Fuerte debate por la eliminación de los aplazos en la escuela primaria

Fuerte debate por la eliminación de los aplazos en la escuela primaria

El nuevo régimen de enseñanza disparó una lluvia de críticas. Desde la Provincia salieron a defenderlo

El nuevo sistema de calificación que implementó el gobierno bonaerense para el nivel primario de la enseñanza generó una fuerte repercusión que trascendió ampliamente el territorio de la Provincia. Los ecos del régimen de evaluación y calificación que contempla la resolución 1057 de la dirección de Educación, que elimina las notas 1, 2 y 3 en el ciclo superior -cuarto a sexto grado- y el “aún no satisfactorio” en el ciclo inferior -primero a tercero- resonaron en ámbitos académicos, políticos y sindicales, donde, en líneas generales, recibió duras críticas.

Los coletazos que trajo consigo la difusión de la medida llevaron al jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, y a la directora general de Educación, Nora De Lucía, a convocar a una conferencia de prensa en Casa de Gobierno. Cerca de las dos de la tarde, Pérez tomó la palabra para decir que la iniciativa “fue malinterpretada, no importa si con buena o mala fe, tengo mi opinión al respecto pero la dejaré para más adelante.

Lo que queremos es aclarar los alcances de la medida, que no anula la posibilidad de desaprobar materias ni de repetir”, subrayó, para expresar que “la intención es mejorar la calidad educativa dándole más tiempo a los chicos para que aprendan”. En ese sentido, De Lucía explicó que “el alumno que desapruebe un área pasará de grado y tendrá una maestra de apoyo para aprender realmente los contenidos que le faltan; antes, ese chico pasaba con una semana de compensación”, comparó y remarcó que el niño “no promoverá (hasta que apruebe la asignatura), porque el objetivo no es inflar las estadísticas como muchos dicen”, apuntó. “Somos el país que tiene las aulas más conflictivas (...) si no hay obligaciones, nadie aprende en la escuela” El rigor, la letra del reglamento nuevo habla de promoción, pero aclara que “si al finalizar ese ciclo lectivo el alumno no lograra los avances suficientes en sus conocimientos, se evaluará la permanencia en el año que cursa”.

El jefe de Gabinete negó enfáticamente que se pueda rever la medida. Y De Lucía, en ese momento, resaltó que “este proyecto se viene debatiendo desde 2009 con todos los docentes, han participado universidades, y el consejo general de educación, donde hay representantes de (los gremios) Feb y Suteba y de la oposición política, lo aprobó”.

En términos generales, Pérez y De Lucía, quienes hablaron durante 20 minutos y sólo respondieron a un par de preguntas, apuntaron a que “el espíritu” de la normativa “no hace desaparecer la desaprobación ni la repitencia” y que persigue el objetivo de “darle más tiempo de aprendizaje a los chicos”.

DE 4 A 10

Como se dijo, los alumnos ahora podrán pasar de grado debiendo una materia, y serán calificados con los conceptos “regular” (desaprobado), “bueno y “muy bueno” (aprobado) en el ciclo inferior. En el superior sólo tendrán, en las denominadas libretas de trayectoria escolar, notas del 4 al 10. Si sacan de 4 a 6 estarán reprobados, y aprobarán con 7 o más de siete. La polémica llevó a hablar del tema al gobernador Daniel Scioli, al ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, a políticos opositores como Sergio Massa y Elisa Carrió, entre otros, y hasta a dirigentes sindicales.

El primer mandatario provincial opinó que “hay una distorsión política” sobre los alcances de los cambios, y recordó que “se viene trabajando desde 2009 en el tema que, como ha dicho De Lucía, ha tenido el respaldo de todas las fuerzas que ahora dicen que se oponen”, ironizó. De hecho, en la rueda de prensa, la titular de Educación realzó que “los consejeros generales Néstor Jano (Frente Renovador) y Daniel Fillol (Fap) votaron a favor”.

Por su parte, Sileoni dijo -en sintonía con la directora de Educación de la Provincia- que el “espíritu” del nuevo régimen académico para la primaria bonaerense “es la modificación de algunas pautas de evaluación, y no que no haya más esfuerzo en la escuela y se pase de grado indiscriminadamente”, a la vez que resaltó que “el aplazo sigue existiendo”.

Distintas expresiones políticas opositoras, en tanto, apuntaron sus cañones a la gobernación bonaerense al afirmar que la iniciativa “viene a nivelar hacia abajo, generando un detrimento en los niveles de educación y capacitación”, y llegaron a pedirle a Scioli que diera marcha atrás con el proyecto.

“UNILATERAL”

También tomó parte del debate público el secretario general de la Unión Docentes Argentinos (Uda), Sergio Romero. El dirigente del sindicato nucleado en la CGT oficialista consideró que el nuevo régimen evaluatorio “es una medida unilaterial” que “profundiza la fractura que se observa en el sistema educativo nacional”.

“La Uda no fue consultada, de modo que no se puede hablar de aprobación de los docentes y de consenso”, enfatizó, en referencia a dichos de De Lucía en ese sentido, y adelantó que van a analizar los cambios “con nuestros equipos pedagógicos”.

En medio de tantas opiniones, se instaló el debate sobre si el tradicional aplazo, es decir, sacarse un uno, un dos o un tres, puede “estigmatizar” al chico, como plantearon algunos.

Al respecto, el director del Centro de Estudios de Políticas Públicas y especialista en educación, Gustavo Iaies, dijo no compartir esa postura. “Somos el país que tiene las aulas más conflictivas”, aseguró y opinó que “si no hay obligaciones, nadie aprende en la escuela”.

“Tenemos una parte del país que cree que si le estás enseñando a un chico a andar en bicicleta y se cae, no le tenés que sacar las rueditas”, ejemplificó, para afirmar que el desafío es quitárselas y “estar al lado del nene, de lo contrario nunca aprenderá a andar en bicicleta”, remató.

Comentá la nota