Francisco presidió la celebración de la pasión de Cristo

Francisco presidió la celebración de la pasión de Cristo
Como es tradición, el Papa no pronunció ningún sermón. El discurso fue del predicador de la Casa Pontificia, quien habló del "Dios Dinero" como la raíz de todos los males.
En la jornada más triste de la Iglesia, la única del año en que no se celebran misas, el Papa se tendió en el suelo sobre un tapiz y con la cara sobre un pequeño cojín, orando en la celebración de la pasión y muerte de Cristo en el Viernes Santo, que en Roma culminará esta noche en el Coliseo con las 14 estaciones del Vía Crucis.

Francisco estuvo varios minutos postrado en tierra frente al Altar de la Confesión vestido con parámetros rojos.

Estaban presentes muchos cardenales y obispos, junto con el cuerpo diplomático acreditado en Roma. Tras ser ayudado a levantarse y jadeos que se escucharon por los altoparlantes, Francisco rezó en latín dando comienzo a los ritos. Tres solistas y un coro cantaron en latín evocando el Calvario. Al final el Papa, que estaba sentado en un trono, se levantó para arrodillarse junto con dos ceremonieres que lo flanqueaban, y rezar en oración y penitencia frente a la Cruz cubierta con una tela roja que domina el gran altar may mayor de la basílica de San Pedro en el Vaticano.

El Papa, según la tradición, no pronunció ningún sermón, que estuvo a cargo del predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa.

El del capuchino fue un discurso centrado en la dura crítica al "Dios Dinero", que comenzó con el recuerdo de la traición de Judas Hiscariote a Cristo por 30 monedas de plata. "El dinero es el ídolo por antonomasia", dijo el predicador pontificio, mientras Jorge Bergoglio, que lucía cansado, lo seguía a unos 30 metros de distancia.

Cantalamessa recordó que Cristo en persona dijo que no se podía estar al servicio de dos patrones: Dios y el dinero. Recordó la imagen escrita por Shakespeare del dinero como "el Dios visible".

También citó a San Pablo, quién dijo que la avidez por el dinero es la raíz de todos los males.

El dinero "esta detrás de fenómenos como la mafia, el trafico de armas, de órganos humanos", prosiguió el predicador pontificio. Afirmó que la actual crisis financiera que se vive en el mundo y en Italia tiene a la ambición desmedida por el dinero como causa principal.

Además, el padre Cantalamessa criticó "a los que ganan cincuenta o cien veces más que sus dependientes y alzan la voz cuando quieren cambiar las cosas". Citó anécdotas de San Francisco y dijo que el Gran Viejo que maneja los hilos de la crisis económica en Italia, según un debate político que nació en los años 80, "existe y es el dinero".

Esta noche las ceremonias del Viernes Santo culminarán con el tradicional Vía Crucis en el Coliseo de Roma. Miles de fieles seguirán las catorce estaciones del Calvario.El Papa presenciará desde la terraza del Palatino, pero no hablará al final. "No tiene pensado hacer un discurso o improvisar, sino de permanecer en silencio y dar la bendición", dijo el portavoz pontificio, padre Federico Lombardi.

El Vía Crucis durará una hora y tres cuarto debido a las largas meditaciones que se escucharán, escritas por el arzobispo de Campobasso, una ciudad del sur deItalia, monseñor Giancarlo María Bregantini.

Monseñor Bregantini comentará sobre todo los temas sociales más arduos de la actualidad en una Italia que sufre la peor crisis económica y social de los últimos 70 años.

Habrá un recuerdo "a todas las madres que sufren por sus hijos lejanos, por los jóvenes condenados a muerte, asesinados o enviados a la guerra, especialmente por los niños soldados".

Bregantini también señalará en las meditaciones "las injusticias que ha causado la crisis económica, con sus graves consecuencias sociales: precariedad, desempleo y despido".

El obispo, cuyos textos han sido previamente leidos y aprobados por el Papa, también invitará a "llorar por esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia y por todas las mujeres esclavizadas".

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