Galassi defiende la gestión en materia de seguridad

Galassi defiende la gestión en materia de seguridad

El ministro de Gobierno da la cara ante las críticas que realizan los candidatos opositores sobre la problemática más visible en la Provincia.

Ante cada pregunta, el ministro de Gobierno y Reforma del Estado de la Provincia, Rubén Galassi, ofrece respuestas con detalles y datos, quizás una capacidad que conserva desde los tiempos en los que ejercía el periodismo en Rosario. El viernes estuvo en Rafaela como funcionario participando de una entrega de fondos a 20 localidades del Departamento para atender gastos generados por la emergencia climática. 

Se acostó tarde tras participar de un encuentro político en la sede del PDP donde instó a socialistas y demoprogresistas de la ciudad y el Departamento a redoblar los esfuerzos para buscar el mejor desempeño en las cada vez más cercanas primarias del 19 de abril. Se había quitado el traje de funcionario y asumía su rol de candidato, ya que integra la lista liderada por Antonio Bonfatti, el actual gobernador, que busca ganar la elección en la categoría de diputados y sustentar a Miguel Lifschitz en su carrera por ser gobernador. 

Ayer desayunó temprano y sin pausa caminó por el bulevar Santa Fe para hacer campaña, junto a la precandidata a intendenta Natalia Enrico y, entre otros, los dos primeros de la lista de concejales, Lisandro Mársico y Sebastián Piumetti. Y claro visitó LA OPINION para hablar de las elecciones. Gran parte de la charla giró en torno a la inseguridad, el talón de Aquiles de la gestión provincial, pero hizo una enfática defensa de la acción en todas las áreas de gobierno. 

-¿Le preocupa el desgaste de casi ocho años de gobierno?

-Una gestión de ocho años también tiene efectos positivos. Sin hacer un inventario, podemos mostrar las transformaciones en la justicia, en la educación, en salud, en cultura. Es decir, por primera vez la Provincia tiene un proyecto de cultura pensando en el ciudadano como protagonista y no sólo en el espectáculo. Además contamos con un plan en seguridad, aún con todos los temas pendientes. No tenemos ninguna duda en que Miguel Lifschitz si es gobernador, o incluso pensando en la hipótesis de otro gobierno porque no somos soberbios y no damos nada por sentado, pueda tener nuevas herramientas y una policía más equipada y mejor formada, pero también depurada para desterrar los estratos de corrupción que estaban enquistados en la fuerza para encarar el abordaje de la seguridad. 

Dejamos una plataforma mucho más alta de la que nos dejaron a  nosotros en el 2007. En ese balance la gente nos exigirá, seguramente, lo que queda pendiente pero también pondrá en valor todo lo que se hizo. La mayoría de los santafesinos destacan no sólo todo lo que se hizo sino los valores con los que trabajamos. En un país donde se respira un clima turbio Santa Fe es un ejemplo de institucionalidad, donde no hay funcionarios ni siquiera denunciados por corrupción. Eso la gente lo valora. 

-La inseguridad quizás es su mayor debilidad. Pero parecen tener un discurso para defenderse. 

-Es porque lo hemos asumido. No decimos que no hay inseguridad como algunos dicen que no hay inflación. Sabemos que es un fenómeno que castiga a los santafesinos, pero también a nivel nacional y regional. En algunos aspectos es inseguridad con delitos de distinta magnitud, pero lo que a veces trasciende de las grandes ciudades como inseguridad es violencia interpersonal que tiene que ver con vínculos que se han roto, con la degradación social en la que han caído muchos sectores de la sociedad que dirimen cuestiones en principio fútiles a los tiros que dejan muertos. También hay un escenario en el que se identifican delitos complejos como la trata de personas y el narcotráfico, que son de la esfera federal, lo cual nos hemos cansado de decirlo no para eludir la responsabilidad sino para poner el eje donde debe estar: que debe haber una actitud más proactiva de los juzgados federales. En Rafaela hay un juzgado federal reciente, pero en Santa Fe y Rosario están los mismos de hace 40 años, es decir no acompañaron el crecimiento de las ciudades. La realidad cambió.  

-¿Y entonces?

-Lo que deben saber los santafesinos es que hay miles de efectivos de seguridad bajo la órbita de las fuerzas federales. La Policía Federal tiene 32 mil agentes, 35 mil Gendarmería, Prefectura unos 10 mil y Seguridad Aeroportuaria otros mil. Esto es, hay entre 70 y 80 mil efectivos de fuerzas federales que sostenemos con el esfuerzo de todos los argentinos, pero el 80 por ciento está destinado a Capital Federal y Gran Buenos Aires. Los escucho a Macri o a Del Sel cuestionando sobre seguridad, pero me pregunto cuál es la seguridad que brindan en Capital Federal donde viven 300 mil habitantes menos que en la provincia de Santa Fe y en un espacio, en dimensiones, similar a la mitad del departamento Castellanos. Ahí tienen 28 mil agentes de Policía Federal y buena parte de Prefectura. Y hay 20 mil gendarmes en el Conurbano bonaerense. Si en Santa Fe tendríamos el 10 por ciento de esa cantidad, un mínimo de 6 mil efectivos, tendríamos otros indicadores. No tenemos ni siquiera mil. Este reclamo no lo hacemos para generar un debate político sino para hacer valer un principio de igualdad y justicia. Nunca lo escuché a Del Sel decirle a Macri que termine de organizar su policía para que pueda liberar a los federales para el resto del país. O a los kirchneristas que tienen más de 20 mil gendarmes en el Gran Buenos Aires y hacen un gran show cuando envían a dos mil a Santa Fe y Rosario. Esto es política, planificar desde lo macro a lo mínimo. 

-¿Y el resto tiene propuestas en seguridad? 

-Yo le digo a cualquier opositor que si me garantiza que resuelve la seguridad, prefiero que mi partido pierda las elecciones, pero creo que hay mucho chantismo en esto, mucha promesa fácil. Gobernar es difícil, todos los días surgen problemas y hay que enfrentarlos. La diferencia es que nosotros tenemos un plan en marcha, no estamos en una orilla sino a la mitad del río queriendo llegar al otro lado, como dice Antonio Bonfatti. 

-¿Impacta en el electorado? 

-La gente es consciente de que la seguridad no es problema de un gobierno sino de todos. Desde hace tres años el presupuesto de seguridad es el segundo detrás del de educación. Y no es algo para festejar. Preferiríamos abrir escuelas a comisarías. Pero no vemos que el problema incida fuertemente en el voto. Miguel Lifschitz está en pleno crecimiento en intención de voto. 

-¿Hay espías en la Provincia?

-Hemos creado una central de análisis el año pasado para que elabore informes en base a las denuncias, los delitos, el mapa de calor que nos da el 911 en las grandes ciudades. Es inteligencia criminal para poder planificar estrategias y acciones a la Policía. No estamos pensando en una secretaría de inteligencia para poner a compañeros del socialismo y del PDP para ver qué hacen jueces, periodistas y opositores. Es inteligencia criminal al servicio de la sociedad y no del poder político o intereses espúreos. 

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