El centro de la ciudad de San Luis se convirtió este jueves, pasado el mediodía, en el escenario de un acontecimiento de película. Un preso que era trasladado en un patrullero junto a dos oficiales le dio un cabezazo a uno de ellos, pateó la puerta y se dio a la fuga. Primero corrió por la calle y luego trepó a un techo, hasta llegar al corazón de la manzana que comprende las calles Junín, Pringles, Ituzaingó  e Hipólito Yrigoyen. Finalmente fue capturado en el patio de una vivienda que funciona como consultorio psicológico.

Todo comenzó cuando Alan Carrillo, de 30 años y nacionalidad chilena, era trasladado de la Comisaria Segunda al Poder Judicial, con motivo de prestar declaraciones por el robo de un celular a un adolescente, el pasado martes.

Carrillo se abstuvo a declarar y el móvil policial fue a buscarlo para trasladarlo nuevamente la comisaria.

Según fuentes policiales, al llegar al semáforo ubicado en la avenida Sucre y Pringles, Carrillo sorprendió con un cabezazo al oficial que iba junto a él, pateó la puerta (desde adentro las puertas traseras del patrullero no se abren) y comenzó a correr por Pringles en dirección al centro puntano.

Al cruzar Ituzaingó, el prófugo se vio acorralado y trepó a un techo. Continuó huyendo y hasta llegar al corazón de la manzana. En ese momento los oficiales ejecutaron disparos intimidatorios al aire, pero Carrillo no obedeció y se metió en el patio de una casa.

Para ese entonces unos 50 policías tenían rodeada la zona. Los vecino lograron verlo e informaron a los oficiales, que finalmente lo encontraron en una depósito ubicado en el patio de la casa de Hipólito Yrigoyen 746.

Una vez detenido, Carrillo quedó nuevamente a disposición de la Justicia y sumó un nuevo delito.