El fracaso de la estrategia argentina

Por Hernán Dearriba

Como pocas veces antes, quedó claro por estas horas la absoluta soledad en la que dejó a la Argentina la ineficiente estrategia del gobierno para conjurar los embates de los fondos buitre.

La UNCTAD, el organismo de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, se sumó ayer a los respaldos que extrañamente había conseguido la sinuosa estrategia oficial. En esa lista ya estaban los apoyos regionales del Mercosur y la Unasur, o los del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Tesoro de los Estados Unidos, Francia, México, Brasil, el G77 + China y un grupo de un centenar de parlamentarios británicos.

Referente del capital financiero, el principal editorialista del Financial Times cuestionó la extorsión de los buitres, la prestigiosa estadounidense Foreign Affairs calificó de "fundamentalista peligrosa" a la Corte Suprema de los Estados Unidos, mientras que desde Londres llegó ayer un nuevo mensaje de personalidades como Julian Assange, académicos y políticos alertando sobre las implicancias de la decisión de la justicia de ese país. Como no tiene efectos colaterales para la salud, se puede seguir planteando alegremente que el triunfo del fondo NML Capital en la corte del juez Thomas Griesa es producto de un discurso bipolar de la política argentina o resultado de una estrategia errática que apenas si le permitió al país sortear durante una década larga las consecuencias del default más importante que se haya visto en los mercados financieros internacionales. Claro que para sostener semejante desatino tal vez haya que afirmar sin ponerse colorado que el mundo entero está equivocado y que no tuvieron nada que ver las presiones del capital concentrado para castigar a un Estado que optó por negociar desde la defensa de sus propios intereses. 

A juzgar por lo que se ve por estas horas, parece que en la política argentina hay margen incluso para una torpeza intelectual de esas proporciones. 

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