Girard: "Estamos dispuestos a dar el debate de una reforma fiscal"

Girard:

El titular de la Agencia de Recaudación Bonaerense, Cristian Girard, habló de la necesidad de una coordinación entre Nación, provincia y municipios para superar la crisis económica que dejará la pandemia. No descartó que se tomen más medidas de alivio tributario.

El titular de la Agencia de Recaudación Bonaerense, Cristian Girard, habló de la necesidad de una coordinación entre Nación, provincia y municipios para superar la crisis económica que dejará la pandemia del coronavirus. El funcionario asume que la recaudación propia caerá en hasta $18.000 millones y no descarta que se tomen más medidas de alivio tributario específico para alguna zona o rama productiva de la provincia. Lo que sigue es parte del extenso diálogo que mantuvo con ámbito.com.

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Periodista: ¿Están pensando en otras medidas de alivio fiscal, más allá de las que ya se tomaron como la postergación de pagos de Ingresos Brutos, Inmobiliario y suspensión de embargos?

Cristian Girard: Tenemos que ver cómo evoluciona la política de aislamiento, si vamos hacia un esquema de apertura administrada de alguna rama productiva o incluso de algunas zonas. Ahí tendremos otro margen para pensar intervenciones de política tributaria más específicas. Mientras tanto, dado que el aislamiento es general, tenemos estas medidas que nos dan por ahora un margen hasta mayo con los impuestos y dos meses más para los planes de pago.

P.: ¿Cuánto estaría resignando en recaudación la provincia a partir de estas medidas?

C.G.: La proyección que manejábamos antes del coronavirus era recaudar en abril 40 mil millones de pesos. Ahora estamos empezando a ver una tendencia a la caída de la recaudación de Ingresos Brutos, que tiene que ver con que hay menos actividad económica.

P.: ¿De cuánto estamos hablando?

C.G.: El escenario optimista razonable es un recorte de la proyección del 25%, es decir unos 10 mil millones de pesos menos.

P.: ¿Y el pesimista?

C.G.: La caída puede llegar a ser de hasta 18 mil millones de pesos. En este caso estaríamos cerrando el mes con una recaudación de 22 mil millones de pesos en lugar de los 40 mil.

P.: ¿Cuáles son los sectores más castigados por la pandemia?

C.G.: Lógicamente los que fueron excluidos por ser considerados esenciales no, pero la actividad comercial con todos los comercios cerrados ha tenido un impacto fuerte. Todo lo que son servicios también; el rubro textil, el gastronómico, que tuvo que cerrar los locales, la siderurgia, metalurgia (sobre todo la que termina vinculada a la línea blanca) y la construcción. Todos van a sentir fuerte el impacto.

P.: ¿Se está pensando en algún plan para recuperar la economía para cuando todo esto haya pasado?

C.G.: Lo que sí está dejando en claro esta crisis son dos cosas. Por un lado, que el mercado hay cosas que por sí solo no resuelve. La propagación de este virus puso en jaque prácticamente a los sistemas de salud de todo el mundo. Eso tiene que ver con 40 años de política de privatización, de retiro de la prestación básica de bienestar por parte del Estado. Esto pone sobre la mesa la necesidad imperiosa de que intervenga el Estado en el contexto de una crisis para paliar un poco la situación o tratar de administrar esta situación y reducir la cantidad de muertes que va a generar la pandemia en todo el planeta, no sólo en Argentina. Acá particularmente nos agarra después de cuatro años de ajuste en determinadas partidas que son sensibles para estas cuestiones como educación y salud.

P.: ¿Y cómo se sale de este contexto dramático en términos económicos y sociales?

C.G.: Se requiere intervención y coordinación del Estado nacional, provincial y municipal, porque de otra manera es imposible dar una respuesta a una situación inédita como la que se está generando ahora donde la economía no se frena ni por un cambio externo por una catástrofe climática ni por una guerra sino que el Poder Ejecutivo tomó la decisión de que nos quedemos en nuestras casas y de frenar la actividad económica. Ahora, para volver a prender la máquina necesariamente vamos a tener que pensar una coordinación y una planificación de cómo volver a prender la máquina sin que haya cuellos de botella o desajustes en la economía que generen otros problemas adicionales. Hay que generar señales adecuadas para que haya inversión privada, porque la inversión privada, en un contexto de tanta incertidumbre, no va a aparecer por sí sola. Así que no tengo duda de que va a haber una intervención decidida, fuerte y coordinada entre el Estado nacional, provincial y los municipios.

