Francesas: al final, muchos cabos sueltos para un crimen salvaje

Francesas: al final, muchos cabos sueltos para un crimen salvaje
La pregunta que ronda después de la sentencia es si algún día se sabrá la verdad de lo ocurrido en julio de 2011 en San Lorenzo.
Cual sobreviviente de un holocausto, el francés Jean Michel Bouvier llegó a Salta a mediados de marzo para hacer frente a la cruzada de su vida: el juicio por el asesinato de su hija Cassandre y de su compañera de viaje, Houria Moumni, ocurrido en la Quebrada de San Lorenzo a mediados de marzo de 2011.

El 23 de marzo, apenas dos días antes del comienzo del juicio, se sentó a la mesa de El Tribuno y abrió su alma a las preguntas. Muchas aún no encontraron su respuesta. La sentencia, que se hizo oir el lunes pasado, condenó a Gustavo Lasi a 30 años de prisión y absolvió a los otros dos imputados por el salvaje crimen: Daniel Vilte y Santos Clemente Vera.

Este final, que se perfila como el principio de otro proceso, dejó en el aire más interrogantes. Por eso Bouvier, antes de regresar a su patria el jueves, le dejó esas inquietudes al gobernador Juan Manuel Urtubey: “Le agradecí por la estadía. Le dije que el juicio fue trasparente y equilibrado y que Santos Clemente Vera y Daniel Vilte Laxi fueron absueltos por la falta de pruebas. Le expuse que, si bien Vera y Vilte Laxi fueron declarados inocentes, una sola persona no podría haber cometido el crimen de dos mujeres... Hay, al menos, dos personas que están libres y que podrían matar a otras mujeres de Salta o de otros lugares. Hay dos culpables: Uno es Gustavo Lasi y el otro es la instrucción de la causa que se hizo en el año 2011”, que, vale aclarar, estuvo a cargo del juez Martín Pérez, ahora juez de la Sala 1 del Tribunal de Juicio de Salta.

Y no quiso partir este atribulado padre y paciente revolucionario francés, sin pedir que se revise el trato a los presos en la cárcel luego de los relatos de Vera y Vilte, quienes aseguran haber sufrido horribles vejaciones para declararse culpables. “Las torturas y los apremios ilegales son inadmisibles”, dijo Bouvier y aseguró que si logra reunirse con la presidenta Cristina Fernández, le hablará del tema.

El juicio más esperado de los últimos años tuvo tales picos de tensión, que testigos, querellantes y acusados terminaron asistidos dentro de ambulancias. Fueron 69 días de revuelo judicial y de veredictos populares.

Primero el crimen y luego el juicio, se hicieron carne en cada salteño que aspiró a la verdad, convalidando el sabio pedido inicial de Bouvier, que finalmente se hizo carne en la justicia: “Si se comete una injusticia, a Cassandre la matarían otra vez”.

Sin supuestos “perejiles” entre rejas, los familiares de las víctimas cruzaron el océano de regreso a la patria gala, de donde Houria y Cassandre salieron inocentes para encontrar la más triste muerte en Salta.

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