Francisco De Narváez: "Bajo el título de empresarios, muchos se cobijaron detrás de gobiernos corruptos"

Francisco De Narváez:

Después de un año y medio rompe el silencio y habla de todo: el Gobierno, su relación con el Presidente, el kirchnerismo, la economía y sus planes tras la salida de América TV. Su alianza con el fondo L Catterton y por qué asegura que de la política se fue "para siempre"

 

Desde que hace poco más de un año y medio decidió retirarse de la política poco se supo de él. Sin embargo, en los últimos diez días fue noticia por dos operaciones de negocios bien distintas: la venta del 40% de América TV al empresario de la salud Claudio Belocopitt y por su alianza con el fondo de inversión L Catterton con el que aspira a llevar su marca Rapsodia a todo el mundo.

A Francisco De Narváez se lo ve pleno con su traje empresario o emprendedor, como le gusta definirse. "Lo llevo en la sangre y disfruto mucho de este momento", resume en su mano a mano exclusivo con LA NACION. En su casa de Barrio Parque todo es tranquilidad. Los 35 grados siguen firmes en la noche porteña. Las revistas The Economist se apilan en su escritorio, CNN en inglés está encendida y los portarretratos familiares cubren su sala de reuniones. Antonio, su hijo de siete años, marca la cancha al promediar la primera hora de entrevista: "Papá me voy a terminar las milanesas con papas fritas", azuza el pequeño de la familia.

A De Narváez se le dibuja una sonrisa. La misión estaba cumplida: pasado, presente y futuro formaron parte de la entrevista con quien supo ganarle a Néstor Kirchner en 2009 y quien definió su partida tras la alianza con Sergio Massa en las últimas elecciones.

-¿Se imagina reabriendo en algún momento su ciclo político?

-No. Es un ciclo que cerré para siempre. Y para siempre quiere decir para siempre.

-¿Por qué?

-La política es fascinante, pero tremendamente mezquina con tus seres queridos. Me di cuenta de eso también y fue una de las razones centrales a la hora de retomar mi vida empresaria que me da tiempo para compartir con mi familia. Y admiro a aquellos que están hoy al frente de cargos muy importantes, que puede ser tanto un intendente como el Presidente de la Nación, que sacrifican una enorme cantidad de horas de su vida personal para atender las cuestiones de bien público. Cumplí mi turno y sentí que estoy todos los días recuperando.

- Hace un año y medio decidió terminar con la política. Desde ese momento no se supo nada más de usted. ¿Cómo fueron esos días?

- Trabajé mucho. Llevo en mi sangre ser empresario, emprendedor, soy la quinta generación de una familia de empresarios. Disfruté mucho de mi vida política que es muy intensa, también muy egoísta para quienes acompañan como tu familia, y decidí que ya había cumplido mi ciclo. Inmediatamente me dediqué a lo que nunca dejé de ser: un emprendedor y fuimos construyendo las distintas empresas. Tomé hace unos meses la decisión de concentrarnos en lo que menos peor hacemos que es comprar, distribuir y vender y cobrar mercadería, ser retailers.

-¿Cómo fue su encuentro con el Presidente el lunes?

-Fue una reunión muy interesante, lo vi seguro del rumbo. Diciendo, con claridad, que se han hecho muchas cosas pero que faltan muchas por hacer y coincido. El bienestar de todos los argentinos no puede depender solamente de un gobierno, de este o del que fuera, depende de toda la dirigencia nacional: políticos, sindicalistas, empresarios, organiza--ciones intermedias. No podemos solamente esperar un presidente salvador.

-¿Qué balance hace de su paso por la política?

-Aprendí mucho. Me permitió entender a nuestro país mucho mejor de lo que lo entendía antes. Puedo hablar, siento, con propiedad, de lo que es el barrio 22 de Enero de La Matanza y de lo que pasa ahí porque estuve y porque siento lo que pasa ahí, pero también entendí que había cumplido un ciclo.

