Los vecinos organizados bajo la bandera de “Movimiento Primero de Octubre” denunciaron hace seis meses que Juan Pablo Frolik se encontraba tomando un terreno lindero a su casa y que los impuestos municipales se encontraban a su nombre y llegaban a su estudio jurídico.  Dijeron por entonces que ese hecho “ameritaba ser investigado por presunto tráfico de influencias, no por la toma en sí, sino por cómo y cuándo tuvo acceso a ese  privilegio”.

“En su defensa, Frolik  plantea que estaba ejerciendo un derecho y que buscó al dueño para comprar el lote pero que como no lo encontró, decidió quedárselo”, añadieron.

El punto es que el dueño que él no pudo encontrar, todavía aparece en la guía de teléfonos de Capital Federal

“Esta señora adorable y comprensiva, psicóloga jubilada, con profundo compromiso social y militante durante su juventud, que proviene y recuerda a su padre como un trabajador humilde que con mucho esfuerzo logró estudiar y a partir de su profesión de farmacéutico logro darle a ella un mejor pasar, cuenta que los lotes de Tandil, a donde iban seguido, eran el sueño de su padre para una vejez en paz, falleciendo sin lograr concretar ese sueño”, narró Griselda Altamirano, una de las denunciantes del Movimiento 1° de Octubre.

“Cuando supo que  los lotes que su padre soñaba como un paraíso los ocupaba una persona que tenía recursos y sin necesidad, le mandó una intimación para que se lo restituya”, añadió. “Ahí comienza la negociación con la intimación de la legítima heredera para que devuelva lo que pretendía quedarse y no le pertenecía. No quedaba muy bien aceptar que existía un dueño que nunca buscó, así que ofrece pagarlo. La negociación duró meses y se concretó la venta la semana pasada.  Juan Pablo Frolik compró el lote que pretendía tener gratuitamente, en un acto desesperado de limpiar su nombre”.

En un comunicado, Altamirano escribe:

“Quizás ya no podamos cantarle que es un OCUPA VIP pero tiene mucho que explicar aún. No a nosotros, sino a los sin tierra, a las personas que no tienen vivienda, a los que sí se animan a decir muchas cosas de los pobres que toman tierras pero no le preguntan a él por qué lo hizo, ¿por qué lo compró ahora? ¿El experto no pudo encontrar a alguien que todavía aparece en la guía de teléfonos?”.

“Son dudas razonables, cosas de las que muchos no quieren hablar, como quienes sufrimos el déficit habitacional, que según la Ley de Acceso Justo al Hábitat, por definición, es no sólo la carencia de vivienda, sino también de no tener una vivienda en condiciones”.

“¿Cómo se puede naturalizar de tal manera que el 25% de la población tenga que dejar casi su salario en un alquiler, que los pobres vivamos hacinados,  amontonados, con casas de chapa o de madera, que lluevan los techos o pasen frío?

“¿Cómo no se horrorizan al  recorrer Villa del Parque y la Zona del Dique pensando que muchas de esas suntuosas mansiones están sobre terrenos tomados?  ¿De qué manera logran todos los servicios?”

“Parte de la lucha por la tierra y la vivienda es que conozcan de qué manera  tratan de limpiar sus culpas con dinero”, concluyen.