No faltaron cruces picantes ni reclamos de vieja data por fondos que nunca llegaron. A pesar de esos disensos y de un par de ausencias notables, el gobierno de Mauricio Macri consiguió en el mediodía de ayer el explícito aval de la mayoría de los gobernadores a su proyecto de reforma del impuesto a las ganancias, paso previo para el comienzo del tratamiento de la nueva norma, que comenzó por la tarde en el Congreso.

"La gran mayoría de los gobernadores nos ayudó a parar la pelota para volver a pensar este tema y reencauzarlo", afirmó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio , en la conferencia de prensa posterior a la reunión, que duró más de dos horas y en la que la Casa Rosada logró el respaldo de los mandatarios al borrador, que un día antes había recibido la bendición de la CGT unificada . Estuvieron junto con los funcionarios veintiún mandatarios provinciales; el salteño Juan Manuel Urtubey no pudo estar pero envió a su vice, Miguel Isa, y brillaron por su ausencia Gildo Insfrán (Formosa) y Carlos Verna (La Pampa), enojados con el proyecto, que ni siquiera enviaron un delegado.

Según distintas fuentes, se escucharon pocas críticas de los mandatarios al proyecto aprobado por los gremios, que sube el mínimo no imponible a $ 37.000 para empleados casados con dos hijos y a $ 27.941 para solteros. Además, modifica las escalas de manera proporcional, establece un sistema de actualización anual a partir del índice salarial Ripte (remuneración imponible promedio de los trabajadores estables) y excluye de la carga adicionales como las horas extras, los viáticos, los feriados y los aguinaldos.

Luego de las exposiciones del titular de la AFIP, Alberto Abad, y del coordinador del gabinete Mario Quintana, varios de los mandatarios reunidos en el Salón de los Escudos plantearon la necesidad de cubrir el "agujero" fiscal que les significará la aprobación del proyecto oficialista, bastante inferior al aprobado por la Cámara de Diputados e impulsado por Sergio Massa y el kirchnerismo. Frigerio y el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, prometieron compensarlos con el envío automático de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).

Reunidos un rato antes en el hotel Savoy, doce gobernadores acordaron exigir el giro automático de la totalidad de los ATN que les corresponde percibir. "Frigerio les recordó que en este año recibieron más fondos que nunca", afirmó un colaborador del ministro.

Fue entonces cuando aparecieron los reclamos: la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, reclamó esos fondos para pagar sueldos y salir de la crisis, y su par de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, amenazó con "hacerle juicio a la Nación" por fondos de coparticipación adeudados. "Si querés, hacé juicio, pero estás poniendo palos en la rueda. Con este proyecto perdés sólo el 30 por ciento de lo que te hubiera costado el de Diputados", le retrucó el titular de Interior. Prat-Gay aseguró que el "desfase" con el plan original previsto en el presupuesto (unos $ 27.000 millones) será de $ 7000 millones para el Estado, a ser financiados por el nuevo impuesto al juego. Quedaron fuera del proyecto los impuestos a la actividad minera y a los plazos fijos, ambos incluidos en el proyecto impulsado por Massa y el kirchnerismo.

En tren de balance, en el Gobierno había satisfacción y optimismo de cara al futuro. "Quedamos conformes; está claro que cerramos el año con un bloque de veinte mandatarios que en los momentos difíciles salieron a bancar decisiones del Gobierno", analizaron desde un despacho de Balcarce 50. Y repetían una palabra clave: gobernabilidad.

"La reforma no produce un desmadre fiscal y vuelve a poner las cosas en su lugar en cuanto a los presupuestos provinciales de las diversas jurisdicciones", afirmó durante la conferencia de prensa el cordobés Juan Schiaretti, un puntal clave en la relación Gobierno-provincias.

"Aparecieron la cordura y el sentido común", resumió a LA NACION el gobernador de Chaco, Domingo Peppo, uno de los gobernadores que apoyan la iniciativa, incluido en el grupo de "opositores racionales" que valora el Gobierno por "salir a bancar" el proyecto desde un primer momento. "El Gobierno no dice que tuvo que ceder para poner las cosas en orden, y por eso logró el apoyo de los gobernadores", afirmaron cerca de un mandatario del Noroeste.

Frigerio elogió a los mandatarios "razonables"

Luego del acuerdo con los gobernadores por el proyecto de Ganancias, el ministro del Interior Rogelio Frigerio expresó ayer que "logramos consolidar la liga de los gobernadores razonables", excluyendo de esta manera a los mandatarios Gildo Insfran (Formosa) y Carlos Verna (La Pampa), que mantuvieron un alineamiento con el proyecto de la oposición que se aprobó en Diputados. Por otra parte, el ministro dijo que "transformamos una muy mala noticia para los mercados en un gran acuerdo político que le da credibilidad a toda la dirigencia argentina". A su vez, Frigerio destacó que "la capacidad de maniobra y diálogo le puso freno a la demagogia y el populismo", aludiendo así al diputado del Frente Renovador Sergio Massa que había impulsado en Diputados un proyecto de ley de ganancias mucho más ambicioso. Por último, desde el Ministerio del Interior dejaron trascender a LA NACION que cuando Frigerio volvió de su viaje a China la semana pasada tuvo que remontar un complicado escenario que estaba montado en Diputados por la oposición.