-¿Por qué cree que la palabra "empresario" tiene una connotación negativa en nuestro país?

-Creo que muchas veces se usa mal el término empresario. Para mí, un empresario es un emprendedor, es alguien que no pretende que el gobierno le resuelva todos los problemas, que no busca colgarse de la teta del Estado, ni busca favoritismos sino todos los días luchar por ser mejor y empapar a sus colaboradores de ese espíritu. Que nadie te regale nada, que seas capaz de ganártelo por el propio esfuerzo.

-Pero a veces bajo ese paraguas se ubican...

-Creo que bajo el título de empresarios muchas personas se cobijaron detrás de gobiernos corruptos y bastardearon el nombre. Para mí puede ser tanto el que tiene un quiosco de 7 x 24 y va todos los días y labura para ser mejor como un gran empresario como Luis Pagani (Arcor) o como fue Fulvio, su papá. Tienen la misma adrenalina a las 5 de la mañana cuando se despiertan y dicen: "Hoy la rompo, hoy la hago mejor que ayer". Eso es un empresario. No el que dice: "A ver qué funcionario encuentro para ver qué me puede dar".

-¿Cuando mira la Argentina qué es lo que más le preocupa?

-El gobierno kirchnerista dejó un populismo peligroso, como una vocación de la gente de que el Estado le tenía que resolver todo. El Estado tiene un rol fundamental, sin duda, en la seguridad, en la educación, en la justicia, en la salud, y en velar por cuestiones básicas que tienen que ser garantía. Pero también tiene que estar la capacidad individual de que tus pibes vayan a la escuela y aprendan, de tener un trabajo honesto y ganarte tu plata, de saber que el esfuerzo paga.

-¿La inflación es el principal problema económico?

-La inflación es como la fiebre, es una consecuencia. Creo que mencionó el Presidente que uno de los enormes desafíos que hay es cómo los ingresos pasan a ser más que los egresos, para decirlo de alguna forma. Todas las crisis argentinas en los últimos 70 años siempre comenzaron por el déficit fiscal. Hoy hay acceso a los mercados de capitales internacionales, la Argentina está haciendo un buen uso de esa herramienta, las provincias, etc. Pero tampoco se puede abusar.

-Tanto Mario Quintana como Gustavo Lopetegui vienen del sector privado y hoy son vicejefes de Gabinete. ¿Cómo evalúa sus roles?

-Tanto Mario como Gustavo a quienes conozco tienen una enorme capacidad de acción. Creo que le permiten sintetizar al presidente una cantidad de cuestiones muy complejas que hacen a la gestión del Estado y creo que están transitando el duro camino de esa combinación de lo técnico con lo político. La política no es técnica, la política es política. Lo van a ir aprendiendo y es bueno que lo aprendan. Tengo un enorme respeto por los dos. Creo que este gobierno está buscando ese equilibrio: ser un gobierno técnicamente correcto y capaz, y al mismo tiempo apto para conducir la Argentina,

-¿Cuál es su análisis de la situación de Cristina Kirchner?

-Por respeto a la investidura presidencial creo que la ex presidenta se tiene que someter a la Justicia y ver qué se dictamina. Está sospechada de muchas cosas, acusada de otras. Es bueno para el país que la Justicia se expida en tiempo y forma respecto de sus responsabilidades.

-¿Y la de Daniel Scioli?

- Creo que tuvo la oportunidad de ser presidente de la Nación. Fue gobernador, vicepresidente..., pero creo que su ciclo político está terminado como está terminado el de muchas otras personas que ya la sociedad vio y no los eligió. Hay que saber dar un paso al costado a tiempo para dejar que el país surja con nuevos dirigentes.

La agenda que viene

-¿Qué implica para Rapsodia la llegada del fondo L Catterton?

-Es el principal especialista en el mundo de bienes de consumo de lujo con US$ 140.000 millones de inversión en 180 compañías. Eligió como primera inversión en la Argentina a Rapsodia. El talento argentino sale al mundo de la mano de Catterton a conquistar otros mercados además de los seis países en los que ya estamos.

