La fractura de los mercados no se corrige con el botiquín de la AFIP

La fractura de los mercados no se corrige con el botiquín de la AFIP

Es muy difícil dimensionar el tremendo impacto que generó en los activos financieros argentinos el resultado de las primarias del domingo. Ilusionados por las encuestas que encargaron varios de los grandes fondos de inversión, habían asumido que la reelección de Mauricio Macri era una posibilidad cierta. Esa chance habilitaba a pensar en políticas de largo plazo que podían beneficiar a empresas energéticas, bancos y de servicios.

 Y nadie dudaba de que a medida que se acercara el fin del acuerdo vigente con el FMI, el futuro gobierno buscaría volver a emitir deuda en los mercados, valorizando tanto los títulos públicos como los privados.

 

Como dicen los operadores, los precios de bonos y acciones tenían incorporado ese escenario, y un poco más también. Había una sobreestimación de la chances del oficialismo, y eso había contribuido al rally que vivió el Merval en el segundo trimestre del año, al punto de haber sido uno de los índices de mejor perfomance global.

El optimismo, quedó claro, no siempre es un buen consejero. El problema de la apuesta fue que el instrumento que las potenció se hizo añicos con los 15 puntos de diferencia que Alberto Fernández le sacó a Mauricio Macri. Para los inversores, son perspectivas muy distintas. Y si bien nadie duda de que es el actual gobierno el que tiene que garantizar la gestión y el rumbo de la economía, el mundo financiero se mueve con la vista puesta en los siguientes seis meses. Los antecedentes de Cristina Kirchner como presidenta no generan buenos auspicios (en Nueva York aún recuerdan el viaje de Axel Kicillof para rechazar de un portazo las vías de negociación con los acreedores que había ordenado el juez Griesa) y por eso más de un banquero o empresario que conserva el contacto de AF insistió para que emita algún mensaje tranquilizador.

Los precios de las acciones volvieron a la era Cristina, asimilables a los de un país sin crédito internacional. Las empresas perdieron más de u$s 20.000 millones en valor de mercado, y los administradores de carteras que tenían activos locales, no conseguirán persuadir fácilmente a algún inversor para que mantenga sus tenencias: ni por la chance de que siga Macri, ni por Alberto, ni por Vaca Muerta.

Por eso los anuncios de ayer no conmovieron a los mercados. Por empezar, no estaban dirigidos a ellos. Pero es probable que antes de que se estabilice el dólar, habrá que ver algún rebote más. Algunos analistas creen que el BCRA podría ser un poco más agresivo para evitar una devaluación más profunda que licúe los paliativos anunciados ayer. Hasta ahora utilizó u$s 500 millones de reservas propias, un poco menos de lo que costará el paquete de medidas. Si toda la acción oficial es gradual, el resultado también lo será.

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