Gareca pasó y nada quedó aclarado

Gareca pasó y nada quedó aclarado

El secretario de Cultura respondió las preguntas de los senadores. Pero no se pudo saber qué causó la caída de las luces y una grúa en la Vendimia. Hay secreto de sumario, esgrimió.

La tercera citación fue la vencida para Diego Gareca, que ayer asistió a una reunión de senadores para dar explicaciones sobre la caída de la grúa en el ensayo que se hizo dos días antes de la Vendimia y que obligó a postergar la fiesta. Junto con el secretario de Cultura, estuvo Alejandro Pelegrina, director de Vendimia, quien fue el encargado de “atajar” las preguntas que hicieron desde la oposición.

El interrogatorio duró más de tres horas, y fue y vino entre explicaciones técnicas, muchas de ellas interrumpidas por los mismos legisladores, y otras tantas chicanas políticas.

En resumen, no hubo muchas respuestas que aclararan qué pasó la noche del jueves 2 de marzo, cuando la parrilla de luces cayó en medio del escenario, justo en el momento que se desarrollaba el ensayo para el Acto Central. Como consecuencia, una de las grúas que sostenía el clúster de luces se desplomó sobre las gradas del anfiteatro Frank Romero Day.

Tampoco quedó en claro quién es el responsable y cuál podría ser la sanción, además de la pérdida económica y de prestigio que tuvo la Provincia por el retraso de una noche de la fiesta.

La falta de un panorama claro en torno a los hechos responde a que hay una investigación administrativa en curso y, por lo tanto, hay secreto de sumario. A su vez, el Estado irá a juicio contra la empresa López, la firma que fue contratada por licitación para aportar las grúas.

En este sentido, la estrategia del Gobierno es apuntar toda la responsabilidad contra la empresa, por lo que esquivó dar información que pueda comprometer el accionar del Estado.

“Acá hay un conflicto de intereses potencial, entre el Estado y la empresa privada. El que le pide la renuncia a Gareca está, directamente, beneficiando a la empresa. Si se termina beneficiando a la empresa, el Estado, que somos todos nosotros, vamos a terminar pagando esto”, defendió el senador radical Juan Carlos Jaliff.

 

Poco en claro

En la exposición que casi monopolizó Pelegrina ayer, hubo algunos baches que la oposición se encargó de enfatizar. Uno de ellos es que en el proceso de organización de Vendimia participaron pocos profesionales y, en cambio, hubo más idóneos con una vasta experiencia pero sin título universitario. “El 80% de los que trabajan con nosotros no tiene un título”, sinceró el director de Vendimia.

También quedó al descubierto que el encargado de controlar el trabajo que hacía la empresa tampoco tiene título universitario. “El responsable en los planos, Aníbal Garnica, es un hombre con 22 años de experiencia en el manejo de grúas en Vendimia”, justificó Pelegrina, aunque reconoció que no tiene estudios vinculados a esa temática.

“No hubo un técnico en Seguridad e Higiene. Esto es grave, porque una cosa es la idoneidad y otra la responsabilidad que debe estar en manos de un profesional, que garantice con su firma el trabajo y control”, señaló la senadora del FpV, Patricia Fadel.

“El otro daño que no nos han contestado es el patrimonial. No sabemos cuánto perdió la Provincia en materia de turismo y por las entradas que se devolvieron. Ellos dicen que esto está en sumario administrativo, pero no judicial. Es decir, podrían haberlo informado de algún modo”, anotó un segundo punto Fadel.

La oposición hizo hincapié también en el cumplimiento de los plazos, previstos en la licitación, para el montaje de las luces. Si bien Pelegrina reconoció que no se cumplieron las fechas indicadas, dijo que la obra, concebida integralmente, fue adelantando otros trabajos, por lo que no habría sanciones.

Por su parte, Pelegrina defendió que, a raíz de los inconvenientes que se produjeron, no se le pagó aún a las empresas. Por un lado, a López no se le abonaron los $ 5 millones que correspondían por su servicio. Tampoco se pagó, y está en investigación, el carro de Reina y Virreina salientes, que no estuvieron a horario y que obligaron a pedir lugar en otro carro para que las jóvenes participaran del desfile de la Vía Blanca.

 

El PJ analiza hacer una denuncia penal

A partir del incidente, la Fiscalía de Estado abrió una investigación y se constituyó en querellante, es decir, puede pedir testimonios e intervenir en la causa. Este sumario está a la espera de que la secretaría de Cultura aporte el informe pericial, es decir, que digan qué es lo que pasó.

Aprovechando esta investigación, el PJ adelantó que va a colaborar con la tarea que realiza el fiscal de Estado, Fernando Simón, quien tiene pasado justicialista. “Después de esto, vamos a hacer una evaluación legislativa en nuestro bloque y vamos a tomar de esto todo lo que se pueda enviar a la Fiscalía de Estado para que investigue. Después veremos si amerita, a partir de lo que nos digan, la denuncia penal correspondiente”, remarcó Fadel.

Por su parte, la Unidad Fiscal de Capital, a cargo de Carlos Torres, tiene una investigación judicial abierta. “Puede haber responsabilidad compartida.

El Estado es el primer responsable en esto. Una cosa es que vayamos contra la empresa, lo que seguramente va a hacer el Gobierno, pero otra cosa es la responsabilidad real del Estado. No se puede uno desligar de esto”, consideró la senadora de la oposición.

 

Entre el circo y la pregunta insólita

La reunión de ayer tuvo un clima muy particular, que fue calificado por momentos como un “circo”. Gareca reconoció que no asistió a la primera citación por recomendación del bloque de su partido. En aquel momento, la presencia de artistas en el lugar creaba un cierto ambiente incómodo para el funcionario.

Si bien ayer hubo bastante público, el clima no era el mismo ni los reclamos tampoco. La oposición no dudó en señalar que los que habían ido al concurrido salón en el anexo de Senadores eran “militantes” y “empleados de Cultura”. Cierto o no, el público aplaudió ciertas intevernciones de los funcionarios y legisladores radicales.

La discusión tuvo sus momentos tensos, pero más que nada el clima fue de mucha chicana política y hasta algunas preguntas insólitas. Esta parte la protagonizó Fadel, cuando se salió del libreto y en medio del interrogatorio preguntó a Pelegrina cuál era su nacionalidad, intrigada por su acento. Esto motivó la risa y hasta cuestionamiento de sus pares, por lo que la senadora se retractó de la pregunta.

En el medio de las acusaciones por la pregunta insólita, la senadora del FIT, Noelia Barbeito, no dudó en sumarse a las acusaciones cruzadas y señaló que la citación al funcionario se había vuelto un “circo”. Tema aparte, luego se supo que Pelegrina es madrileño y que desde chico vive en Mendoza.

 

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