Un funcionario dice que hay "una psicosis" por los desbordes clocales

Un funcionario dice que hay

“No hay que dar vuelta la ciudad. Hay que reforzar más la parte operativa que la infraestructura.Y tener más gente”, aseguró el director de Agua y Saneamiento, Nicolás Echevarría.

 Dijo que ya volvieron al servicio los dos camiones que se habían roto. “En breve nos vamos a poner al día con los reclamos”, prometió.

El director de Agua y Saneamiento de Santa Rosa, Nicolás Echevarría, sostuvo que la emergencia en el sistema cloacal de la ciudad se produjo porque se habían roto los dos camiones desobstructores a la vez y estuvieron fuera de servicio durante una semana. “No hay tantas cañerías que cambiar. No es cierto que las cañerías no dan más”, dijo. “Se dieron varias variables al mismo tiempo. Pareciera que en dos meses vamos a estar nadando en ríos de cloacas. Se ha generado una psicosis”, señaló.

Hoy parece que está todo roto, que no se dan respuestas, que hay que hacer todo de nuevo, y no es tan asi. Lo peor ya pasó. Habían colapsado al mismo tiempo la Acha y la Chile, dos cañerías maestras. Eso hizo que se multiplicaran los reclamos. Una vez que terminamos las obras empezaron a bajar. Pero no pudimos atenderlos en tiempo y forma porque el equipo que tenemos disponible, justamente, porque no lo pudimos parar en su momento para hacer el mantenimiento, se rompió”, señaló Echevarría.

El funcionario aclaró a El Diario que no salió a dar explicaciones la semana pasada porque estaba de licencia por enfermedad. Los constantes reclamos de los vecinos por los derrames y los olores nauseabundos provocaron que la presidenta del Concejo Deliberante, Liliana Robledo, presentara un pedido de informes para conmocer si la comuna aplica un protocolo ante los riesgos de salud que genera la situación en la población. Además, Robledo criticó fuertemente a la gestión municipal por las prioridades en el gasto y la falta de mantenimiento de las cañerías del sistema. También el candidato a intendente del FrePam, Leandro Altolaguirre, afirmó que la ciudad está en emergencia sanitaria.

Este martes, Echevarría confirmó que la semana pasada los dos camiones desobstructores de la comuna estaban fuera de servicio por roturas. Anunció que uno de ellos se reincorporó el sábado pasado a los trabajos y el otro este lunes. Además de los dos camiones, dijo, los operarios municipales cuentan con un equipo desobstructor manual. También contó que pidieron prestado un equipo a la comuna de Ingeniero Luiggi, aunque todavía no llegó ese auxilio “para darnos una mano para ponernos al día más rápido con los reclamos”.

Echavarría confirmó que hay entre 300 y 350 reclamos diarios por desbordes cloacales. De todos modos, aclaró, que no es esa la cantidad de taponamientos reales, sino que se asientan los reclamos de todos los vecinos que llaman. Eso incluye, por ejemplo, a los de una misma cuadra o de la misma zona dónde ocurre una emergencia. “Mucha gente llama por el mismo reclamo”, confió.

Según el municpio, la mayoría de los taponamientos se producen por la presencia de “elementos indeseados” en las cañerías, como pañales o aceites y grasas, que se solidifican en invierno, pero en algunos casos también con escombros o piedras, algo que atribuyó a sabotajes.

El funcionario mencionó que ya tene sobre la mesa el expediente para comprar un líquido con bacterias que diluyen los taponamientos con grasa, algo que se aplicará en una experiencia piloto en el centro, según contó, y que había sido anunciado hace un par de meses. “Ya está la afectación de la plata. Ahora es burocracía. Pero ya está. No me animo a decir el tiempo, pero ya está”.

“Muchas veces no damos a basto a hacer la limpieza de la cañería. Estamos en falta. Estamos retrasados en la impieza”, reconoció. Y destacó que ahora están abocados a cumplir con los reclamos los dos camiones y el equipo manual. Una vez que se pongan al día con los reclamos, indicó, se podrán iniciar tareas de mantenimiento y de limpieza general de las cañerías.

Por otra parte, manifestó que el sistema cloacal de la calle Chile, una vez concluida la obra, hace unas semanas, “había funcionado bien”. Sin embargo, después de unos días aparecieron escombros en el interior y se obstruyó. “Cuando logremos sacarlo, va a funcionar. Así como en la Acha y Perón funcionó cuando se terminó”, aclaró. Y defendió la forma en la que se ejecutó la obra de la Chile. “El tiempo nos va dar la razón. Si estuviese mal compactado ya estaría cediendo el suelo y se vería en estos momentos. Se cambió todo, se decidió hacerlo bien”, reafirmó.

Además, Echevarría relativizó la declamada emergencia del sistema y la necesidad de conseguir un financiamiento millonario para encarar una renovación general del sistema. Consideró que se ha generado “una sicosis”. “Se han dado la suma de muchas variables al mismo tiempo. Pareciera que en dos meses vamos a nadar en ríos de cloaca... y cuando asumimos el problema eran las pérdidas de agua. Cuando pasa el colapso de Chile, y luego la Acha, empiezan los problemas. Se incrementaron los reclamos un 200%. Era una locura. Cuando logramos arreglar la cloaca máxima, estaban bajando, y se rompieron los dos camiones. Además, sigue creciendo Santa Rosa y nos estamos quedando cortos con los equipos”, diagnosticó.

-¿Cual es la necesidad real de recambio de cañerías? -le consultó El Diario.

-Hay que cambiar la Chile, el tramo de Ameghino a México. Si bien funciona, sabemos que tarde o temprano va a colapsar. Si continúabamos en la gestión, lo íbamos a hacer el año que viene. Lo van a tener que hacer porque sino va a colapsar. Después ya hay que empezar con el plan director, que no va a solucionar los problemas actuales. Va a ampliar los servicios donde no los hay. Lo que hay que hacer, se está hablando ya con la gente de Verna, las bases de la licitación pero para mejora y mantenimiento, obras de alivio sobre todo en el centro. Si bien no es el lugar más complicado, como están unidos los pluviales y las cloacas, cuando llueve se complica. Pero no es que hay que dar vuelta la ciudad. No es tan así. Si bien el tema es complicado, es por falta de equipamiento más que por que las cañerías no dan a basto.

Echavarría señaló que “el presupuesto no daba” más que para comprar un equipo manual. “No hay tantas cañerías maestras que cambiar. No atendíamos los desbordes porque no teníamos los camiones. No es que todo se debe a que las cañerías no dan más”, insistió. Y consideró que el centro de la ciudad es la zona donde se registra mayor crecimento y ya están pidiendo a quienes construyen edificios que se hagan cargo de obras “aliviadoras” porque la comuna no puede brindar los servicios.

Finalmente, atribuyó parte de la problemática a los vecinos que arrojan a las cloacas, elementos que deberían ir al tarro de la basura. “No son todos sucios ni todos limpios. Obvio que pretendemos que todos colaboren. No me gusta salir a hablar todos los días por los medios de lo que no podemos hacer. La ciudad necesita una transformación un poco más grande en la forma de prestar los servicios. No sé si estamos preparados para hacerlo. Pero hoy lo importante es que los camiones ya están y vamos a ir dando atención a lo más urgente”, concluyó.

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