento de Trump por enfocarse en su propuesta económica, pero inmediatamente su iniciativa quedó otra vez sumergida entre las polémicas.

Los medios están atentos a este nuevo panorama. La última edición de la revista Time lució una ilustración en tapa de la cabeza del multimillonario derritiéndose literalmente y al lado la palabra “meltdown”, que también se usa para expresar la idea de hundimiento. The New Yorker también expresó el fenómeno con una portada de Trump bajo la lluvia con su típico cabello anaranjado aplastado hasta cubrir su rostro.

Eduardo Gamarra, profesor de la Universidad Internacional de Florida, señaló a Clarín que “Trump ha descendido de manera notoria en todas las encuestas incluso entre grupos como hombres y mujeres blancos con educación universitaria que en algún momento lo apoyaban. El respaldo que tiene en grupos minoritarios es bajísimo: en nuestras encuestas apenas un 15% de los hispanos lo apoyan. Entre afroamericanos tiene menos del 1%. Las mujeres lo rechazan cada vez más. Y las cifras entre independientes también han empezado a moverse hacia Clinton. Y algo que nadie realmente había creído posible, hoy existe un grupo significativo de republicanos del establishment que están activamente haciendo campaña por Hillary”.

Para Henry Brady, decano de la Escuela Goldman de Políticas Publicas de la Universidad de Berkeley, California, “en la historia de Estados Unidos hubo candidatos que dominaban en los sondeos tras las convenciones y luego perdieron la elección”, según señaló a Clarín. Menciona el caso de Michael Dukakis, que terminó perdiendo frente a George Bush padre en 1988.

Brady señala que, para retomar la iniciativa, Trump debería ser más disciplinado en sus declaraciones. “Desafortunadamente para los republicanos, Trump no parece ser capaz de disciplinarse a sí mismo y ya ha perdido enormes apoyos de los republicanos. O sea que sólo le queda poner en marcha una campaña menos caótica”.

Para Sebastián Royo, profesor del Departamento de Gobierno de la Universidad de Suffolk, de Boston, “es difícil que Trump se recupere, pero no imposible. Trump ha sido subestimado desde el principio, pero que ha mostrado una capacidad inesperada para movilizar a votantes. Las reglas tradicionales no parecen aplicarle. Necesita ser mucho más disciplinado y centrarse en las debilidades de Hillary Clinton, en vez de abrir nuevos frentes sobre temas y personas, que desvían la atención y le restan votos”.

¿Estamos ante el final de Trump? De ninguna manera a esta altura puede sellarse el destino de este hombre que ha demostrado ser distinto a cualquier candidato de la historia de Estados Unidos y que con su retórica impulsiva, a veces racista y misógina, aún enciende multitudes. Todavía falta para el 8 de noviembre y el magnate tiene las chances también de remontar en los tres debates televisivos que tendrá contra Hillary, que enfrenta sus propios problemas de credibilidad. Pero las alarmas en el cuartel de Trump se encienden: es indudable que su campaña necesita cambiar de estrategia para evitar la sangría de votos que puede frustrar sus chances de llegar a la Casa Blanca.

Comentá la nota