- ¿Eso significa que usted Josefina Helguera y Sol Acuña salen de la empresa?

-No. Para nada. Ellos tienen un tercio de la compañía, pero es una asociación colaborativa. Participan de las decisiones, van a estar muy involucrados en el día a día, pero trabajan en todo el mundo y eso le da a Rapsodia un apalancamiento. Con esta inversión vamos a acelerar el crecimiento de Rapsodia y ahora, como dicen los americanos, el cielo es el límite.

-¿Le costó vender 40% de América TV?

-No me costó porque cobré (Sonríe). Un ciclo que comenzó muy bien en 2005 y terminó muy bien en 2017. Sé que Claudio Belocopitt (titular de Swiss Medical) es una persona emprendedora que va, indudablemente, a aportar mucho crecimiento a América. Tengo un enorme cariño por todas las personas que componen América, sus periodistas, sus técnicos y ejecutivos. Creo que la compañía es un canal de comunicación en vivo que es complejo. Me divierto mucho mirando la pantalla que siento que es muy atractiva, pero creo que mi ciclo tiene hoy más que ver, con esto de ser lo que hace muchas generaciones somos, que somos comerciantes. Mientras que estuve ahí lo disfruté, pero hay cosas en mi vida que, para que empiecen otras algunas tienen que terminar.

-¿Tiene previsto mantener El Cronista Comercial?

-Sí, claro. El Cronista, cuando lo compramos en 2006, mucha gente pensó: "Esto va a ser el house organ de De Narváez y va a salir en la tapa con la foto todas las mañanas". Y creo que después de 11 años demostramos que se puede hacer periodismo y se hace periodismo cuando a los periodistas le das plena libertad y autonomía.

-¿Piensa en el regreso de Casa Tía a la Argentina?.

-Honestamente, no está en mis planes. Alguien ya dijo que las segundas partes nunca son buenas. Creo que ha sido un ciclo y lo recuerdo con mucho cariño, del que nos tuvimos que desprender también con mucho dolor porque era el momento en donde en la Argentina los capitales extranjeros estaban avanzando muy por encima de lo que vos podías o eras capaz de competir o de emparejar. Pero no, tenemos otros horizontes y te diría que nos faltan los días y las horas para elegir y gestionar la cantidad de proyectos que tenemos.

-¿Cuáles son los planes del grupo en América latina?

-En América latina el desarrollo del comercio tiene distintas dimensiones. Chile es un país muy desarrollado, Colombia también, Brasil es muy singular... la Argentina también es un país muy desarrollado. Entonces nosotros vamos buscando nichos conociendo la dinámica del ser local latinoamericano. Para ir a Estados Unidos, para ir a Europa o para ir a Asia, sentimos que con Catterton se nos abrieron esas puertas. Ellos vieron eso y nosotros también.

-¿En esta alianza también está previsto comprar compañías?

-Exactamente. Más que accionista nos gusta hablar de un socio estratégico con un espíritu cooperativo, asociativo. No es el típico fondo de inversión que dice: "Quiero tanto de retorno en tanto tiempo".

-No es como los de los 90...

-Claro que no. Entraron para ayudarnos y para, juntos, hacer crecer la compañía. Está en nuestros planes en la región hacer adquisiciones pero las iremos haciendo en la medida en que hayamos encontrado el camino concreto para Rapsodia.

-¿Cómo imagina el futuro de Rapsodia?

-Hoy es una mezcla de inspiración y de transpiración. La inspiración de Josefina y de Sol está intacta y va a seguir intacta. Ellas, con su sensibilidad, perciben lo que viene, lo que gusta, lo que nos representa. Lo pueden hacer tanto para una señora, como para una niña como para decorar tu casa. Es un estilo más que una marca. Pero al mismo tiempo, no es solamente un par de creativas diseñando moda, sino que atrás hay un equipo de gestión que sabe comprar, distribuir y en definitiva hacer negocios.

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