Gallardo, el DT que le devolvió la gloria internacional a River

Gallardo, el DT que le devolvió la gloria internacional a River

En poco más de un año como director técnico, el "Muñeco" ganó la Copa Sudamericana y la Libertadores eliminando a Boca en ambos torneos

"River vuelve a ser River", era el eslogan de campaña de Rodolfo D'Onofrio y fue Marcelo Gallardo el encargado de llevar la frase a la realidad dentro de la cancha. Medido ante la prensa, enérgico en los partidos y relajado en los entrenamientos, el "Muñeco" le dio al "Millonario" tres copas internacionales en poco más de un año, tras 17 años sin logros. Además, es el primero en ganar la Libertadores como jugador (en 1996) y como técnico (en 2015).

De origen humilde, hizo todas las inferiores en Núñez, aunque soñaba con ser piloto de avión su talento le deparó una exitosa carrera en el club, en el exterior y en la Selección, pero su despedida como futbolista en el club que lo vio nacer fue opaca: el 15 de mayo de 2010 se fue de River sin salir del banco de suplentes. El DT Ángel Cappa consumió los cambios en una goleada en contra con Tigre y los hinchas no pudieron rendirle homenaje al ídolo.

 

Se retiró en Uruguay, debutó como técnico en Nacional pero siempre supo que se recibirá como entrenador en el "Millonario". Llegó al cargo el 6 de junio de 2014 tras la salida de Ramón Díaz. Si bien la nueva Comisión Directiva, con Enzo Francescoli como manager, mantuvo al riojano en el cargo cuando asumió, la gran apuesta era Gallardo.

Al "Muñeco" lo llamaron cuando estaba camino a San Pedro para juntarse con los dirigentes de Newell's."Volvé, Marce. Agarrá la autopista y metele a fondo que te va a llamar D'Onofrio", le dijo un amigo con llegada a la comisión directiva. El teléfono sonó y el sueño se hizo realidad.

Gallardo se hizo cargo de un plantel sin grandes figuras, apenas pidió a Leonardo Pisculichi (autor del gol en la Sudamericana contra Boca), que había descendido con Argentinos Juniors, y después no dudó en confiar en los regresos de Carlos Sánchez (convirtió el tanto ante el "Xeneize" en la Libertadores) y Rodrigo Mora. Revalorizó a Ponzio y Funes Mori, hizo estandarte a Kranevitter, domó caracteres poco dóciles como el de Teo Gutiérrez y armó un equipo ganador.

Tras un arranque con algunos resultados adversos, impuso su estilo: actitud ofensiva de principio a fin, juego a ras del piso y presión alta y constante. Pero supo cambiar si era necesario y dejar el traje de gala para ponerse el overol cuando el partido lo ameritaba, como los partidos con Boca en la Bombonera.

Los refuerzos que pidió el DT fueron Camilo Mayada y Tabaré Viudez, dos conocidos de su paso por Uruguay. Además, insistió por Nicolás Bertolo y confió en el joven Lucas Alario ante la salida de Gutiérrez. Todas apuestas que rindieron sus frutos. Y no le tembló el pulso cuando tuvo que dejar afuera del equipo a los ídolos: Saviola, Aimar, Cavenaghi o Lucho González.

"El cuerpo se cansa, pero la mente no tiene que cansarse. Cuando el físico no responde, la diferencia se hace con la cabeza", explicó Gallardo. Esa mentalidad ganador fue la que le inculcó a sus jugadores y así llevó al "Millonario" a la gloria internacional.

Estuvo 31 partidos invicto y fue campeón de la Copa Sudamericana 2014 y la Libertadores 2015 -luego de 19 años-, eliminando a Boca en ambas competencias y jugará el Mundial de Clubes con la posibilidad de enfrentar al Barcelona. Además, conquistó la Recopa Sudamericana en 2014.

Los hinchas le dedicaron una sola bandera a Gallardo como jugador, repudiando su actitud de que no querer darle dinero a la barra. Ahora espera por su lugar junto a Enzo Francescoli, "Beto" Alonso, "Pinino" Más, Ángel Labruna y Ramón Díaz en la tribuna.

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