Frente al Correo Argentino: Largas filas de jóvenes formoseños que buscan trabajo fuera de la provincia

Frente al Correo Argentino: Largas filas de jóvenes formoseños que buscan trabajo fuera de la provincia

Las caras delatan su edad, los gestos el cansancio. Es que han estado desde las diez de la noche del día anterior haciendo filas para poder realizar los trámites del ingreso a la Gendarmería Nacional.

Algunos ni siquiera han abandonado la expresión de niño/niña, otros, precoces padres que se turnan para mantener el lugar mientras entretienen a su hijo.

Los que más independencia demuestran, mandan mensajes por el teléfono celular o sencillamente avanzan un nivel más en su juego preferido.

Son parte de los muchos jóvenes formoseños que se ven obligados a emigrar en búsqueda de una salida laboral sin mucha idea del desarraigo o lo que significa extrañar a los propios, su tierra natal.

La oportunidad al menos configura una potencial salida laboral. De lograr ingresar se transformaría en algo real y poco importa si se hace por vocación o por necesidad, lo importante es tener un ingreso, poder mandar algo de dinero a la familia y si se puede continuar estudiando.

Hacia adelante todo es una aventura incierta pero mucho más prometedora que quedarse en la provincia donde no hay fuentes de trabajo genuinas.

Raúl de veintitrés años, explicó a Radio Uno y El Comercial que “acá en Formosa para mi es muy difícil que encuentre algo seguro. Intenté buscar pero está difícil”.

Ayer muchos hicieron filas en el Correo Argentino para hacer trámites del ingreso a la Gendarmería Nacional

Otro chico, de dieciocho años, oriundo de General Manuel Belgrano, dijo que “siempre fue mi sueño ser gendarme desde chiquito y hay que aguantar, hoy me voy a quedar a dormir acá”.

Dijo además que los amigos de su localidad, “malgastan su vida en la vagancia”.

En la fila uno de los candidatos de veintitrés años intentaría por cuarta vez, “Formosa no tiene mucha salida laboral y de todas maneras yo estoy estudiando profesorado en educación primaria y me lleva muchos gastos. Si ingreso en una fuerza voy a poder “bancarme” los estudios, algo seguro para toda la vida”.

Explicó también que “yo vivo en el Juan Domingo y la gente está muy perdido, no todos pero la mayoría. Se meten en los vicios y para mi no es vida eso, yo también fui uno de ellos y no quiero volver”.

“Algunos consiguen trabajo pero les pagan con chapas, los explotan” finalizó diciendo.

La escena duele

Varios de los que están en la fila son acompañados por sus padres como en su primer día de clases, van a ver que todo este bien para sus hijos. Van a ver que hagan de manera correcta todo, van a asegurarse que puedan tener un trabajo, algún futuro.

Pero íntimamente un sabor amargo los atraviesa, sus hijos se irán con destino desconocido y nadie podrá suplir ese espacio vacío.

Como telón de fondo la poco creíble afirmación del INDEC sobre una tasa de desocupación del 2% para la provincia suena a burla pero tiene un correlato, el método.

El método del INDEC permite que estando en un momento de destrucción de puestos laborales, los pocos que hay, debiera ocurrir que la tasa de desempleo aumentará, pero esto no solo no es así, peor aún, baja algunos puntos y esto es sencillamente porque están manipulando la tasa de actividad.

¿Alguien puede creer que en Formosa hay tan 

pocos desocupados?

Sin embargo a consecuencia de la manipulación de las estadísticas, las políticas públicas aplicadas son erróneas y sus resultados nefastos. Los resultados los sufre la gente, en este caso los formoseños de entre 18 y 24 años que como única opción les queda irse de su tierra.

Pero poco importan los números, cuando se observa la imagen de una niña mujer que se acomoda la mochila porque resulta una carga pesada y sigue abstraída, pensando que en algún momento podrá volver a su casa. 

Porque solo caen en la cuenta de que se han ido de sus casas para no volver en el dolor del desarraigo, en el dolor de sus padres de verlos irse y en la indiferencia de un estado ausente que al no reconocerlos en sus estadísticas oficiales, ni siquiera les da entidad. 

 

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