P.: ¿Cree que es posible que las provincias terminen recurriendo a las cuasimonedas para salir de esta crisis?

C.G.: El gobernador (Axel Kicillof) fue claro cuando le preguntaron. Me parece que no es momento para actuar descoordinadamente, sobre todo en la medida en que el Gobierno nacional está diciendo ‘lo primero es la salud y después vamos a resolver los problemas económicos y financieros‘. Yo creo que la señal que está dando el presidente es que Nación va a atender la realidad financiera y económica de cada provincia e incluso de los municipios. Apresurarse a plantear algo como la emisión de cuasimonedas no se condice con lo que está ocurriendo en lo que son los diálogos que van teniendo las instancias políticas que van manejando la crisis en sus aspectos financieros. Hay que trabajar pensando en que Nación va a resolverlo, porque la descoordinación puede ser fatal. Puede ser peor la descoordinación que lo que te puede solucionar una emisión de una cuasimoneda.

P.: Sería contraproducente.

C.G.: Me parece que no sería una buena señal. Tenemos soberanía. Y la diferencia con 2001 es clara. En 2001 no podíamos emitir porque teníamos la convertibilidad, que ponía un claro cepo a la soberanía nacional en cuanto a la emisión de moneda. En la medida en que el Estado nacional puede hacerlo, me parece que discutir esa soberanía desde instancias subnacionales políticamente me parece que no es una señal positiva y me parece equivocada. Creo que no es el momento. Nosotros seguro no lo estamos analizando.

P.: ¿Esta crisis puede acelerar el debate de una reforma fiscal amplia a nivel país?

C.G.: Hoy los impuestos al consumo son mucho más altos que los impuestos a las grandes fortunas y los impuestos al patrimonio. Y las grandes fortunas terminan fugadas hacia las guaridas fiscales. Esta crisis nos abre abre la oportunidad de pensar a fondo qué tipo de sociedad queremos ser. Si queremos ser una sociedad más igualitaria, más equitativa, entonces tenemos que empezar a discutir el nivel de inversión del Estado en áreas clave como la salud o la educación, y cómo se financia y la manera más progresiva de financiamiento. No tengo dudas de que un camino es cobrando impuestos al patrimonio, y que de manera progresiva paguen más los que más tienen. No puede ser que vivamos en sociedades tan polarizadas donde hay un 1% de la población que tiene la misma riqueza o más que el 99% restante.

P.: ¿Y en la provincia?

C.G.: En la ley impositiva para este año lo planteamos. Estamos dispuestos a dar el debate. El 70% de los recursos de la provincia proviene de Ingresos Brutos. Probablemente hay sectores donde se pueda bajar y haya que bajar la presión impositiva. Pero no podemos solamente encarar esa reducción de alícuotas de Ingresos Brutos sin pensar cómo vamos a resolver el financiamiento del Estado con otro tipo de impuestos. Entonces lo que planteamos fue darle más peso a los impuestos patrimoniales y, en particular, dentro de la estructura de los impuestos patrimoniales que paguen más los que tienen patrimonios de mayor cuantía, o sea, que sea más progresivo. Finalmente la ley terminó saliendo con algunas modificaciones, siguiendo la misma ley que habíamos diseñado nosotros. De todos modos terminamos teniendo una ley que es mejor que la ley anterior, en el sentido de que más progresiva, le da mayor peso a lo patrimonial y entre los patrimoniales se le cobra más a los que tienen mayor capacidad contributiva. La demagogia de decir que ‘hay que bajar el gasto y los impuestos’ puede sonar muy bien, pero la verdad es que nadie llega a ser lo que es sino no existe la insfraestructura social, la educación y la salud pública.

P.: En particular el sector automotriz viene pidiendo a gritos una rebaja impositiva para evitar el colapso del sector.

C.G.: Los estamos analizando en un contexto de coordinación interministerial. Todo tipo de planteo puede ser considerado. Estamos trabajando y analizando cómo se desenvuelve cada sector ante esta situación.

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