El empresario y diputado nacional Francisco de Narváez giró por completo los ejes de su campaña cuando abandonó el eslogan "Ella o vos", una marca registrada que había impulsado para forzar una polarización entre la presidenta Cristina Kirchner y él. Bajó, así, las agresiones y subió sus propuestas en el período electoral.
Para De Narváez el trayecto de las primarias a las elecciones generales tuvo algo más que bandazos discursivos. El peregrinar estuvo minado de tensiones con su aliado electoral, Hugo Moyano. Públicamente, el jefe de la CGT opositora se mostró más dispuesto a respaldar a Sergio Massa que al hombre con el que hizo un trato para formar el frente Unidos por la Libertad y el Trabajo.
Si se echa una mirada retrospectiva, hubo episodios que le dieron intensidad a la campaña.
Apenas dos días después de obtener el 10,5% de los votos en las primarias, echó por tierra los rumores de una renuncia a su candidatura. Polemizó con el ex árbitro de fútbol Javier Castrilli, su hombre en La Matanza, y con otros cinco dirigentes del frente, quienes decidieron bajar su postulación por las diferencias.
La ola de versiones sobre un eventual acuerdo con el gobernador Daniel Scioli, para sumarse al Ministerio de Seguridad bonaerense, sacudió el tablero durante las últimas semanas. De Narváez negó rotundamente cualquier tipo de trato.
"La gente quiere respuestas y proyectos, no confrontación", le sugirió un asesor. Tomó el consejo y activó la metamorfosis..
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