Giro en la CGT: ahora no descartan un paro

Giro en la CGT: ahora no descartan un paro

Presionan Moyano y Caló por los despidos y hay gremios que piden acentuar las protestas

De manera deliberada, Hugo Moyano y Antonio Caló diferenciaron la semana pasada sus discursos con respecto al de sus pares ceteístas durante la masiva protesta por el Día del Trabajador. Mientras que Pablo Micheli y Hugo Yasky advirtieron que el siguiente paso de la unidad debía ser un paro general, los jefes de dos de las tres vertientes de las CGT se cuidaron de atacar retóricamente a Mauricio Macri y sólo caminaron con pies de plomo sobre su política de ajustes. Esta postura se modificó ahora ligeramente.

El curso que adquiera el proyecto de ley antidespidos, que ya obtuvo media sanción en el Senado, será clave para definir la hoja de ruta de los reclamos sindicales. Las CGT endurecieron su postura al rechazar ayer la invitación para debatir en las comisiones de Presupuesto y de Legislación del Trabajo de Diputados.

Por escrito, Moyano y Caló argumentaron su desplante a los diputados y tomaron más distancia del Gobierno. Insistieron en que a la iniciativa no habría que introducirle cambios, como pretende el oficialismo, que quiere excluir a las pymes de la medida. Cuestionaron además a los legisladores macristas por no haber asistido al Congreso de la Nación cuando, hace un mes, las cinco centrales obreras expusieron sobre la situación laboral.

En la carta, Moyano avivó su enfrentamiento retórico con el Presidente. Lo acusó de tener "indiferencia por los temas que preocupan a los trabajadores, que ya comenzaron a tener sus efectos perjudiciales". El cruce ya había escalado el lunes, con cuestionamientos desde ambas orillas.

Pablo Moyano, que es hijo del líder de la CGT y el número dos de los camioneros, amenazó ayer con replicar las protestas si no avanza la ley antidespidos tal como se votó en el Senado. "No tiene que haber ninguna modificación porque la ley protege a los trabajadores. Seguramente va a haber una reacción, va a haber más marchas a la Plaza de Mayo y no se descarta un paro nacional", dijo Pablo Moyano en Radio Ciudad.

El mismo día en que los Moyano acentuaron sus advertencias, Caló movilizó a su tropa de la UOM para agilizar la votación de la ley y presionar por un desenlace de su paritaria, que estaría trabada por una diferencia de $ 2000. La marcha de los metalúrgicos pasó por el Congreso y finalizó en la sede de Adimra, la principal cámara empresaria con la que negocia salarios. Hubo cánticos en contra del Gobierno y dos bombas de estruendo golpearon en los ventanales de Adimra.

"Los empresarios tienen que ayudar económicamente, así zanjamos este mal momento. No quiero que haya despidos, sean las pymes o las grandes empresas. No pedimos ninguna locura, sólo parar los despidos y las suspensiones por seis meses", dijo Caló.

Otros dos sindicatos que reforzaron ayer sus demandas son el de la Alimentación y el de los lecheros de Atilra. En ambos casos, la pulseada es por la paritaria, en la que el primero pidió una suba de 42% y el segundo, del 35%. Prevén paros parciales. Los dos gremios, cuyos jefes suelen estar alejados del día a día de la CGT, adhirieron a la protesta del viernes pasado y movilizaron a sus afiliados.

El sindicalismo peronista también reactivó su brazo en el PJ para incidir en el rumbo de la ley antidespidos. Una nutrida comitiva gremial participó el martes de la asunción del sanjuanino José Luis Gioja. Ese día volvió al partido el ferroviario Omar Maturano, mientras que el estatal José Luis Lingeri intentó convencer al taxista Omar Viviani de sumarse a la CGT unificada. Gestos que dicen mucho.

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