Se fue la última sesión ordinaria pero no será la última vez que los concejales sesionen porque hay temas pendientes como presupuesto y aumento de tasas, además de otros pedidos vecinales y proyectos de bloques, que serán tratados en sesiones extraordinarias.

La sesión de este martes fue la última del período ordinario y por eso en el final de la misma los concejales que terminan mandato el 10 de diciembre ofrecieron palabras de agradecimiento.

Pero la noche comenzó con las notas de entradas y entre ellas el reclamo de varios vecinos de calle Carrasco quienes no quieren que se instale un supermercado chino. No por una cuestión de capricho sino porque en dicho lugar está prohibido su funcionamiento en base a las ordenanzas vigentes. A pesar de eso, la construcción del comercio cuenta con la firma de Eduardo Sosa, director de Obras Sanitarias, y el visto bueno del arquitecto Pablo Correa, director de Obras de la Municipalidad.

 

Los vecinos concurrieron al Salón de la Democracia para escuchar qué tratamiento le iban a dar los concejales.

“Los vecinos se reunieron con cuatro concejales, recibimos su inquietud, parece que se trata de un supermercado y esa misma mañana llamamos al arquitecto Correa y él paró la obra. Estamos inquietos por lo que pase de aquí en adelante, si se le permite continuar con la obra pero con otro destino que no sea un supermercado”, explicó Irma Tineo, concejal de Cambiemos que participó del encuentro con los vecinos y solicitó el pase a la Comisión de Obras “para estudiar este caso y otros similares”.

Desde el FpV, el concejal Guillermo Oliveri indicó: “El señor (Eduardo) Sosa hoy (martes) estuvo en el Concejo porque es uno de los firmantes en los planos. Acá hay una responsabilidad primaria de los funcionarios que habilitan los negocios. Tenemos que avanzar más rápido, con los vecinos pero también citando a los directores de las áreas que están involucradas. Y el Ejecutivo tiene que dar una definición tajante si se va a realizar un supermercado u otro emprendimiento porque si no después tenemos todas las voces pero nadie se hace cargo de nada y dentro de unos meses vamos a tener instalado algo que los vecinos no quieren. Pido reunirnos con los funcionarios que firman los expedientes y habilitan o no las obras”.

Mariano De Vincenzo (Cambiemos) también manifestó: “si en ese lugar no existe estudio de prefactibilidad hay que respetar la ordenanza donde también se fijan las distancias entre comercios”.

Tineo remarcó que según la ordenanza aprobada, que regula la actividad comercial, “está prohibido que un supermercado esté a menos de mil metros de otro y en esa zona ya hay dos supermercados funcionando y están a menor distancia; por lo tanto, ya no podrá tener ese fin”. Y además la concejal subrayó: “Los que habilitan son los funcionarios del Ejecutivo y nosotros actuamos como representantes de los vecinos para exigir a los funcionarios”.

Tineo fue por más y dijo que “en muchos comercios de Baradero cuyos dueños no son ciudadanos argentinos tienen la mayor parte del personal en negro, no pagan seguridad e higiene ni tienen libreta sanitaria”. La legisladora comunal pidió que intervengan los funcionarios no solo de Obras sino también de Inspección de Comercios y Bromatología e Higiene.

A su vez, Daniel Depauli (FpV) intervino para expresar que en la reunión con los funcionarios del Ejecutivo, llevada a cabo ese mismo martes a la mañana, “nos dijeron que esta gente que está construyendo tiene una prefactibilidad para construir un local comercial con oficinas y depósito. Ese definición es muy ambigua, puede ser una tienda, una carnicería, un supermercado o una verdulería, venta de moto o de autos, mil rubros. No especifica qué tipo de local comercial”.

Luego de la postura de cada bloque, la nota fue girada a la comisión de Obras para que prosiga su debate.

 

4 supermercados en la mira

La obra que se paralizó sobre Carrasco no es la única polémica que se despertó no solo entre los vecinos sino también entre los comerciantes. Otro supermercado en construcción está sobre el bulevar Malabia, en cercanías al Hospital.

Como así también la compra de galpones sobre calle Bernabé de San Martín, que fue adquirido por comerciantes de Pergamino; y uno más, en el acceso a la ciudad frente a una reconocida firma cerealera.