El fraude de la oposición sobre el fraude electoral

El fraude de la oposición sobre el fraude electoral

La oposición denunció ante cada elección que hizo el chavismo que los resultados serían amañados, pero la última es la mejor prueba de esa inexctatitud.

Ante cada una de las 19 elecciones celebradas en Venezuela con la Revolución Bolivariana, la derecha denunció que el país sufre una dictadura que no se detendrá ante nada para mantenerse en el poder. Pero cuando llegó la hora de la verdad, el presidente Nicolás Maduro demostró que los críticos hablaban de un fraude electoral con el único objetivo de desacreditar al gobierno y tener un argumento a mano para justificar una eventual derrota. “Maduro aceptó la abrumadora derrota en las legislativas del domingo, con lo que deberían desaparecer todas las dudas sobre la naturaleza democrática de la Revolución Bolivariana”, escribió el periodista estadounidense Joshua Goodman, corresponsal de la agencia AP en Caracas.

En los últimos días previos al balotaje, el Departamento de Estado de Estados Unidos hizo suyas las quejas de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) y advirtió sobre los esfuerzos de Maduro para “limar” a sus candidatos, intimidar a los votantes y mantener alejados a los observadores extranjeros. La ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, estuvo aun más jugada, al acusar sin argumentos a Maduro de intentar “amañar los resultados”. Como muchas de esas críticas se mantienen, las versiones sobre fraude quedaron flotando. Incluso pese a que la MUD logró la mayoría calificada de dos tercios por sólo un escaño y superó, así, incluso las predicciones electorales más optimistas de parte de los opositores.

Maduro reconoció rápidamente los resultados y pidió calma a sus seguidores, aunque en los días previos a la derrota había endurecido su posición. La derecha dice que, dada la magnitud de la derrota, el gobierno no tenía alternativa. Los votantes están hartos de la violencia, la inflación y el desabastecimiento de productos básicos. “Vender la idea de que en Venezuela las elecciones son transparentes y todo funciona bien, eso es una gran falsedad”, dijo a la AP el líder opositor Henrique Capriles, que en su momento también cuestionó su derrota ante Maduro en las presidenciales de 2013. “Para el gobierno, el problema del domingo es que la brecha fue tan grande que no había forma de instrumentar el fraude.”

El gobierno siempre se ha enorgullecido de tener uno de los sistemas electorales menos sujetos a fraude del planeta. El ex presidente estadounidense Jimmy Carter lo describió como el mejor del mundo. Venezuela es uno de los pocos países donde el voto es 100 por ciento electrónico, y pese a las minuciosas investigaciones no se encontraron evidencias creíbles de que las máquinas estuvieran alteradas. La mejor prueba se conoció el martes, cuando las autoridades dijeron que la última banca en disputa, la que le dio a la oposición la mayoría suficiente para cambiar la Constitución y desafiar al gobierno, se decidió por una diferencia de apenas 82 votos.

“Este gobierno criticaría primero al socialismo, antes de robarse una elección”, dijo Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research de Washington. “Si hubieran querido hacerlo, desde luego que les habrían robado la mayoría de dos tercios. Lo único que tenían que hacer era negarles un solo escaño, hacer desaparecer esos 82 votos”. Chávez fue uno de los pocos revolucionarios que llegó al poder desde las urnas, en 1998, y su movimiento se consolidó en el poder en 19 elecciones sucesivas, mientras crecía la participación electoral. Durante estos años, los bolivarianos sólo sufrieron una derrota, en 2007, cuando Chávez perdió por poco un referéndum para ampliar sus poderes.

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