Fuerte crítica opositora por la politización de las cárceles

Denuncian que el Gobierno busca "vínculos con sectores marginales".

Por Laura Serra |

Un mural imponente con figuras alegóricas a YPF, Evita y las islas Malvinas es la escenografía con que Vatayón Militante recibe al que ingrese en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. La influencia de esta agrupación kirchnerista puertas adentro de la cárcel va más allá de la expresión cultural: es sobre todo política y busca la cooptación de los presos, según denunció ayer un grupo de diputados de la oposición después de recorrer instalaciones del penal.

"El kirchnerismo politizó hasta el sistema carcelario", enfatizó el jefe del bloque de Pro, Federico Pinedo, junto a los diputados Gabriela Michetti (Pro), Patricia Bullrich (Unión por Todos) y Eduardo Amadeo (Frente Peronista) y al legislador porteño Juan Pablo Arenaza. "Es demencial que en un servicio que se basa en la coacción y la jerarquía sus autoridades manejen una agrupación política con vínculos con sectores marginales", advirtió.

Los legisladores llegaron a Ezeiza y, para su sorpresa, los recibieron el ministro de Justicia, Julio Alak, y el jefe del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, principal impulsor de las polémicas salidas culturales de los presos. "Nos armaron un «comité de bienvenida» para hacernos una «visita guiada» por la cárcel. Aun así, pudimos hablar con algunos presos y revisar expedientes. Comprobamos el peso político de Vatayón Militante dentro de la cárcel e inferimos que quienes no lo integran tienen menos privilegios que quienes sí lo hacen", contó Bullrich, tras la recorrida de tres horas por el penal.

La intención de los opositores era recabar información de primera mano sobre las salidas de presos de la cárcel para participar en eventos políticos organizados por Vatayón Militante. Entre ellos los condenados Eduardo Vázquez, el ex baterista de Callejeros, y Rubén Pintos, ex barrabrava castigado por el homicidio de Gonzalo Acro, tal como publicó el diario Clarín.

El ministro Alak procuró despejar las sospechas sobre estas salidas e insistió en que se trata de "actividades culturales" que se inscriben dentro del programa de reinserción social de los presos que instrumenta el Servicio Penitenciario. Enfatizó que todas las salidas contaron con autorización judicial y que los presos se movieron en todo momento con custodia.

Además, criticó a la oposición por montarse en una "campaña política" y de armar un "show mediático" con las denuncias periodísticas sobre los presos que salen de las cárceles. Según Alak, el sistema penitenciario es un modelo y el Gobierno está consiguiendo una baja en las reincidencias.

Asimismo, el ministro procuró diferenciar las "salidas culturales" con fines de reinserción social de las salidas transitorias que habilita la ley de ejecución penal (después de cumplida la mitad de la pena y también con autorización previa de un juez).

"Al plantear esta diferenciación, el ministro desnuda un problema mayor y de una gravedad inusitada. Esto es, que existe un sistema discrecional favorecido por los jueces mediante una interpretación no reglado por la ley que libera presos con el solo requerimiento del Sistema Penitenciario Federal -incluso sin pedido de los propios interesados-, que tiene una laxitud insostenible", alertó Gustavo Ferrari (Frente Peronista).

Arbitrariedades

Más allá de esta discusión jurídica, el grueso de la oposición cuestionó la politización del sistema carcelario y las arbitrariedades que, intramuros, esto puede generar para con los presos.

"Cuando preguntamos quién es el nexo entre Vatayón Militante y los presos, Hortel respondió: yo. Eso es lo escandaloso: que el jefe del Servicio Penitenciario sea la cabeza de una agrupación política dentro de la cárcel y que sea él quien elija cuál preso y cuál no tiene los beneficios de estas «salidas culturales»", afirmó Bullrich.

Hortel asumió en el Servicio Penitenciario Federal el año pasado y desde entonces dispuso una política de cercana relación con los reclusos. Ayer, por caso, se conoció un video en el que se lo ve participando de una murga en el penal de Marcos Paz junto a un condenado por la violación y el asesinato cometido en 2009.

"No podemos confundir resocialización con utilización con fines políticos ni admitir que estos privilegios sean concedidos a unos pocos arbitrariamente y sobre la base de preferencias políticas", advirtió la UCR.

En esa línea, el ex vicepresidente Julio Cobos consideró "aberrante" y una ofensa a las familias de las víctimas la autorización a salir de la cárcel concedida a Vázquez y a Pintos.

El diputado Gerardo Milman, del GEN, destacó que "hay infinidad de reclusos que solicitan salidas transitorias y son negadas; mientras a otros les fueron otorgadas de manera inmediata".

"Lo más preocupante es que tanto Alak como Hortel presentan todo este asunto como algo natural. Es más: hasta nos dijeron que si queríamos la oposición también podía participar (dentro de la cárcel)", agregó Amadeo.

El caso de las "salidas culturales" de presos ya había originado anteayer una denuncia penal contra Hortel, presentada por el diputado nacional Carlos Comi, de la Coalición Cívica.

DE LA CÁRCEL DE EZEIZA AL BORDA

Después de defender en la cárcel de Ezeiza las salidas culturales de los presos, el ministro de Justicia, Julio Alak, partió raudamente hacia la Capital. Fue al hospital Borda y lo esperaba otra rueda de prensa: esta vez para denunciar a Mauricio Macri por el "estado deplorable" del centro de salud mental..

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