La Generación: la nueva militancia oficialista

La Generación: la nueva militancia oficialista

La agrupación macrista presentó a sus nuevas autoridades y está lista para salir a la cancha. Quiénes son y dónde trabajan. Qué les pidieron Vidal, Larreta y Peña. En qué se parecen a La Cámpora.

Sábado a la mañana. Temprano. Expectativa. Gran expectativa. Parte de la militancia del PRO, más precisamente la agrupación La Generación, aguarda la llegada de la Gobernadora, María Eugenia Vidal; del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y del jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña. 

El lugar, un prolijo quincho ubicado en el Centro Deportivo Municipal 1 de Caseros (Tres de Febrero). Sí, el CEDEM 1 de Caseros, hasta hace poco, emblemático lugar de encuentro del PJ bonaerense, por supuesto, con el ahora derrotado barón Hugo Curto a la cabeza.

Los jóvenes macristas llegan de a uno, en pareja o de a cinco o seis. La baja temperatura invitaba al café, adentro o afuera. Nadie necesita levantar la voz para hablar. No había bombos, redoblantes ni cánticos. No había peronismo, kirchnerismo, ni camporismo. Había macrismo, sólo macrismo. 

El cónclave no era sólo para escuchar a los funcionarios antes mencionados. Los muchachos y muchachas de La Generación, en lo que fue la décima asamblea, presentaron a sus nuevas autoridades, las cuales, como suele suceder en el peronismo, surgieron de una elección interna. 

Eso sí, intentaron diferenciarse de “lo anterior”, de las maneras utilizadas durante el kirchnerismo. Cada vez que pudieron destacaron que no había rencores, que ahora se iba a trabajar en el marco de una armoniosa unidad, que eran un grupo de amigos y que les fascinaba militar en equipo. 

Es cierto, las diferencias son notorias. La militancia PRO habla más suave, aunque menos claro. La militancia PRO se viste mejor, con ropa bastante más cara que la que usa la militancia K o peronista. Además, la militancia PRO, en el final de los cónclaves (en éste, al menos), come hamburguesas. Los peronistas, como es sabido, choripanes.

Las similitudes también son notorias. 

Los oradores, previo a la llegada de Vidal, Larreta y Peña (también se hicieron presentes Jorge Triaca, Waldo Wolff, Diego Valenzuela, Martín Yeza, Pedro Robledo, Esteban Bullrich y Eduardo Amadeo, entre otros), se encargaron de cargar duro contra el kirchnerismo. Obvio, lo propio hacen los K, contra el macrismo. 

Pero quizá la similitud más importante tiene que ver con que los integrantes de La Generación, en su gran mayoría, son funcionarios de segunda o tercera línea de los gobiernos de la Ciudad, la Provincia o la Nación. Muchos de ellos ocupan los lugares que tuvo que dejar el camporismo. 

Se muestran proyectos ya listos, se plantean ideas a futuro, se saluda a las autoridades salientes, se presenta a las entrantes. Afuera, en tanto, empieza a haber movimientos extraños. Sí. Apenas pasaditas las 12.30 llegaron Vidal, Larreta y Peña, las figuras centrales del encuentro que, dicho sea de paso, no se quedaron para la hamburgueseada.

Los tres hablaron en la misma dirección, como ya lo habían hecho, entre otros, Yeza y Robledo. Más allá de los palos para la década K, hicieron foco en lo que viene, en lo trascendental de seguir militando, de seguir charlando con los vecinos, de no hacer la plancha. No se dijo, pero los cañones apuntan a las legislativas 2017.

“Es súper importante lo que hace La Generación; muchísimos de ustedes tienen responsabilidades legislativas y ejecutivas, y es desde ahí de donde vamos a cambiar el país. Yo sé que tienen esa vocación, celebro la vocación de formarse, de militar. Hace veinte años, cuando todavía tenía pelo, hacía lo mismo; y eso nos ha ayudado no sólo a llegar, sino también a gobernar”, afirmó el uno de la Ciudad. 

Por su parte, la mandamás provincial señaló que “siempre que me encuentro con La Generación encuentro esa energía bien nuestra. Si tuviera que contarle a un vecino qué somos, lo traería acá para que los conozca a ustedes. Es un orgullo que exista este espacio dentro del PRO”.

Además les dijo a los jóvenes que siempre “hay que tener en claro de dónde venimos”, y les pidió que convoquen a otros y que se consoliden como grupo. “Hicieron un gran trabajo de militancia, el cual no termina el día de la elección, hay que estar en la calle y no quedarnos de un sólo lado del escritorio”, continuó Vidal. 

“Lo más importante es demostrarle a la gente que sí se puede; ustedes son ese ‘sí se puede’. La militancia también es defender, y defender con orgullo; siéntanse orgullosos de este equipo, del Gobierno nacional, provincial y los gobiernos municipales. Somos un equipo de gente que se está rompiendo el alma por el bien de todos, por que las cosas cambien, y eso, hace muchos años que no pasaba”, concluyó. 

El último turno fue el del jefe de Gabinete. “Es muy lindo verlos crecer y asumir tareas y adquirir responsabilidades; está bueno trabajar juntos por el pueblo, por la gente, y ahora el desafío es multiplicar esto. Hay mucha gente que no sabe cómo hacer para participar, para sumarse a este cambio, y para eso tenemos que estar en la calle”, afirmó, sin vueltas, uno de los hombres fuertes de Nación.

Final. Aplausos y besos. De a poco, siempre sin cánticos, ni bombos, ni redoblantes, los funcionarios y los militantes abandonaron el bonito quincho del CEDEM, se dirigieron hasta un playón cercano y se tomaron, a pura sonrisa, una gigante foto grupal. Después fue el turno de las charlitas a las apuradas y de las selfies de Vidal, por lejos, la más solicitada, la más mimada.

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